“No es difícil encontrar trabajo al terminar la residencia MIR de Cardiología”. Esta es una de las principales conclusiones que ha arrojado una encuesta realizada a los miembros de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) a menores de 40 años. Al finalizar esta especialidad “tan humana y centrada en el paciente”, como “bonita y en continuo crecimiento”, solo un 9% de los jóvenes cardiólogos se encontró en situación de desempleo y, como norma general, fue por entre uno y dos meses.
Con todo, “las condiciones de ese primer empleo distan de ser las ideales”, asegura a ConSalud.es la Dra. Cristina Lozano, vocal del grupo de jóvenes cardiólogos de la SEC. Los contratos que ofrece el Sistema Nacional de Salud no son de calidad ni en cuanto a horarios ni en cuanto a salarios y la situación empeora en el caso de aquellos médicos que quieren seguir formándose en alguna subespecialidad como hemodinámica, electrofisiología, imagen cardíaca, cuidados críticos o insuficiencia cardíaca.
“Este grupo, que comprende a dos terceras partes del total de especialistas, está expuesto a becas y contratos frecuentemente precarios e infrarremunerados”, explica Lozano, que insiste en distinguir entre “jornada laboral oficial y carga laboral real”. Y es que muchas de estas becas y contratos de subespecialización se complementan con actividad asistencial, docente o investigadora que deben realizarse fuera de la jornada laboral.
“Aunque este tiempo de dedicación no está bien cuantificado, desde luego no es poco, y prueba de ello es que la posibilidad de combinar actividad asistencial e investigadora durante la jornada laboral y las medidas dirigidas a la mejora de la conciliación sean unas de las demandas más frecuentes de los cardiólogos jóvenes”, denuncia la Dra. Lozano. En definitiva, muchos profesionales comprometen su vida personal y tiempo de ocio para formarse, investigar y avanzar profesionalmente.
A día de hoy, menos de la mitad de los jóvenes cardiólogos tiene un contrato de interinidad o una plaza en propiedad
Sobre la situación general de los cardiólogos jóvenes, la portavoz de la SEC lamenta que, “más allá de los primeros años de práctica profesional o subespecialización, su situación laboral no mejora mucho y la eventualidad en la contratación sigue siendo la norma”. A día de hoy, menos de la mitad de los profesionales tiene un contrato de interinidad o una plaza en propiedad y más de 1 de cada 10 recibe una retribución económica por su actividad en forma de beca o contrato de fundación de investigación o entidad privada.
Este escenario queda muy lejos del de nuestros vecinos europeos. En otros países, aunque los contratos eventuales son frecuentes en los inicios, el porcentaje de médicos que sigue en esta misma situación a los cuatro años de terminar, es muy bajo. Aún así, según los datos de la SEC, apenas un 3% de profesionales emigran a otros países, siendo más frecuente la movilidad entre comunidades autónomas con el objetivo de encontrar mejores condiciones laborales. Lo que reclaman los profesionales en esta materia es atajar la temporalidad de raíz mediante el aumento de la oferta pública de empleo o realizando procesos de consolidación para los jóvenes y no tan jóvenes.
Por todo lo expuesto, la principal reivindicación de los cardiólogos es mejorar las condiciones laborales de los especialistas, sobre todo de los que deciden seguir formándose. “Se trata de una formación muy específica, con una experiencia imposible de adquirir por completo durante los cinco años de la residencia, y que debería ponerse adecuadamente en valor, sin que supusiera un lastre en el desarrollo profesional ni personal de los cardiólogos”.
La principal reivindicación de los cardiólogos es mejorar las condiciones laborales de los especialistas, sobre todo de los que deciden seguir formándose
El camino a seguir para conseguir que la formación de excelencia no dependa del sacrificio personal de los profesionales, pasa por “garantizar un acceso justo a la formación post-especialización y estructurar de forma precisa las necesidades formativas y medios necesarios para la subespecialización”. Y acompañarlo de una adecuada remuneración económica, por supuesto.
CARDIOMIR, UNA EXPERIENCIA "MUY BUENA EN TODOS LOS SENTIDOS"
Los días 30 de septiembre y 1 de octubre Valencia acogió el congreso CardioMIR, una jornada organizada por el grupo de Jóvenes Cardiólogos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Se trata de una reunión nacional con un “gran interés científico” en el que los profesionales abordan, desde un punto de vista clínico “y eminentemente práctico, los aspectos más relevantes y novedosos de la Cardiología”. Así es como ha descrito estas jornadas - que han contado con 380 asistentes presenciales y 150 online -, el presidente del Grupo de Jóvenes Cardiólogos de la SEC, el Dr. Pablo Díez Villanueva.
Asimismo, CardioMIR se ha alzado como “una cita para compartir experiencias, establecer lazos y potenciar redes de trabajo, como proyectos colaborativos o de investigación, entre los jóvenes cardiólogos”. Arritmias, cardiopatía isquémica y estructural, insuficiencia cardíaca, factores de riesgo cardiovascular cada vez más prevalentes como la diabetes o la dislipidemia, la simulación en la formación en Cardiología o la situación de las mujeres en la especialidad, han sido algunos de los temas abordados en el Congreso. ¿El resultado? Una experiencia “muy buena en todos los sentidos”, concluye a este medio el Dr. Díez.