De toda la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada (FSE), los que se presentan desde la titulación de Biología (BIR) son los que lo tienen más difícil para entrar: en base a la oferta de este año del Ministerio de Sanidad, solo hay plaza para uno de cada 16 aspirantes que han realizado la prueba. Por eso, ser el mejor de todos ellos es algo a tener muy en cuenta, un privilegio del que es bien consciente el número uno de 2025, José Carlos Martín Alonso.
“Todavía no lo tengo muy procesado, no me esperaba para nada sacar la mejor nota. Hasta que no salieron las respuestas provisionales no metí mi plantilla, porque no quería hacerme ilusiones, y cuando vi que iba a estar entre los mejores me puse muy contento. Es mi primer año presentándome al BIR y fui a por todas, ni siquiera me planteaba qué es lo que pasaría si no saca plaza este año”, asegura José Carlos en una entrevista concedida a ConSalud.es.
El joven canario, graduado en Biomedicina por la Universidad Autónoma de Barcelona, decidió presentarse al examen porque era la salida que más le llamaba. “Yo no entré en la carrera porque tuviese ninguna vocación específica, simplemente me gustaba lo biomédico. Allí te llevan mucho hacia la investigación, y el año pasado incluso terminé un máster sobre ello, pero a la larga no lo veía como una profesión para mí, porque yo busco un poco de estabilidad. Además, estuve viendo las salidas, y tampoco me llamaba mucho lo privado”, recuerda.
Así, nada más terminar el máster se apuntó a la Academia GoBIR para comenzar a preparar el BIR, una opción que descubrió en tercero de carrera después de que en su universidad organizaran algunas charlas sobre la oposición. “Me metí al máster para darle una oportunidad a la investigación, pero ya lo tenía más o menos claro. La asistencia es lo que consideraba que me podía atraer más a nivel personal, el trabajar de cara al ámbito público. De ahí nació mi inquietud”, destaca el futuro especialista. “Además, yo estudié Biomedicina, una carrera que ya se acerca más al temario del examen BIR que otras más centradas en la Biología pura y dura, así que me dije: ‘Si alguien puede ir directo, ese soy yo’”, añade.
"El BIR no cierra muchas puertas, hay otras salidas que siento que están ya muy encaminadas desde el principio"
Y es que el BIR, pese a la dificultad que supone el poder entrar, “no cierra muchas puertas”. Al menos así lo siente José Carlos: “Aquí puedes dedicarte a lo asistencial, pero también puedes expandirte a nivel profesional investigando, hacer un doctorado desde el BIR… o incluso saltar a la privada. En cambio, hay otras salidas que siento que están ya muy encaminadas desde el principio. Todavía no he hecho la residencia, pero siento que el BIR te forma muy bien”.
De hecho, su intención es no renunciar a la investigación, y seguir involucrado en ella desde la residencia, “aunque con una vertiente más clínica, dando un servicio asistencial constante”. Tan claro lo tenía que, recapacita, sí que se hubiese vuelto a presentar el año que viene de no conseguir plaza en 2025. “Sí que hubiera sido muy diferente, porque ya tendría que trabajar. Pero desde luego que lo habría intentado”, matiza el futuro especialista. Al final, estudió durante seis meses, dedicándose única y exclusivamente a ello. “Me puse a full. Por suerte, todavía tenía la beca del máster, así que pude sobrevivir un poco gracias a eso”, explica.
A pesar de lo exigente del estudio, y de saber que iba a tener que estudiar durante muchas horas, el joven canario siempre tuvo claro que no iba a “renunciar a nada” durante el pasado medio año. “Yo soy una persona muy social. Me gusta tomarme el vermú con mis amigos, ir al cine, al teatro, al museo, salir de fiesta… sabía que iba a tener que hacer esto en menor medida, pero estoy muy contento porque he conseguido encontrar los huecos para hacer de todo. Creo que esto ha sido precisamente lo que ha ayudado a mantener la cordura”, insiste.
BARCELONA, EL LUGAR A ESTAR
José Carlos lleva ya cinco años y medio viviendo en Barcelona, a donde se fue para estudiar la carrera. Por eso, subraya, ahora que tiene la posibilidad de elegir la plaza que quiera, se va a quedar en la Ciudad Condal, ya que además no tiene “inquietud” por irse. Tampoco se plantea volver a Canarias, básicamente porque allí no hay plazas BIR. “Todavía no tengo decidido el hospital, iré a sus jornadas de puertas abiertas para informarme”, revela.
La especialidad que más le llama es Bioquímica Clínica, puesto que “toca bastantes palos”, justamente lo que él busca como residente: genética, inmunología… “Pero tampoco me cierro puertas. Inmunología y Análisis Clínicos también me gustan”, destaca. “Yo no soy una persona con ambición de tener éxito o reconocimiento, yo lo que quiero es poner mi granito de arena y colaborar en lo que pueda”, sentencia.