Premio Fin de Residencia MIR 2024: “La investigación en Medicina de Familia pasa muy desapercibida”

Entrevistamos a Cristina Angulo, la jóven médica que acaba de ganar el Premio Fin de Residencia 2024 en la Comunidad de Madrid

Cristina Angulo, ganadora del Premio Fin de Residencia 2024 en la Comunidad de Madrid (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
7 julio 2024 | 11:00 h

En julio de 2020, Cristina Angulo se preparaba para comenzar, en el mes de septiembre y no en el de mayo, como suele ser habitual, el MIR más atípico del que se tiene recuerdo. Más aún en una especialidad como la que ella había elegido, Medicina Familiar y Comunitaria, que no dejaba de recibir a pacientes con sospecha de estar infectados por COVID. Ahora, cuatro años después, la joven médica, a punto de terminar la especialidad, ha recibido el Premio Fin de Residencia 2024, otorgado por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM).

“La verdad es que fue todo un honor, sobre todo cuando vi las caras de mis padres y de mi tutora, que vino al acto con su pareja, al recibir el premio. Me encantó ver la felicidad y el orgullo en sus ojos. Recuerdo que cuando me comunicaron la noticia por correo electrónico estaba en la consulta con mi tutora, y fuimos corriendo a contárselo a la jefa del centro de salud, que estaba con un paciente dentro. Incluso él me felicitó”, explica entre risas la residente del Centro de Salud Orcasitas, en el distrito de Usera, al sur de la ciudad de Madrid.

"Lo tienes que hacer en tu tiempo libre, yo a veces me quedaba escribiendo hasta la madrugada"

Y es que este Premio Fin de Residencia, apunta, sirve para poner en valor algo que “muchas veces pasa desapercibido en el MIR”, sobre todo en la especialidad de Medicina de Familia: la investigación. “Lo haces más por tu cuenta y de manera silenciosa”, indica Cristina, quien apenas un mes después de comenzar su formación, a finales de octubre, ya había mandado su primer caso clínico para intentar publicarlo: “Me puse desde el principio total”.

“La investigación versa sobre cualquier caso clínico que vemos en la consulta o en las guardias y que se sale un poco de lo común. El problema es que lo tienes que hacer en tu tiempo libre, yo a veces me quedaba escribiendo hasta la madrugada. En el día a día es imposible”, lamenta Cristina, quien está especialmente interesada en todo lo que tiene que ver con la ecografía, campo en el que precisamente le gustaría desarrollar su actividad profesional futura: “Ojalá pueda ser en el centro de salud en el que estoy ahora, o al menos en Madrid”.

"Hasta sexto de Medicina iba buscando todo, pero cuando terminé la carrera me di cuenta de que no quería renunciar a nada"

Lo que sí tiene claro, desde luego, es que su futuro profesional pasa por dedicarse a la Medicina de Familia, una especialidad de la que se “enamoró” en el último año de carrera. “Hasta sexto iba buscando todo, y me planteaba prácticamente cualquier especialidad generalista: Intensiva, Interna… pero cuando terminé Medicina me di cuenta de que no quería renunciar a nada, y Familia me ofrecía eso: tocar absolutamente cualquier rama y no renunciar en ningún momento al paciente. Después llegó la rotación, y ya quedé encantada”, comenta.

La residente de Medicina de Familia podrá comenzar a perfilar su futuro a partir del mes de septiembre, cuando ya se pueda considerar a sí misma oficialmente especialista. Para entonces, habrá de presentar su trabajo de fin de residencia, que está haciendo en grupo con otros compañeros y que versa sobre los cuidados paliativos domiciliarios y la implicación de la Atención Primaria en ellos: “Es una cosa muy especial que solo existe en Madrid y Cataluña”.

DE UN HOSPITAL SIN RESIDENTES... A UNO DE LOS MÁS GRANDES DE ESPAÑA

Su centro de salud pertenece a la Unidad Docente del Hospital 12 de Octubre, uno de los más grandes de la Comunidad de Madrid y, por tanto, de España. Un gran cambio para una médica que hizo sus prácticas en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, que ni tan siquiera tiene residentes: “Realmente me apetecía ese cambio a un gran hospital, y la zona del 12 de Octubre me presentaba más retos para la especialidad de Medicina de Familia. Quería ver esos contrastes, y durante el tiempo que estuve en Urgencias comprobé que, efectivamente, la presión asistencial es altísima con respecto a otras zonas de Madrid. Las guardias eran duras”.

"No quiero renunciar a la investigación, y me estoy planteando matricularme en algún máster para seguir formándome"

Cuatro años después, afirma estar “contentísima” en un centro de salud que se ha convertido en su “segunda casa”: “No cambiaría mi elección para nada”. “El final de la residencia da un poco de pena y vértigo por la nueva etapa que se viene, con otras responsabilidades. Pero a la vez con ganas, de probarte a ti misma, afrontar nuevos retos y demostrar lo que has aprendido en estos cuatro años. Tampoco quiero renunciar a la investigación, y me estoy planteando matricularme en algún máster para seguir formándome”, afirma Cristina, ganadora de un Premio Fin de Residencia en el que se impuso a los cerca de 300 residentes que van a terminar su formación en Medicina Familiar y Comunitaria en la Comunidad de Madrid este año.

“La residencia tiene tres pilares: investigación, práctica clínica y docencia, y yo yodo eso lo ha disfrutado muchísimo. En Atención Primaria hay infinidad de campos, y, además de la ecografía, también me interesan mucho otros como la cirugía menor, las urgencias extrahospitalarias y los cuidados paliativos”, concluye Cristina Angulo, quien, en la recogida del galardón, además de a sus compañeros, tutora y familia, también mostró su agradecimiento a los pacientes “por ofrecerle la posibilidad de aprender de cada uno de ellos”.

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