El Pleno del Congreso ha aprobado este jueves la reforma fiscal para establecer el impuesto a la banca y un nuevo tributo mínimo global del 15% a las empresas multinacionales con ingresos de más de 750 millones de euros, entre otras tantas medidas. Finalmente, la ley ha contado con el apoyo de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos, BNG y Coalición Canaria; mientras que PP, Vox y UPN han votado en contra.
En el sector de la salud, el único cambio que parece que afectará es el nuevo tributo global del 15%, ya que las empresas farmacéuticas multinacionales que operan en España y cumplen con los criterios estarán sujetas a este impuesto, influyendo directamente en sus márgenes de ganancia y su planificación fiscal.
Para poner en contexto, el Impuesto Mínimo Global del 15% para multinacionales es una medida diseñada para garantizar que las grandes empresas, independientemente de dónde operen, paguen al menos un nivel mínimo de impuestos sobre sus beneficios. Este tributo forma parte de un acuerdo internacional promovido por la OCDE y el G20.
Las empresas farmacéuticas multinacionales que operan en España y cumplen con los criterios, estarán sujetas a este impuesto
Esta medida podría tener consecuencias negativas para las compañías de cara al futuro. En este sentido, las farmacéuticas invierten mucho en investigación y desarrollo (I+D) a largo plazo. Por ello, un incremento en la carga fiscal podría reducir los recursos disponibles para estas actividades. Además, si las farmacéuticas multinacionales deben pagar más impuestos en España, podrían llegar a ajustar los precios de los medicamentos o priorizar mercados más rentables para compensar este impacto.
En definitiva, el nuevo impuesto mínimo global del 15% afecta directamente a las grandes farmacéuticas multinacionales que operan en España y cumplen con los criterios de ingresos. Lo que podría derivar en mayores costes fiscales, ajustes en la planificación financiera y operativa, y un posible impacto en los recursos destinados al I+D.