A partir del año que viene, los físicos interesados en especializarse dentro del ámbito sanitario tendrán un nuevo hospital en el que cursar los tres años de residencia obligatorios después de hacer el examen de acceso a la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada (FSE). El Ministerio de Sanidad acaba de acreditar al Complejo Hospitalario Universitario de Toledo como unidad docente para formar a residentes de la especialidad de Radiofísica Hospitalaria (RFIR), que ofertará así su primera vacante -segunda en Castilla-La Mancha después de la que ya existe en el Hospital Universitario de Ciudad Real- en la convocatoria de FSE de 2026.
Se trata de una unidad docente que pertenece a un servicio relativamente nuevo, que llegó por primera vez a la provincia de Toledo en noviembre de 2020 junto a la apertura del nuevo hospital. Junto a él, el centro manchego también incorporó las especialidades de Oncología Radioterápica y de Medicina Nuclear, todas vinculadas al área de las radiaciones ionizantes.
“Desde el principio ya se vio la potencialidad del servicio, que estaba bien dotado tanto a nivel de recursos materiales como humanos, y que además ha ido creciendo en estos años. Ahora mismo somos nueve facultativos, y siempre habíamos tenido la inquietud de contar con una unidad docente”, señala a ConSalud.es Francisco Clemente, tutor del Servicio de Radiofísica del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo. Los miembros que llegaron a la unidad hace menos de cinco años, destaca, ya contaban con una dilatada experiencia profesional, y procedían de hospitales con una “tradición docente importante”.
Una unidad docente te ayuda a estar más metido en el día a día, simplemente por el hecho de estar pendientes de ellos tienes que estar alerta y en la pomada
“Todos más o menos decíamos: ¿por qué no vamos a tener residentes aquí? Una unidad docente te ayuda a estar más metido en el día a día, simplemente por el hecho de estar pendientes de ellos tienes que estar alerta y en la pomada. Al ser un servicio que llevamos tres, cuatro años, nuestro trabajo muy novedoso, y ahora ha llegado la radioterapia. Siempre hay cosas desafiantes que te obligan a estar actualizado y a tener una preocupación por formar a gente en el estándar diario y en las nuevas técnicas más punteras”, indica Clemente, quien reconoce que el proceso burocrático iniciado por la unidad docencia del hospital hasta conseguir la acreditación, eso sí, ha sido especialmente “tedioso y largo”.
Los miembros del servicio, asegura el radiofísico hospitalario, están muy motivados con la llegada del nuevo RFIR, aunque para ello tendrán que esperar todavía más de un año. A él intentarán transmitirle la “ilusión” de su día a día, manteniendo la motivación del equipo del hospital en la asistencia y en la docencia. Y es que, hasta ahora, la experiencia “más cercana” a contar con un residente la tienen con un compañero que trabaja con ellos a través de una beca investigadora de fondos europeos. También algún otro estudiante, añade, ha solicitado hacer una estancia dentro de la unidad.
“Lo que aprenden los RFIR durante los tres años que dura la residencia son básicamente las tres áreas que componen actualmente la especialidad: la protección radiológica, que es transversal a todas las especialidades, y las áreas asistenciales de radioterapia -que es la que tiene mayor carga- y de diagnóstico por imagen e intervencionismo, es decir, todas las prácticas intervencionistas que hacen uso de la radiación para cualquier intervención quirúrgica. La especialidad contempla cada uno de estos apartados”, explica el experto.
UN NUEVO HOSPITAL PARA TODA UNA PROVINCIA
La mayor parte de las plazas de Radiofísica Hospitalaria se ofertan en grandes ciudades y hospitales. El de Toledo, pese a lo que pueda parecer en un primer momento, dispone de 853 camas, y cubre a casi 500.000 habitantes de toda la provincia. De hecho, sus profesionales muchas veces tienen que prestar asistencia a centros de especialidades que están dispersos geográficamente, y los del servicio de Radiofísica van a empezar a proporcionar al Hospital de Talavera todo lo relativo a la calidad y equipamiento de la parte de radiodiagnóstico.
Gracias a esto, afirma Francisco Clemente, dentro del Hospital Universitario de Toledo se respira un ambiente muy familiar entre todos sus profesionales, algo fundamental que quieren transmitir a los futuros residentes de la especialidad que sea. Especialmente dentro de la suya, insiste el radiofísico, tienen “perfectamente cubierta” cualquier técnica de radioterapia que exista hoy en día. “La potencialidad del servicio es buena en todos los sentidos, tanto en la parte asistencial como de investigación, donde tenemos un grupo que ha sido recientemente acreditado por el Instituto de Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha. El residente que venga va a estar muy bien amparado”, confía el tutor del Servicio de Radiofísica.