En la lucha frente al cambio climático el sector sanitario es uno de los agentes que más puede aportar. Su huella de carbono es comparable al de un país. De hecho, si fuera un Estado, sería el quinto más contaminante del mundo. En este punto, existen diferentes pasos que se pueden dar para reducir el nivel de contaminación. Uno de ellos es el uso de inhaladores sostenibles.
Como recuerda la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) "los propelentes hidrofluorocarbonados (HFC) que contienen los actuales inhaladores de cartucho presurizado (pMDI) contribuyen al calentamiento global como gases de efecto invernadero". Actualmente el 52% de los inhaladores utilizados en España son pMDI, un total de15 millones de unidades vendidas al año, dirigidas a patologías respiratorias como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Esto se traduce en la emisión de aproximadamente 400.000 toneladas de CO2 anuales.
Los inhaladores de polvo seco o de niebla fina producen una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida
El Sistema Nacional de Salud (SNS) permite por normativa cambiar un inhalador presurizado de dosis medida por uno más respetuoso con el medio ambiente. En estos momentos, existen diferentes propelentes en investigación que reducen un 90% la huella de carbono. Además, distintos fármacos ya disponibles en el mercado disminuyen significativamente las emisiones.
Se trata de los inhaladores de polvo seco o de niebla fina que, según diferentes estudios, producen una huella de carbono de 10 a 30 veces más reducida. Incluso, se ha estimado que el uso de estos productos terápicos reducirían entre un 95 y 98% de huella de carbono por cada inhalador.
CAMBIO DE INHALADORES
Desde la Aemps indican que actualmente es posible utilizar dispositivos inhaladores de polvo seco o de niebla fina en nuevos pacientes mayores de 6 años o con flujo inspiratorio > 30 l/min (Guía GEMA 5.2 ), y recomienda dicho uso "siempre que estos inhaladores se consideren clínicamente adecuados por sus médicos".
En cuanto al cambio de prescripción por motivos no clínicos en pacientes ya tratados y controlados con inhaladores pMDI, recuerdan la importancia de que sea el profesional sanitario quien autorice tal modificación. "Estos son los únicos que pueden decidir sobre el cambio de dispositivo de manera individualizada y consensuada con el paciente".
Profesionales sanitarios y pacientes tienen un importante papen para reducir el uso de pMDI y con ello las emisiones contaminantes
Con el objetivo de reducir las emisiones, la Aemps llama a ir reduciendo el uso de pMDI siempre sin poner en riesgo la eficacia y seguridad del tratamiento del paciente. En este contexto, destaca las diferentes iniciativas que las sociedades científicas tienen en marcha, pero también llama a la acción de los propios pacientes.
Estos, señalan, pueden ayudar a reducir la huella de carbono al reciclar el inhalador una vez consumido, depositándolo en el punto SIGRE de la Farmacia. Investigadores suecos señalaron en un estudio publicado en Thorax que un pMDI genera una huella de carbono hasta 246 veces superior en fase de reciclaje. En concreto, los datos revelan que esta fase (‘end of life’) supone 7,38 kg netos de CO2.
Otros pasos que pueden dar los pacientes es aplicar un buena técnica de inhalación, con la que se minimiza el riesgo de falta de eficacia y de la necesidad de usar medicaciones de rescate (para alivio rápido de la falta de aire), que en su mayoría corresponden a inhaladores presurizados, y consultar a su médico cuando, siendo asmático necesite utilizar estas medicaciones de rescate 3 o más veces al mes, o con EPOC necesita utilizar un inhalador de rescate 3 o más veces a la semana. Esto puede indicar un mal control de su enfermedad y podría necesitar un ajuste de su medicación de base, lo que "ayudaría a reducir el sobreuso de estas medicaciones de rescate que en su mayoría corresponden a inhaladores presurizados que contienen propelentes poco ecosostenibles", concluye la agencia reguladora.