La salud digital está cada vez más presente en todos los procesos de la asistencia sanitaria. Las nuevas tecnologías, con implicaciones en el diagnóstico y detección de las patologías, el seguimiento de la evolución, las decisiones sobre los tratamientos, protocolos sanitarios o políticas de salud, o en el desarrollo de nuevos medicamentos más eficaces, están cambiando el panorama de la actual atención. Una situación que, sin embargo, enfrenta importantes desafíos de implantación y acceso equitativos en todo el mundo.
Ante esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ha puesto en marcha distintas estrategias e iniciativas con las que generar redes y de apoyo y recomendaciones para ayudar a la implementación de estos avances que facilitan la labor de los profesionales sanitarios. Medidas que parten desde la "Estrategia mundial de salud digital 2020-2025" al "Plan de acción regional de salud digital para la Región Europea de la OMS 2023-2030", pasando por iniciativas específicas del ramo.
Desde "Estrategia mundial de salud digital 2020-2025" al "Plan de acción regional de salud digital para la Región Europea de la OMS 2023-2030", pasando por iniciativas específicas
Desde hace años la organización mundial ha puesto en marcha distintas plataformas con las que mejorar la asistencia, principalmente en servicios que sufren desde hace años una elevada carga y una falta de recursos. Tras la pandemia, la OMS creó la denominada “Plataformas de Demostración de Atención Primaria de la Salud”,dos proyectos puestos en marcha en Kazajistán y Suecia con el objetivo de dar a conocer los sistemas de Atención Primaria que funcionan de forma óptima para alcanzar un modelo más eficiente en términos de recursos humanos, económicos y materiales, garantizando una asistencia sanitaria de calidad.
Asimismo, con el objetivo de apoyar a los organismos para afrontar los principales retos de la sanidad actual, se han ejecutado también nuevas herramientas con las que promover la salud y proporcionar información sanitaria a los pacientes, con la asistente de salud basada en IA generativa S.A.R.A.H., o instrumentos con los que monitorizar virus respiratorios, como un panel interactivo de datos de vigilancia para la gripe, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el síndrome respiratorio agudo severo por Covid-19 en Europa, que también cuenta con un resumen epidemiológico semanal.
También desde la OMS han desarrollado una plataforma para intercambiar información de acceso abierto sobre dispositivos médicos, con el objetivo de que los usuarios puedan “verificar los dispositivos que necesitan, incluido el tipo, el nivel de los sistemas de atención médica que respaldan el dispositivo (como hospitales comunitarios o especializados), el alcance del dispositivo y la infraestructura requerida, entre otras categorías", recogió en su reciente presentación la Dra. Yukiko Nakatani, Subdirectora General de la OMS para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios.
"Las tecnologías de IA tienen el potencial de mejorar la atención médica, pero solo si quienes las desarrollan, regulan y utilizan identifican y tienen plenamente en cuenta los riesgos asociados"
Y a ello se suma el actual lanzamiento en Europa de la Iniciativa de Socios Estratégicos para Datos y Salud Digital (SPI-DDH), una red de colaboración que reúne a los 53 Estados Miembros de la Región Europea de la OMS y a socios líderes en este ámbito. En esta red el conocimiento de las organizaciones, centros colaboradores, instituciones académicas y la industria privada permitirá “garantizar que los valores de la equidad y los derechos humanos sean el núcleo de los sistemas de salud en una era digital”, afirmó el Dr. Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, en el evento de lanzamiento de la SPI-DDH en Copenhague (Dinamarca) celebrado el pasado 13 de junio.
LA IA Y LA SANIDAD
La realidad es que todavía queda mucho camino por recorrer en la transformación digital de los sistemas sanitarios y la incorporación de nuevos instrumentos que, aunque pueden ser muy beneficiosos, también conllevan ciertos riesgos de seguridad que hay que evitar. Como señala el informe de la Región Europea de la OMS “Salud digital en la Región Europea de la OMS: el camino continuo hacia el compromiso y la transformación”, menos del 2% del presupuesto sanitario nacional total de los países europeos que habían informado sobre ello se destinaban a la transformación digital.
A ello se añade que solo el 35% de los Estados miembros tienen políticas que abordan el uso de macrodatos y análisis avanzados en el sector de la salud, y que existe una alta desconfianza de las soluciones digitales por parte de los profesionales del sector salud y de los pacientes. Es en este contexto en los que se erigen las iniciativas como la SPI-DDH, con el objetivo de mejorar el acceso a la atención sanitaria con la digitalización y la inteligencia artificial (IA) responsable, aprovechar los datos y las tecnologías digitales para una asistencia domiciliaria, adoptar un enfoque ecosistémico respecto de las normas y la interoperabilidad en la atención sanitaria y fortalecer la salud pública con un enfoque en la salud mental y el personal sanitario.
También en este sentido, la OMS ha elaborado una serie de orientaciones para que los gobiernos, las empresas tecnológicas y los proveedores de atención garanticen el uso adecuado de las tecnologías de inteligencia artificial, a fin de promover y proteger la salud de las poblaciones. "Las tecnologías de IA tienen el potencial de mejorar la atención médica, pero solo si quienes las desarrollan, regulan y utilizan identifican y tienen plenamente en cuenta los riesgos asociados", subrayó en ese momento el Dr. Jeremy Farrar, científico jefe de la OMS.