Plaza MIR adjudicada, toca ponerse a encontrar piso en 2 semanas: “No da tiempo a buscar casi nada”

Olga, residente de primer año de Medicina de Familia en Zaragoza, nos relata cómo fue su experiencia cuando en la convocatoria MIR de 2023 tuvo que ponerse a buscar piso en menos de dos semanas

Cartel de 'se vende' en un piso de Madrid (FOTO: Javier Millán - ConSalud.es)
8 abril 2024 | 00:00 h

A partir del lunes 8 de abril, las más de 11.750 personas que aprobaron el examen de acceso a la convocatoria de Médico Interno Residente (MIR), y que desde este viernes pueden ya solicitar electrónicamente su plaza, comenzarán a saber qué vacante les ha sido finalmente adjudicada. Los que han obtenido los mejores números de orden tendrán el ‘privilegio’ de conocer esta información en los primeros días, con un margen de casi un mes para organizar su nueva vida antes de comenzar la residencia el 7 de mayo y, en caso de ser necesario, buscar piso en otra ciudad de España. Sin embargo, la inmensa mayoría no correrán la misma suerte.

Y es que dicha adjudicación de plazas MIR durará hasta el viernes 19 de abril. Así, muchos futuros residentes de Medicina, los que no hayan conseguido un número de orden muy alto, tendrán un margen de días realmente pequeño para encontrar alojamiento, con todo lo que eso supone a todos los niveles. Este fue precisamente el caso de Olga, residente de primer año de Medicina de Familia en Zaragoza que apenas dispuso de 18 días para buscar piso en la pasada convocatoria. Esta joven de Ávila, que estudió la carrera en Lleida, conoció su plaza el 4 de mayo de 2023, y se incorporó a la misma el 22 de ese mismo mes.

“Hemos tenido mucha suerte, porque vivimos en una zona muy buena. Todas vivimos a la misma distancia de nuestros hospitales”

“Tuve la suerte de poder hablar con una chica residente de mi especialidad de un año más que justo se iba a cambiar de piso, y me dijo que contaba conmigo para reemplazarla”, explica a ConSalud.es. Olga ahora vive en un piso de la capital maña con otras tres chicas, cada una de una especialidad y hospital diferentes, y a las que no conocía de antes. “Se pusieron en contacto conmigo a través de un grupo de Whatsapp de residentes que se creó. Yo me incorporé la última, cuando ellas tres ya habían hablado, y nos pusimos a buscar juntas un piso que estuviese por el centro. Pero buscar pisos de cuatro por el centro estaba complicado, así que ampliamos la zona”, recuerda.

De esta manera, en poco más de dos semanas, estas cuatro jóvenes médicas  -“mis compañeras vinieron aquí porque no les daba para otros sitios y se han llevado una buena sorpresa”- tuvieron que decidir entre un piso “en una zona que no nos gustaba tanto, pero amueblado y por una media de 400 por persona” u otro “en el centro, que era donde queríamos, pero sin amueblar y por 250 euros por persona”, apunta Olga. Al final, priorizaron la zona, y se fueron a vivir por la zona de la plaza de San Miguel, amueblando la casa una semana antes: “Hemos tenido mucha suerte, porque vivimos en una zona muy buena. Todas vivimos a la misma distancia de nuestros hospitales”.

“En diez días no te da tiempo a nada, y encontrar un piso que cumpla los requisitos mínimos no es nada fácil"

Sin embargo, el problema no era solo decidir entre una zona u otra. Y es que ninguna de las cuatro es de Zaragoza, y la única que ya estaba allí para poder visitar los pisos, comenta Olga, “estaba hasta arriba de trabajo”. Así, la joven abulense le tuvo que pedir a compañeros de lacarrera que eran de Zaragoza que visitasen los pisos por ellos. “En diez días no te da tiempo a nada, y encontrar un piso que cumpla los requisitos mínimos no es nada fácil. Hay mucha oferta de pisos sin amueblar, es una barbaridad”, critica la futura especialista en Medicina de Familia.

“De hecho, tengo varios amigos residentes que están mirando para cambiarse de piso. Al principio, en ningún momento se habían planteado coger uno sin amueblar, pero ya se lo están pensando”, añade la médica, quien afirma que es “más factible” encontrar piso para tres personas. “Lo de tener que ir corriendo para encontrar piso y amueblarlo entero no lo recomiendo, pero es lo que había. Al llegar, tuvimos que hacer una inversión bastante importante, pero yo creo que si nos quedamos cuatro o cinco años nos va a rentar”, indica. Y es que casos como el suyo, que eligió Zaragoza por lo bien comunicada que está “y porque ya conocía la ciudad de la carrera”, hay miles en cada convocatoria MIR.

ADELANTAR LOS PLAZOS, ¿POSIBLE SOLUCIÓN?

“Hay dos cosas. Por un lado están tanto el poco tiempo que tienen para la gestión del alquiler como el desconocimiento que existe a la hora de hacerlo: cuántas visitas tengo que hacer, qué documentación tengo que pedir, si me van a pedir las últimas nóminas, fianza, comisión en el caso de las inmobiliarias… cosas que igual lo tienen asimiladas en su cabeza. Y, por otro, el tema económico, que al final ya no es solo de los residentes, sino de la población en general”, explica también a este medio Rodrigo Mohedano, cofundador de MIRCoach, plataforma de apoyo psicológico para los MIR que el año pasado puso en marcha un grupo de Whatsapp que pone en contacto a los futuros residentes que hay repartidos por toda España.

Al final, como indicaba Olga, las redes sociales suelen ser el principal salvavidas para los MIR. También para Teresa, residente de tercer año de Endocrinología en Bilbao. “Todos estamos más o menos en la misma situación, dentro de grupos, y la cosa es meterte en los huecos que quedan libres en los pisos. Yo entré en un chat de gente que estaba buscando piso allí, y si decían que les faltaba algún integrante, me ofrecía amablemente”, explica esta alicantina, que, al contrario que su compañera de Ávila, no encontró tan difícil el proceso: “Casi todo el mundo comparte piso, y lo que buscan son integrantes sueltos. Hay que exponerse a la incertidumbre y abrazarla”.

"Los que eligen los últimos no solo tienen menos tiempo, sino también mucha más incertidumbre, porque no saben qué es lo que les va a quedar"

Al igual que MIRCoach, desde Asociación MIR también se ponen a disposición de todos estos futuros residentes en busca de plaza para ayudarles durante el proceso. “La gente que tiene un número de orden alto, y escoge al principio, sabe más o menos qué plaza va a elegir y tiene más tiempo para prepararse. Pero los que eligen los últimos no solo tienen menos tiempo, sino también mucha más incertidumbre, porque no saben qué es lo que les va a quedar. Al final, muchos se ven obligados a coger un piso provisional y, ya asentados en la ciudad, se ponen a buscar el definitivo”, denuncia su presidenta, Alejandra García.

Así, Asociación MIR lleva ya varios años reivindicando que se adelanten los distintos plazos de la convocatoria para que aspirantes tengan más tiempo entre la adjudicación de plaza y su incorporación a la misma. “Entiendo que dentro del Ministerio entran en juego muchos actores para decidir las fechas, pero lo ideal sería repartir un poco los plazos de manera equitativa, para que todos los aspirantes tengan más margen de cara a la organización”, solicita Alejandra. “Y el problema no es solo para los de primer año. Hay gente que luego hace rotaciones. Por ejemplo, un médico que está en Madrid igual se tiene que ir en verano a Barcelona, y necesita un piso solo para julio y agosto. Y eso es súper complicado”, recuerda Mohedano.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.