España es un exportador importante de médicos y así lo confirman los datos de la OCDE y otras organizaciones médicas. Nuestros profesionales médicos son “bien acogidos y bien considerados” en los países de destino y reciben mejores condiciones laborales y económicas. Esta es una de las razones por las que cada vez son más los que emigran.
En este contexto, el Dr. Álvaro Cerame, miembro de la European Junior Doctors Association (EJD), atiende a ConSalud.es para ahondar en la situación de los jóvenes médicos en Europa y España. Esta asociación, representa a más de 300.000 médicos junior europeos, aquellos que están en formación o con contratos temporales.
Pese a que no hay indicadores fijos para analizar la calidad de la formación y las condiciones entre países, la EJD sí cuenta con estudios periódicos para conocer la situación de los profesionales en cuestiones como el número de horas trabajadas, la posibilidad de hacer descansos o el bienestar psicosocial y las tasas de burnout, por ejemplo, España se encuentra en la mitad de la tabla. Con todo, el Dr. Cerame apunta que no estar a la cola, no es un motivo para enorgullecerse si tenemos en cuenta que “la mayoría de países están suspensos” en lo que a asegurar unos mínimos estándares en médicos jóvenes se refiere.
La mejora de las condiciones, en definitiva, es un problema que conviene abordar, sobre todo en un contexto en el que la falta de médicos
En nuestro país, a nivel de horas de trabajo, por norma general se incumplen los límites horarios de 48 horas semanales que plantea la directiva europea. Los estudios actuales que se han realizado en algunas Comunidades Autónomas confirman que alrededor del 20% de los médicos residentes no libra las guardias. Esto implica trabajar 32 horas seguidas, con lo que ello afecta a la calidad de la asistencia prestada y la salud mental y física de los profesionales.
Esta situación, junto con los bajos salarios que ofrece España en comparación con otros países europeos, se traduce en que muchos médicos emigren, cambien de especialidad, se tomen un tiempo sin trabajar o, directamente, dejen la profesión. La mejora de las condiciones, en definitiva, es un problema que conviene abordar, sobre todo en un contexto en el que la falta de médicos está a la orden del día.
Sobre el déficit de médicos, el Dr. Cerame pone sobre la mesa dos cuestiones: la reposición de profesionales y la retención de talento. Al hilo, subraya la necesidad, tanto de planificar los recursos humanos a largo plazo (evaluando los alumnos que entran a las facultades y los profesionales que se van a jubilar), como de evitar que los médicos que sí tenemos, no se vayan o dejen de ejercer. En otras palabras, cuidar a los profesionales.
“Los salarios hay que aumentarlos, pero de nada sirve que a un médico de familia le subas el sueldo si tiene que seguir viendo 80 pacientes en 7 horas. No hay dinero que aguante eso”
“Hay que hacer que los médicos que ya tenemos estén bien, no tengan situaciones de sobrecarga laboral ni desarrollen burnout, puedan descansar… Tan importante es la panificación de recursos, como fomentar a corto plazo las políticas de retención de recursos humanos”, subraya el Dr. Cerame.
Estas políticas, a juicio del portavoz de EJD, funcionan a través de incentivos. Incentivos que no solo son económicos. “Los salarios hay que aumentarlos, pero de nada sirve que a un médico de familia le subas el sueldo si tiene que seguir viendo 80 pacientes en 7 horas. No hay dinero que aguante eso”.
Las condiciones laborales y salariales de los médicos es un problema “de primer orden en España” que, afortunadamente, “está empezando a ocupar el lugar que merecía”. Y es que los profesionales llevan años con este debate encima de la mesa, pero solo ahora se ha incluido en la agenda política. O eso parece. “Es una pena que se haya mirado hacia otro lado hasta que no había más opción”, concluye el Dr. Cerame.