Los clústeres de salud son agrupaciones o concentraciones geográficas de empresas, centros de investigación, instituciones académicas y organizaciones sanitarias que colaboran de manera cercana en un entorno específico relacionado con la salud y las ciencias biomédicas. Estos clústeres tienen como objetivo principal fomentar la innovación, la investigación y el desarrollo en el sector sanitario, promoviendo sinergias entre diferentes actores para mejorar la competitividad, la eficiencia y el impacto económico y social en la industria farmacéutica.
"Los clústeres de salud son un elemento esencial en el crecimiento del sector salud, ya que las dinámicas propias de los mismos, aunando todos los agentes del sector tanto privados como públicos, facilitan los contactos y las colaboraciones con los diferentes gobiernos autonómicos. Debe facilitar el crecimiento del sector dirigiéndose allá donde las capacidades del entorno se alinean mejor con el interés de las empresas", explica Ángel Lanas, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón).
Uno de los principales beneficios que aportan los clústeres es la creación de un ecosistema propicio para la investigación y desarrollo (I+D). Al reunir a actores clave bajo un mismo techo, se facilita el intercambio de conocimientos, recursos y experiencia, lo cual acelera la generación de nuevas terapias, dispositivos médicos y tecnologías sanitarias. Esta colaboración multidisciplinar no solo impulsa la innovación, sino que también fortalece la capacidad de respuesta ante desafíos sanitarios emergentes.
"Potenciar el sector empresarial del entorno biosanitario y la salud es una oportunidad que no se debe perder”
"Potenciar el sector empresarial del entorno biosanitario y la salud en regiones como la nuestra en Aragón, que cuenta con grandes hospitales universitarios e institutos sanitarios, además de la Universidad de Zaragoza con su enorme potencial en diferentes áreas, es una oportunidad que no se debe perder”, explica Lanas. “Se deben buscar, no obstante, fórmulas que favorezcan la exploración conjunta de oportunidades”.
Los clústeres de salud en España enfrentan desafíos importantes que incluyen la integración efectiva de diferentes actores, la atracción y retención de talento cualificado, la obtención de financiación sostenible y el cumplimiento normativo. Superar estas barreras es crucial para mantener la competitividad, fomentar la innovación y consolidar el liderazgo de España en el sector salud a nivel internacional. “En este sentido, los institutos de investigación y los clústeres son herramientas ideales que no deberíamos desaprovechar”, explica el director científico del IIS Aragón.
Con un enfoque renovado en la integración multidisciplinar, la atracción de talento especializado y la búsqueda de financiación sostenible, se anticipa que estos agrupaciones seguirán siendo motores de innovación, contribuyendo no solo a la mejora de la salud pública, sino también al fortalecimiento de la competitividad económica del país en el ámbito internacional.
“He visto un crecimiento claro de los mismos"
Por su parte, Lanas tiene una visión optimista. “He visto un crecimiento claro de los mismos y cómo los diferentes gobiernos regionales (no olvidar que la Salud está totalmente transferida a las comunidades) están potenciando el aterrizaje de las compañías del ámbito biomédico en sus territorios”.
En España, la integración de la innovación y la tecnología en la investigación en salud está marcando un camino significativo hacia avances sustanciales y eficiencia en el sector. En los últimos años, se ha observado un creciente impulso hacia la digitalización de procesos, la implementación de inteligencia artificial y el uso de big data en la investigación biomédica.
"En la salud está claro que la innovación e incorporación tecnológica en la asistencia sanitaria son cruciales para el progreso y la transferencia del conocimiento al paciente, que es el objetivo final de toda nuestra labor”, pone de relieve el experto. “En España estamos progresando, pero no estamos a la cabeza y de nuevo nos incorporamos a las innovaciones más tarde que en otros países del entorno. A esto hay que añadir que, en mi opinión, las desigualdades entre comunidades son evidentes y, por tanto, no llega igual a todos los ciudadanos”.