55 años de Ventolín, la innovación que duplicó los resultados de tratamientos anteriores

En 1969 la entonces compañía farmacéutica Allen & Hanburys, posteriormente incorporada a GSK, lanzó al mercado un medicamento revolucionario, salbutamol, conocido como Ventolín

Hombre con Ventolín (Foto. Camba)
Hombre con Ventolín (Foto. Camba)
Paola de Francisco
18 septiembre 2024 | 14:20 h

El asma es una patología antigua, pero cuyo tratamiento efectivo apareció recientemente. Pese a que sus síntomas se conocen desde la China del año 2.600 a.C., no fue hasta mediados de siglo XX que se amplió el conocimiento sobre la biología de esta patología y aparecieron diversos tratamientos que supusieron una revolución en el abordaje de esta enfermedad, algunos de los cuales continúan usándose con frecuencia. Un ejemplo, con 55 años de historia, es el salbutamol, comercializado como Ventolín.

En los años 60 los casos de asma se incrementaron, en gran parte por una mejor detección. En esa década la tasa global de mortalidad en España por esta enfermedad era de 9,36 por 100.000 habitantes, como recoge el estudio ‘Tendencias de la mortalidad por asma en España desde 1960 hasta 2005’. Una cifra elevada si se tiene en cuenta que para 2005 la tasa era de 2,22 casos por 100.000 habitantes y que en parte se controló por el abordaje del asma agudo y la reducción de exacerbaciones.

Un control sobre el que tuvo un importante papel salbutamol, un agonista adernérgico inhalado que fue comercializado por la farmacéutica Allen & Hanburys en 1969. Desde hacía años la compañía, cuyo origen se remonta a la farmacia  Plough Court de Londres en 1715 y que posteriormente se incorporó a GlaxoSmithKline (GSK), había destacado por su innovación en el campo de la medicina y así lo demostró con Ventolín.

Actualmente unas 35 millones de personas con afecciones respiratorias utilizan este tratamiento en todo el mundo para aliviar las exacerbaciones en asma y EPOC

Este inhalador de acción de inicio rápido permite abrir los bronquios y las vías respiratorias para que entre el aire. Su uso en humanos demostró una amplia duración de seis horas de su efecto, el doble de tiempo que el de tratamientos que se usaban anteriormente.

Asimismo, como reflejaron los ensayos clínicos de la época, además de una mayor efectividad y durabilidad que otros tratamientos entonces disponibles, salbutamol también demostró una alta seguridad sin causar efectos secundarios. Todo ello le convirtió en el broncodilatador de elección frente a los fármacos que anteriormente se utilizaban, como destaca una revisión publicado en ‘Alergia Asma e Inmunología Pediátricas’.

Actualmente unas 35 millones de personas con afecciones respiratorias utilizan este tratamiento en todo el mundo para aliviar las exacerbaciones en asma y EPOC, prevenir el deterioro, la hospitalización y la mortalidad asociada a estas patologías respiratorias. Es, de hecho, uno de los tratamientos más prescritos en España.

Medio siglo después, tras avances sobre la comprensión de la fisiopatología del asma y la aparición de un arsenal terapéutico que permite abordar la patología desde distintas etapas y con mayor precisión, Ventolín continúa siendo elegido por los pacientes con asma aguda y EPOC y recogido como medicamento básico a la Lista Modelo de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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