Hoy, 29 de enero, 13.059 médicos se presentan al examen MIR. Una prueba de 4 horas y media que les permitirá obtener un número de orden y elegir especialidad y destino. Entre los nuevos opositores, también hay viejas caras, aspirantes que se presentan por segunda vez al MIR. ConSalud.es habla con Fátima, Marta y Alejandro, tres médicos que saben lo que es tomar una decisión tan importante como volver a presentarse al MIR.
Marta y Alejandro, son residentes de primer año. Ella, de Cirugía Ortopédica y Traumatológica en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Él, de Medicina Familiar y Comunitaria en Guadalajara. Ambos, se dieron una segunda oportunidad de preparar el MIR y no se arrepienten de haber tomado esta decisión.
Fátima es ‘repeMIR’, se presenta por segunda vez al examen para luchar por una plaza de alguna especialidad quirúrgica. Entre su top 3, están Cirugía Maxilofacial, Cirugía Plástica y Dermatología. “Están las tres bastante complicadas”, asegura, pero aún así, va a intentarlo.
Después de una preparación “un poco mediocre”, confiesa Marta - principalmente porque no le apetecía estudiar ese año -, sacó un número con el que podía optar a plaza, pero no a una de las especialidades que barajaba, como Anestesiología o Traumatología. La decisión de repetir la prueba no fue difícil para ella, pues al presentarse al examen ya sabía que lo repetiría, pues no iba a conseguir un número que le permitiese optar a una de sus especialidades soñadas, para las cuales se necesita "un número 3.000, como mucho 4.000”. Lo complicado, comenta, fue “convencer a familiares cercanos”, que son los que la mantenían económicamente.
“No me arrepiento de haber repetido el MIR, porque me di otra oportunidad”
Y es que el MIR es una oposición que requiere mucho tiempo y dedicación, por lo que se hace difícil - o imposible - compaginarlo con un trabajo. No solo eso, sino que la preparación con una academia también supone un gasto económico importante. “La mayoría de mis familiares cercanos no son médicos, y aunque se hayan presentado a oposiciones no entienden del todo el mundo de la especialidad, así que me animaron a coger cualquier plaza y no estaban de acuerdo con que repitiese el MIR”.
Marta dejó claro que era su futuro “y no estaba dispuesta a coger una especialidad para toda la vida solo por una decisión externa". A día de hoy, no se arrepiente de haber tomado la decisión que tomó y aunque entiende que es fácil decirlo con la plaza que tenía como primera opción en la mano, su pensamiento si no la hubiese conseguido seguiría siendo el mismo: “No me arrepiento, porque me di otra oportunidad”.
En el caso de Alejandro, a poco más de un mes para el examen, decidió darse un respiro en pro de su salud mental. “Me sentía agotado física y mentalmente, frustrado y desconforme con la preparación que había llevado… Cuando sentí que mi bienestar estaba en riesgo, no lo dudé y aplacé un año mi lucha por una plaza”. Medicina es una carrera de fondo que, como recuerda el médico, comienza antes incluso de entrar a la Universidad. Esto hace que muchos estudiantes y opositores “no tengan prácticamente margen de error” para flaquear, lo cual puede poner en riesgo la salud mental y física de muchos aspirantes.
Para Fátima, la decisión de repetir el MIR fue fácil “porque desde antes del examen tenía claro que si no me daba para una de las especialidades que me gustan, iba a repetirlo”. Es difícil superar “la decepción y frustración por no haber sacado plaza a la primera” y “volver a poner tu vida en pausa durante ocho meses y someterse a la presión a la que estamos sometidos los opositores”, pero es una decisión “que estaba prácticamente tomada”.
“Un fracaso sería comprometer toda tu vida al servicio de un proyecto laboral y vital que no te apasiona”
Y no se arrepiente, porque al igual que Marta, se dio otra oportunidad. “Yo tenía claro que mi preparación era mejorable”, insiste la joven, por lo que aunque es hoy cuando se presenta al examen, está convencida de que habrá valido la pena volver a intentarlo.
Los tres médicos coinciden: repetir el MIR no es un fracaso ni una pérdida de tiempo. “Un fracaso sería comprometer toda tu vida al servicio de un proyecto laboral y vital que no te apasiona”, comenta Alejandro. Al hilo, Fátima se hace una pregunta: ¿qué son 7 u 8 meses de tu vida estudiando, por el resto de tu carrera profesional?
LA SEGUNDA PREPARACIÓN, “OTRO ROLLO”
Como reza la frase hecha, la experiencia es un grado y en la preparación del MIR no iba a ser de otra manera. Los tres médicos coinciden en que haberse presentado al examen les dio una perspectiva nueva y diferente que les permitió enfocar el estudio desde un nuevo prisma: machacando conceptos que tenían más flojos, haciéndose más preguntas, priorizando la materia más importante… Asimismo, trabajar en torno a los apuntes y esquemas realizados en la primera preparación, ahorra tiempo y ayuda a consolidar conceptos.
Aunque la presión por “hacerlo bien” puede ser mayor en la segunda vuelta, volver a presentarse al MIR te da una ventaja y los repeMIRes parten de un punto mucho mejor que los que acaban de empezar el intensivo.
En definitiva, no se acaba el mundo por repetir el MIR. No es un fracaso, sino una nueva oportunidad para hacerlo bien. “Puedes verlo como un fracaso tremendo y hundirte, o puedes decidir usarlo como herramienta de crecimiento personal y reafirmación de tus objetivos, la decisión es solo tuya”, apunta el R1 de Familia. Tomarse unos días, no pensar en caliente y valorar todas las opciones disponibles, son la clave para tomar una buena decisión. “Una vez exploradas todas las posibilidades, sabrás cuál es la oportuna para ti en ese momento, confía”, concluye Alejandro.