No es nada habitual que un cargo como el de decano de Medicina sea ocupado por alguien que poco o nada de tiempo de su carrera profesional ha dedicado a la asistencia clínica. Pero ahí están ejemplos como el de Manuel Rosety, de la Universidad de Cádiz, quien ha vuelto a ser reelegido después de cuatro años. Sin embargo, lo que sí que es una rara avis en toda regla es ser el máximo dirigente de una facultad de Medicina sin tan siquiera ser médico. Por eso, lo de Antoni Bennasar Figueras -Doctor en Biología- en la Universitat de les Illes Balears es algo que no se ve todos los días.
“Algunos me tachaban de inconsciente, decían que no sabía dónde me metía. Pero yo quise aceptar el reto, y no me arrepiento. De hecho, cuanto más voy conociendo los detalles, más crece la ilusión”, afirma en una entrevista concedida a ConSalud.es justo el día en que cumple sus primeros cinco meses en el cargo. Licenciado en Biología en la propia Universitat de les Illes Balears, Bennasar Figueras ejercía en ella, hasta septiembre del año pasado, como profesor de Microbiología. Pero la decisión de su predecesor, Miquel Roca, de dejar el puesto después de cinco años, hizo que su vida diese un vuelco.
“Algunos me tachaban de inconsciente, decían que no sabía dónde me metía"
Así, Bennasar Figueras ha pasado a ser el tercer decano de la historia de esta joven Facultad de Medicina, que no llega a los ocho años de edad. Y los inicios no fueron nada fáciles... tardó más de lo que suele ser habitual en completar oficialmente al equipo que le acompaña, que, para más inri, está formado por dos farmacéuticos como vicedecano y secretario: Fernando Yáñez Gómez y Priam Francesc de Villalonga Smith, respectivamente. “El principal obstáculo era directamente que la gente no quería, porque los temas administrativos de la universidad suelen quemar bastante. Sobre todo en una facultad de Medicina, que añade uno o dos grados más de complejidad”, apunta.
La única médica del equipo decanal es su coordinadora de prácticas clínicas, Elena Jiménez Belío, quien este curso ha incorporado de la anterior junta directiva la posibilidad de hacer prácticas rotatorias en Ibiza y espera poder llegar pronto también a Menorca. “Entre el decano anterior, que ya llevaba un año queriéndose ir, y la gente del equipo que se jubilaba, hemos hecho una revolución al completo”, señala. Y es que la doctora Jiménez Belío le permite, además, “interactuar con garantías” con el profesorado de la carrera, puesto que es el colectivo que supone el mayor reto para Bennasar Figueras.
“Tenía el temor de cómo me iba a aceptar la comunidad médica, pero he de alabar la buena predisposición y aceptación que me están demostrando”
“Somos una facultad con pocos estudiantes y con un profesorado poco consolidado, formado casi en su totalidad por profesores asociados. Eso está bien para empezar, pero no se puede mantener siempre así. Necesitamos alcanzar una estabilización a través de figuras permanentes y que sean personal médico”, subraya el nuevo decano de Medicina de la Universitat de les Illes Balears, profesor de Microbiología en la Facultad desde hace ocho años. “Tenía el temor de cómo me iba a aceptar la comunidad médica, pero he de alabar la buena predisposición y aceptación que me están demostrando”, añade.
Y no solo por parte de los profesores: Antoni Bennasar Figueras también asegura haber encontrado el respaldo de los colegios de médicos, alumnos y sociedades científicas de las Islas Baleares: “Han manifestado ganas de conocerme y de mantener reuniones, y sobre todo tengo que destacar la colaboración que hemos tenido con el Colegio de Médicos deBaleares en diferentes facetas”. “Mi agradecimiento es máximo hacia todos los estamentos. Estamos en negociaciones con la Consellería para poder convocar esas plazas de profesores permanentes, que también pide la LOSU, y que podrían suponer otro reto: crear distintos departamentos por áreas de conocimiento”, insiste.
MANTENER UNOS BUENOS NÚMEROS EN EL MIR, OBJETIVO POR DELANTE
La Facultad de Medicina de la Universitat de les Illes Balears, inaugurada en 2016, presentará en este 2024 a su tercera promoción de graduados médicos a la convocatoria de Médico Interno Residente (MIR). En la de 2022, fue una de las diez únicas universidades con pleno de aprobados entre sus alumnos presentados. Junto a ella, la Autónoma de Madrid, la de Cantabria, la de Girona, la de Castilla-La Mancha, la de Lleida, la de Navarra, la Francisco de Vitoria -privada-, la de Oviedo y la del País Vasco. Su mejor número de orden terminó en la posición 29.
“El hecho de tener unas cuotas de entrada con unas notas tan altas es una apuesta a caballo ganador"
“El hecho de tener unas cuotas de entrada con unas notas tan altas ya te asegura un poco el nivel del alumnado que accede al grado. Es una apuesta a caballo ganador”, indica Bennasar Figueras, quien informa de que, a pesar del aumento de plazas implementado por el Ministerio de Sanidad, cerca de 2.000 alumnos se han quedado en lista de espera este curso, sin poder acceder al grado. “También es verdad que es más fácil siendo una facultad pequeñita, de 60 alumnos por curso, que no otra de más tradición que presenta a 300”, matiza.
“Son datos para ser optimistas de cara al futuro. Está claro que la gran parte del mérito es del estudiante, pero me gustaría resaltar las buenas bases y herramientas que proporcionan las universidades para la adquisición de competencias, tanto generales como específicas. El alumno no va a llegar a ese sprint final sin el trabajo realizado desde la Facultad”, sentencia.