El copago farmacéutico está a la orden del día. El acuerdo de Presupuestos Generales que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a principios de octubre el copago fue uno de los grandes protagonistas durante las negociaciones y finalmente el pacto fija su eliminación de forma progresiva en esta legislatura. Ahora solo falta saber si Sánchez será capaz de sacar adelante los presupuestos y con ellos esta medida.
El copago farmacéutico lleva siendo una de las principales preocupaciones de los españoles desde que en abril del año 2012, cuando España intentaba recuperarse de una de las mayores crisis económicas que se recuerdan, el ministerio de Sanidad con Ana Mato al frente modificó los porcentajes de los precios de los medicamentos prescritos en oficina de farmacia que debían asumir los usuarios, lo que popularmente se llama copago farmacéutico. El encargado de estos cambios fue elReal Decreto-ley 16/2012.
El Real Decretro-ley 16/2012 acabó con el copago farmacéutico en abril de 2012
Entre otras cosas supuso que los pensionistas tendrían que asumir un copago del 10% sobre el precio del medicamento, con topes de pago mensual de 8€ y 18€, dependiendo del tramo de renta anual (hasta 18.000€; de 18.000 a 100.000€) y el 60%, con un tope mensual de 60€, para rentas superiores a 100.000€.
La población activa también vio modificados sus beneficios con respecto a este tema. Se establecieron los 3 tramos de renta anteriores, con un copago del 40%, 50% y 60%, respectivamente, pero en este caso sin tope de gasto mensual.
DE 6.554 A 7.841 MILLONES DE EUROS
La aplicación del Real Decreto supuso grandes consecuencias económicas para las familias españolas. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística(INE) durante los años 2011 y 2015 el gasto directo sanitario que las familias realizaron en medicamentos pasó de los 6.554 a los 7.841 millones de euros.
Esto supone que cada familia pasó de gastar 366€ a 427€ en el periodo indicado, es decir, en términos relativos, dedicaban a fármacos un 1,26% de su renta en 2011 y un 1,56% en 2015.
Los cambios normativos tuvieron una traducción inmediata en la retracción del consumo de medicamentos prescritos ambulatoriamente en el sistema nacional de salud. En los primeros 14 meses de aplicación de la reforma, el número total de prescripciones cayó en más de un 20% en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia, más del 15% en otras 9 regiones y más del 10% en un total de 15 de las 17 comunidades autónomas.
De hecho, la única región que no vio disminuido el número de sus prescripciones fue aquella que no aplicó inicialmente la reforma, País Vasco.