Premio al mejor MIR de Neurología en Andalucía: “Le cambiamos la vida a los pacientes, literalmente”

Entrevistamos a Emilio Montero, elegido mejor MIR de 2024 de la especialidad de Neurología en Andalucía

Emilio Montero, mejor MIR de 2024 de la especialidad de Neurología en Andalucía (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
13 enero 2025 | 19:30 h

Como cada año, la Sociedad Andaluza de Neurología (SAN) ha entregado su galardón al mejor médico interno residente (MIR) de la especialidad dentro de la comunidad autónoma del sur de España, un premio que tiene en cuenta la “formación y capacitación” como futuros neurólogos de los agraciados y que en este 2024 ha ido a parar a Emilio Montero, del Hospital Universitario Virgen de la Macarena de Sevilla. El joven, asegura en una entrevista concedida a ConSalud.es, no se esperaba esta noticia, hasta el punto de que le pilló en pleno “doblete de guardias” en el momento del anuncio, durante la celebración de la XLVI Reunión de la SEN en la ciudad de Cádiz.

Fue toda una sorpresa, sinceramente. Yo me quedé aquí en Sevilla, muy liado, para que los residentes pequeños pudiesen ir al congreso de la SEN. Sí que envié los papeles que te piden para presentar la candidatura, pero en Andalucía hay mucha gente, y los residentes hacen miles de cosas. Así que me puse muy contento”, recuerda Montero. Y no es para menos: el premio -otorgado por un jurado compuesto por los tutores de residentes de Neurología de cada uno de los hospitales de Andalucía que ofrecen formación MIR-, más allá de lo que supone para el currículum de un médico -sobre todo de cara al extranjero, ya que en España no cuenta para las bolsas de trabajo-, tiene una dotación del mil euros.

Sin duda, este dinero le va a venir muy bien a un joven al que le gusta mucho viajar para conocer cómo es la forma de trabajar en otros países. Ya durante la carrera de Medicina, que cursó en la Universidad de Sevilla (US), hizo tres estancias: un año al norte de Italia, cerca de Milán; ocho meses en Montpellier, al sureste de Francia; y otros seis meses más al otro lado del charco, en México. “Te puedes imaginar que, a la hora de elegir la especialidad después del MIR, tenía claro que me quería quedar cerquita de casa”, justifica entre risas.

"Fue toda una sorpresa. En Andalucía hay mucha gente, y los residentes hacen miles de cosas"

Pero es que, por si esto fuese poco, en marzo hará una rotación de dos meses, ya centrada en su especialidad, en Brasil. Allí, señala el R4, espera poder ver el funcionamiento de la Neurología en un ámbito “muy diferente” al nuestro: “Seguro que consigo sacar experiencias buenas”. Y no solo eso: también tendrá la posibilidad de conocer la especialidad de Enfermedades Infecciosas, que en España todavía no está creada dentro del Sistema Nacional de Salud. “Siempre me había gustado mucho, pero para trabajar de ello aquí tienes que hacer Medicina Interna, y aún así no te garantiza que vayas a terminar siendo infectólogo. Mi rotación en Brasil es de Neuroinfectología, así que espero poder quitarme la espinita”, subraya el médico.

A pesar de ello, Emilio tiene muy claro que tomó la decisión correcta a la hora de escoger una especialidad como Neurología, que cada vez goza de más tratamientos y pruebas complementarias para diagnosticar y tratar a los pacientes: “Les cambia la vida, literalmente”. “Tradicionalmente se decía que, dentro de la Neurología, había pocas pruebas y tratamientos, pero a día de hoy para nada es así. Técnicas basadas en la genética, uso de la tecnología, sobre todo a nivel radiológico… la especialidad ha evolucionado muchísimo”, explica el residente. “Antes, había enfermedades a las que no se podía ofrecer absolutamente ningún tratamiento más allá del sintomático, y a día de hoy ya hay muchos tratamientos dirigidos y con pocos efectos secundarios”, añade.

“Estamos en el siglo XXI, el siglo de la Neurología, en el que estamos viviendo una absoluta revolución en el apartado diagnóstico y terapéutico. No se ha visto en la historia de la Medicina nada parecido, nunca imaginamos que seríamos capaces de poner tratamiento a las enfermedades neurodegenerativas tan pronto”, indicaba recientemente a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Jesús Porta, quien atribuye esta cada vez mayor importancia de la especialidad a los cambios que se han producido recientemente en la sociedad, “mucho más activa y estresante”: “Antes, la gente no acudía tanto a los profesionales, y sus enfermedades neurológicas se trataban menos. Ahora, ante cualquier síntoma, tengan la edad que tengan, te van a consultar”.

“Antes, había enfermedades a las que no se podía ofrecer absolutamente ningún tratamiento más allá del sintomático, y a día de hoy ya hay muchos tratamientos dirigidos y con pocos efectos secundarios”

Gracias a sus rotaciones durante los cuatro años de residencia, Emilio ha tenido la oportunidad de conocer los campos de la Neurocirugía, la Neuroradiología y la Neuroradiología intervencionista en el Hospital Virgen del Rocío, el más grande de Sevilla. También pasó por Madrid, rotando durante cuatro meses en un centro de epilepsia. Y es que, tales son las posibilidades que ofrece a día de hoy la Neurología, que el joven prefiere no decantarse todavía por ninguna subespecialidad concreta. “Hay neurólogos que se empiezan a subespecializar en, por ejemplo, vascular, pero si luego, por cosas del sistema, no se pueden dedicar exclusivamente a eso, se tienen que volver a formar. Yo prefiero no cerrarme, tener la mente abierta, y comenzar a especializarme cuando empiece a trabajar”, apunta.

UN FUTURO CENTRADO EN LA INVESTIGACIÓN

La vida de Emilio no se limita a hacer el MIR. Por suerte, destaca, el Hospital Virgen de la Macarena es “muy potente” en lo que a investigación se refiere dentro de su campo, algo que él no ha desaprovechado durante los cuatro años de residencia y que es una de las razones por las que ha recibido el premio (al que, lógicamente, solo pueden acceder los de último año). Además, el curso pasado realizó un máster de investigación y estadística básica asociada a la medicina clínica, y se matriculó en un doctorado. Su intención, afirma, es trabajar como neurólogo adjunto mientras publica artículos de investigación y prepara la tesis, para la cual dispone de cinco años.

Lo que no tiene tan claro es desde donde hará todo esto. La realidad, lamenta, es que cuando uno termina su residencia tiene “poquitas” opciones de quedarse a trabajar, “o a lo mejor no con las condiciones que quieres”. Si se puede quedar en el Virgen de la Macarena durante un tiempo, comenta, estaría “encantado”, pero no descarta otras posibilidades; incluso, con todo el bagaje que ha ido adquiriendo, podría ser fuera de España. “Si me tengo que quedar con algo de estos cuatro años de residencia, sería con el ambiente de trabajo. Las dinámicas y las relaciones entre residentes y adjuntos son buenísimas, y eso es súper importante en el día a día, sobre todo en momentos de estrés cuando hay periodos de mucha carga de trabajo”, insiste el futuro especialista.

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