La gestión de los recursos y la calidad de la prestación sanitaria van a estar condicionada durante las próximas décadas por diferentes factores. Los principales serán el progresivo envejecimiento de la población, el aumento creciente de las enfermedades crónicas o el desarrollo de innovaciones tecnológicas y nuevos medicamentos.
La patronal farmacéutica denuncia que entre un 20-30% de los recursos sanitarios del conjunto de los sistemas globales se utilizan “de manera ineficiente”
Todas estas tendencias, sin duda, tendrán una importante repercusión sobre el gasto sanitario. Así lo ha cree también el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay, quien ha detallado que entre un 20-30% de los recursos sanitarios del conjunto de los sistemas globales se utilizan “de manera ineficiente”. En concreto, se refiere a la realización de intervenciones innecesarias, a la duplicación de pruebas diagnósticas o a la utilización de tratamientos y medicamentos con efectividad limitada.
A pesar de esta preocupación, desde la patronal farmacéutica han localizado algunos modelos en la Unión Europea que, al estar enfocados a la medición de costes y resultados en salud, han demostrado una mejor capacidad para aumentar el valor de la prestación sanitaria.
PAÍSES BAJOS, ALEMANIA Y SUECIA
Es el caso de los Países Bajos donde las aseguradoras financian una plataforma de medición denominada Dutch Institute for Clinical Auditing. Tras el trabajo de este organismo, se ha manifestado como se ha reducido en un 30% la mortalidad en cánceres colorrectales entre 2010 y 2012. Asimismo, han comprobado cómo se ha disminuido entre un 13-15% la estancia media de hospitalización en el mismo periodo.
Desde Farmaindustria consideran que un mayor aprovechamiento de los recursos beneficiarian al sector farmacéutico, a las administraciones, a los pacientes y a los profesionales sanitarios
Otro ejemplo es el de Alemania, en la que varios organismos como Martini Klinik o Gesundes Kinzigtal han puesto el enfoque en resultados relacionados con los pacientes. Así, han comprobado que a través de mejores prácticas ha descendido en un 54% el número de prostatectomías radicales al año o que se ha reducido en un 53% la mortalidad de enfermos crónicos con el mismo o incluso menos coste económico.
También han destacado el ejemplo de Suecia, con un registro de infarto de miocardio de Riks-HIA. Mediante la adopción de tratamientos basados en la evidencia en Suecia, en comparación con otros países, se ha comprobado como se ha reducido en un 35% la mortalidad por infarto de miocardio en 30 días y en un 20% las hospitalización media entre 2004 y 2009.
BENEFICIOS PARA EL SISTEMA
Desde Farmaindustria argumentan que una mayor productividad beneficiaría a los distintos agentes del sistema: al sector farmacéutico, porque la reducción de ineficiencias facilita demostrar el valor de las innovaciones; al Gobierno, porque ayudaría a incrementar el gasto en innovación y lograr un sistema sostenible; a los pacientes, porque se podrá disponer de información relevante sobre diferentes tratamientos y resultados; o a los centros sanitarios, porque ayudarían a ofrecer un mejor cuidado a través del aprovechamiento de los recursos.