En la convocatoria MIR 2021-2022, la última plaza de Farmacología Clínica agotó la última de sus 19 vacantes en el número de orden 9.253, mientras que la primera fue asignada al médico con número 605. Así, la mediana de número de orden de los opositores que escogieron esta especialidad se situó en el 7.427.
Con estos datos sobre la mesa, Farmacología Clínica se alza como una de las especialidades “menos conocidas” y por ello no suele ser la primera opción de la mayoría de médicos. Con todo, y tal y como defiende en ConSalud.es el Dr. Alejandro Jiménez, MIR de Farmacología Clínica y miembro de la Sociedad Española de Farmacología Clínica, “los residentes que la eligen a conciencia la especialidad, así como los adjuntos, están muy contentos y satisfechos”.
Para este MIR, el hecho de que haya “una oferta escasa de servicios de Farmacología Clínica en los hospitales de tercer nivel del SNS, y nula en otros centros sanitarios, impacta en su visibilidad asistencial y durante la carrera de Medicina”. De este modo, hay pocos especialistas y, además, no se imparte como asignatura en todas las universidades durante el grado de Medicina ni se pueden realizar prácticas. Esta falta de visibilidad, lleva a que la especialidad sea desconocida por muchos jóvenes médicos y, por ende, a que quede entre sus últimas opciones.
Sobre la labor de los farmacólogos clínicos y a qué se dedican, el Dr. Jiménez bromea preguntándose “a qué no se dedica un especialista en Farmacología Clínica”. Y es que las salidas para estos especialistas “son variadísimas”.
Investigación clínica, actividad asistencial, agencias gubernamentales, industria farmacéutica... "Hay especialistas en Farmacología Clínica en todos estos puesto"
“Si tienes vocación asistencial pura, podrías trabajar en monitorización terapéutica de fármacos en una unidad de toxicología clínica o en interconsultas hospitalarias; si te apasiona mezclar la actividad asistencial con la investigaciónclínica, podrías trabajar en unidades de ensayos clínicos académicas o privadas; si te encanta la investigación clínica como concepto, pero el fonendo te pesa demasiado, tienes salidas en investigación clínica en Comités de evaluación del medicamento, en I+D en privada o en agencias gubernamentales, como la Aemps; si has decidido que te gusta la Medicina como concepto y punto, y te ves en un ambiente más comercial, podrías enfocarte hacia farmacoeconomía o medical affairs en la privada o incluso, con tiempo, en el SNS a distintos niveles; hay especialistas en Farmacología Clínica en todos estos puestos”, explica el Dr. Jiménez a este medio.
Y si los especialistas en Farmacología Clínica no son demasiado conocidos en el MIR, en la sociedad general no iba a ser de otra manera. La explicación, a juicio de este médico, reside en que “la optimización de la terapéutica hacia el paciente no se ve como una prioridad en muchos niveles porque no se le ve un rédito inmediato en la economía o en el beneficio de los pacientes”.
Sin embargo, la realidad es que “si se realizaran más estudios de coste o de coste-utilidad, el beneficio de una unidad funcional de Farmacología Clínica impactaría positivamente en un hospital”, pues atraería más ensayos clínicos, reduciría reacciones adversas y aumentaría la calidad asistencial a los pacientes.
Respecto a las guardias durante la residencia, hay de dos tipos: las puramente médicas y las puramente de toxicología o ensayos clínicos. Las primeras son como las que realiza cualquier médico y se alzan como “una formación fundamental”, pues “obtener una formación base médica es fundamental para ser un buen farmacólogo clínico”. Respecto a las guardias de toxicología, son “generalmente, más tranquilas” y se ofertan como “parte indispensable de la especialidad”.
En los últimos cinco años “ningún residente ha abandonado la especialidad en ningún hospital madrileño”
En líneas generales, los residentes están satisfechos con su elección, aunque en muchas ocasiones elijan especialidad un poco “a ciegas”. En los últimos cinco años y, según la experiencia del Dr. Jiménez, “ningún residente ha abandonado la especialidad en ningún hospital madrileño”. “Como comentamos, la versatilidad de la especialidad es una de las cosas que más motiva a nuestros residentes. Raro es el que no realice másteres, doctorados y otras formaciones para ser mejor médico”, apunta el futuro farmacólogo clínico.
FARMACOLOGÍA CLÍNICA Y FARMACIA HOSPITALARIA, ESPECIALIDADES “QUE SE COMPLEMENTAN”
Farmacia Hospitalaria y Farmacología Clínica pueden sonar a la misma especialidad. Aunque son distintas, sus labores “se complementan perfectamente y pueden colaborar en muchas funciones”. En este contexto, el especialista en Farmacia Hospitalaria sabe, gracias a los conocimientos adquiridos en la carrera de Farmacia, muchísimo más a nivel del fármaco en sí (formulaciones en producción, calidad, interacciones farmacológicas a nivel teórico...).
Por su parte, el especialista en Farmacología Clínica, “gracias a la carrera de Medicina, se especializa en evaluar la individualización terapéutica, en realizar diagnósticos diferenciales toxicológicos, aplicar sus conocimientos de Medicina a aspectos de investigación clínica o a valorar el impacto clínico de las interacciones medicamentosas, por ejemplo”.
“AYUDAR A PACIENTES SIN EL FONENDO COLGADO”
Preguntado por lo que le diría a un opositor MIR que en unos meses elegirá plaza, el Dr. Jiménez lo tiene claro: “Si sientes que la obligatoriedad de realizar en los próximos 40 años la misma actividad te agobia, si te atrae hacer carrera internacional o si directamente sientes que quizás podrías ayudar a pacientes sin un fonendo colgado, acércate a una unidad fuerte de Farmacología Clínica y pregunta e incluso rota allí una semana”. Seguro que servirá para aclarar dudas al respecto y tomar la decisión más acertada.