El último número 1 del MIR que ‘huyó’ de Dermatología y Cirugía Plástica: “Mi perfil es más clínico”

Entrevistamos a Daniel Goméz, número uno en el MIR de 2021 y el último que optó por una especialidad diferente a Dermatología

Daniel Gómez, número 1 en el MIR de 2021 (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
Daniel Gómez, número 1 en el MIR de 2021 (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
Manuel Gamarra
31 marzo 2025 | 19:30 h

En cinco de las seis últimas convocatorias MIR, Dermatología Médico-Quirúrgica y Venerología ha sido la elección del aspirante con mejor número de orden. La excepción se produjo en 2021, cuando el médico ciudadrealeño Daniel Goméz escogió el Hospital Clínico San Carlos para hacer Cardiología, una especialidad que, si bien siempre ha estado entre las preferencias de los mejores MIR, y suele ser de las primeras en agotar todas sus plazas, lleva ya varios años perdiendo fuelle. A él, sin embargo, nunca le llamó la atención ni Dermatología ni Cirugía Plástica, otra de las especialidades que figuran entre las más demandadas por los aspirantes.

De hecho, la duda de Daniel fue entre Cardiología y Medicina Interna, como ya resaltó cuando le entrevistamos en su momento con motivo de su nota en el examen. “Entiendo que son especialidades bonitas y que ofrecen muchas posibilidades de trabajo tanto en el sistema público como en el privado, pero mi perfil era mucho más clínico, así que realmente nunca me las llegué a plantear como una posibilidad”, comenta ahora en una nueva entrevista concedida a este periódico, cuatro años después de obtener el mejor número de orden en el MIR.

El joven manchego pertenece, además, a la primera promoción de médicos que tuvieron que elegir plaza MIR bajo el formato exclusivamente telemático, una polémica decisión que tomó entonces el Ministerio de Sanidad -ya lo había intentando en 2020, pero el Tribunal Supremo se lo impidió- y que terminará en 2025, cuando vuelva la presencialidad. En su momento llegaron a haber incluso movilizaciones y encierros dentro del Ministerio por parte de los aspirantes como protesta por esta controvertida medida, como recuerda nítidamente Daniel.

"Son especialidades bonitas y que ofrecen muchas posibilidades de trabajo tanto en el sistema público como en el privado, pero nunca me las llegué a plantear como una posibilidad"

“La verdad es que fue una época muy difícil, tanto la preparación en plena pandemia como el propio examen. Aunque ya había pasado lo más fuerte de la pandemia, todavía había muchas restricciones, y olas con mucha repercusión en el sistema sanitario”, señala Daniel. Gracias a tener el mejor número de orden, eso sí, él no se vio afectado por el hecho de no poder acudir presencialmente a la elección de plaza: cualquiera que fuese su decisión, la conseguiría.

La parte más complicada, no obstante, llegó a la hora de buscar hospital para la residencia, ya que ni él ni el resto de los aspirantes podían acudir a las jornadas de puertas abiertas presencialmente, como suele ser habitual.  “Era todo a través de conversaciones telefónicas. Sin ir más lejos, esta semana ha sido la jornada de puertas abiertas en mi hospital, y los residentes han podido hablar con quienes han querido. Nosotros no tuvimos esa flexibilidad”, lamenta el futuro cardiólogo. Tampoco pudo mantener una relación como le hubiese gustado con sus compañeros del hospital, “que es una de las partes más bonitas de la residencia”.

Aún así, reconoce, vio un gran cambio en el momento de iniciar su formación como cardiólogo en el Clínico San Carlos, cuando la situación “mejoró significativamente” y sintió que en algún momento volvería una normalidad “como la que tenemos ahora”. “Las restricciones se fueron relajando, quitaron la mascarilla… veníamos de un estudio del examen y un postMIR en una situación muy complicada, y en la que tampoco quería exponerme demasiado al virus por mis familiares cercanos”, recuerda Daniel, graduado en Medicina por la Universidad de Castilla-La Mancha. “Por suerte, cuando yo empecé, no hubo una presión asistencial lo suficientemente alta como para atender exclusivamente a pacientes COVID. Sí que los veíamos en alguna rotación por Urgencias o Medicina Interna, pero no era algo sistemático”, añade.

UNA ESPECIALIDAD CON ENORMES POSIBILIDADES

Daniel pudo estudiar Medicina en su Ciudad Real natal, pero a la hora de especializarse optó por cambiar de aires y mudarse a Madrid, una decisión de la que, si bien le supuso un “gran cambio”, no se arrepiente para nada. Tampoco de la especialidad: ahora afronta su cuarto año de residencia de Cardiología con la intención de, al terminar en 2026, quedarse en el Clínico San Carlos como adjunto durante, como mínimo, los dos años de subespecialización que quiere hacer en el área de Electrofisiología Cardíaca Intervencionista. Para especializarse en ella, subraya, su hospital dispone de una unidad de arritmias “muy potente”.

 Y es que, si bien la parte que más le llamaba la atención al entrar era la clínica, se ha encontrado ante sí con una especialidad que ofrece muchas posibilidades y salidas profesionales para los médicos que se dedican a la Cardiología. Además, destaca, ha tenido la suerte de que le gusta “gran parte” de la especialidad a la que se va a dedicar. “El Clínico es un muy buen hospital, y la Cardiología es una especialidad muy potente dentro de él, una especie de diana en la que nunca paras de formarte. He tenido la suerte de coincidir con una gente estupenda, mis compañeros de residencia sin ir más lejos, y siento que estoy ante una buena oportunidad”, sentencia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.