El nuevo informe Facts and Figures 2024 de la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica Innovadora (Ifpma) recoge los principales avances del sector en innovación y su claro impacto tanto en la salud como en la economía global. Precisamente, el documento muestra que la industria farmacéutica es líder en inversión en I+D a nivel mundial, con un porcentaje del 30% de sus ingresos anuales dedicados a esta partida. Esto supuso cerca de 270.000 millones de euros en 2021.
En esta misma línea, el informe apunta que, en 2022, las 50 principales compañías farmacéuticas destinaron un total de 167 mil millones de dólares (162 mil millones de euros) a I+D, lo que representa un incremento del 60% en comparación con los datos de 2012. Un crecimiento que no solo refleja el esfuerzo del sector en torno a la innovación, sino también la creciente complejidad de los ensayos clínicos, cuya duración promedio ha aumentado un 26% en los últimos años.
En 2022, las 50 principales compañías farmacéuticas destinaron un total de 162 mil millones de euros a I+D, lo que representa un incremento del 60% en comparación con los datos de 2012
Para poder llegar a comprender la dificultad de desarrollar un nuevo medicamento o una vacuna, marcados por los largos periodos de investigación y los riesgos financieros, la IFPMA apunta que de los 10.000 compuestos sintetizados en laboratorios, solo entre el 0,01% y el 0,02% logra superar todas las etapas necesarias para ser comercializado. Un largo proceso que puede llegar a extenderse de 10 a 15 años, con un coste aproximado, según el informe, de 2.6 mil millones de dólares ( 2.52 millones de euros), incluyendo los fallos que ocurren en etapas previas. Este esfuerzo refleja el compromiso de la industria farmacéutica con la creación de soluciones innovadoras que transformen vidas, a pesar de las enormes barreras.
Toda esta inversión se ve posteriormente reflejada en un importante número de solicitudes de patentes presentadas por la industria, por ejemplo, en 2022, cuando se situó en 12.425. Al echar la mirada hacia atrás, se observa que en los últimos 20 años se han aprobado 942 nuevas sustancias activas en todo el mundo, 69 de ellas en 2023. Esta tendencia creciente se debe fundamentalmente al impulso de China y EEUU, y que tanto desde la UE como desde España llevan tiempo alertando la necesidad de reforzar el sector para recuperar competitividad, como recogía el informe Draghi.
Estos nuevos medicamentos se encargan de revolucionar el tratamiento de enfermedades tan prevalentes como el cáncer, afecciones cardiovasculares o infecciones. Más concretamente, el informe de la IFPMA detalla que, en el período de 2019 a 2023 hubo un foco en la oncología, neurología e inmunología, con un 56% del total de lanzamientos para estas patologías. Avances muy relevantes que, tal y como destacan en el informe, no hubieran sido posibles sin un marco adecuado de protección de la propiedad intelectual.
Con más de 12.700 medicamentos en desarrollo, de los cuales 285 son vacunas, la industria farmacéutica continúa demostrando su capacidad y compromiso con la innovación
Además, el análisis de la IFPMA hace especial hincapié en el auge de los ensayos clínicos con terapias génicas y celulares en los últimos 10 años, llegando al punto de triplicarse. En 2023, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó seis productos CAR-T, un tipo de terapia celular diseñada para combatir enfermedades como el cáncer. Estas terapias han abierto nuevas fronteras en la medicina personalizada, permitiendo tratar enfermedades hasta ahora intratables y ofreciendo soluciones que antes parecían imposibles
Con más de 12.700 medicamentos en desarrollo, de los cuales 285 son vacunas, la industria farmacéutica continúa demostrando su capacidad y compromiso con la innovación, uno de los pilares a la hora de enfrentar los desafíos de la salud global que vayan surgiendo. Desde terapias revolucionarias hasta la expansión del acceso a medicamentos en regiones vulnerables, el sector persigue un claro objetivo, mejorar la calidad de vida de las personas. Todo ello, de la mano de inversiones en I+D, colaboraciones entre instituciones y el uso de las tecnologías cada vez más avanzadas.