La física médica es un área que suele tener muy poca cabida en el grado de Física. Por eso, la opción de dedicarse al ámbito sanitario a través del RFIR (Radiofísico Interno Residente) sigue sin ser todavía muy conocida por aquellos que entran a la carrera, y su examen es quizá el más distinto al que se tienen que enfrentar de entre todas las titulaciones que componen la Formación Sanitaria Especializada. Iago supo sobreponerse a todo ello, y ha obtenido la mejor calificación en la edición de 2025.
“Los médicos se preparan para el MIR con un temario parecido al que han visto durante la carrera, y tienen exámenes parecidos. Nosotros, en cambio, no tenemos casi ningún examen tipo test, son todos más de desarrollar, más laboriosos, cuando en el RFIR la clave está en responder muy rápido a todo”, indica el joven gallego a ConSalud.es. Él, al igual que el número 1 del año pasado -que también se llamaba Iago-, se graduó en Física por la Universidad de Santiago, donde la física médica se da “en una o dos asignaturas, que además son optativas”. “Y yo ni las cursé”, destaca.
Entonces, ¿por qué el RFIR? Como suele ocurrir en estos casos, Iago no tenía muy claro hacia donde encaminarse al terminar el grado, y esta opción no estaba dentro de sus planes iniciales. De hecho, realizó un máster en física nuclear y de partículas enfocado en la investigación, y llegó a comenzar un doctorado, pero finalmente se planteó la posibilidad del RFIR después de que su madre, que trabaja en el entorno sanitario, le hablase sobre ella y le comentase que era una buena opción para él.
"Nosotros no tenemos casi ningún examen tipo test durante la carrera, son todos más de desarrollar, más laboriosos, cuando en el RFIR la clave está en responder muy rápido a todo”
“Aún no tengo muy claro qué se hace en el día a día de la residencia, me informaré a partir de ahora, pero entiendo que es una buena opción para empezar a entrar en el mundo laboral. Es un área que me atrae, como prácticamente todo en física, pero no ha sido por una vocación que tuviese desde el principio”, reconoce Iago. “Espero enamorarme de ella, y poder ayudar de alguna manera a la gente”, añade.
Dentro de que el abanico de posibilidades no es muy amplio -solo hay 51 plazas en España para una única especialidad, Radiofísica Hospitalaria-, Iago va a tener el privilegio de ser el primero en elegir el hospital en el que quiere hacer la residencia. De momento, su intención es quedarse en Santiago de Compostela, ya que le han hablado de muchos físicos de su misma universidad que actualmente están trabajando allí. “Además, tengo entendido que en 2026 van a abrir nuevas instalaciones de protonterapia por aquí, y aunque no sé si eso va a tener un efecto muy inmediato en nosotros, sí que es un gran atractivo que le veo. Me parece una muy buena oportunidad”, subraya.
LOS SECRETOS DEL ÉXITO
Es muy difícil encontrar a alguien que saliese de su examen de Formación Sanitaria Especializada con la sensación de que le había salido bien. Iago no es una excepción, aunque en su caso la palabra es más “incertidumbre”. “Tenía claro que lo había hecho bastante bien como para conseguir plaza, de eso estaba seguro. Incluso, viéndolo después en frío, que iba a tener una posición bastante buena. Ahora bien, para nada que iba a ser el mejor de todos los que se presentaban a la convocatoria”, asegura el joven.
“La clave del examen es saber identificar bien las preguntas a las que vale la pena responder y cuáles no, porque esas solo te van a hacer perder tiempo"
Pero es que, además, esta no era la primera vez que Iago se presentaba al examen. Ya lo hizo en 2024, pero, en aquella ocasión, habiendo estudiado solo unos meses y sin academia. Por eso, para el de 2025 ha estado prácticamente un año antero: “Me quedé con la sensación de que si le dedicaba un poco más de tiempo lo iba a conseguir”.
La principal diferencia, destaca el físico, es que esta vez ha hecho muchísimos más simulacros, y eso le ha dado una experiencia para encarar y saber manejar el examen que es “casi tan importante” como el conocimiento en sí: “Cómo funciona, el tiempo que hay que dedicar a cada pregunta…”. “La clave del examen es saber identificar bien las preguntas a las que vale la pena responder y cuáles no, porque esas solo te van a hacer perder tiempo. Si te lo has preparado bien, una gran parte de las preguntas son bastante fáciles, y con saber responderlas rápido y minimizar las errores ya tienes hecha una gran parte para conseguir plaza. Si te interesa quedar en un puesto alto, ya tienes que profundizar un poco más en todos los temas”, recomienda el futuro radiofísico hospitalario.