Así será la nueva formación MIR en Medicina del Trabajo: adiós al curso teórico y menos rotaciones

Juan Carlos Rueda Garrido, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo, nos explica cómo es el nuevo programa MIR de su especialidad en el que están trabajando

MIR de Medicina del Trabajo (FOTO: Hospital Vall D'Hebron)

Medicina del Trabajo es una de las muchas especialidades médicas que trabajan por adaptar a la realidad actual el programa formativo de sus residentes, que lleva sin actualizarse desde el 2005. Y es que, más allá de la evidente necesidad de plasmar cómo trabajan en los servicios de prevención de riesgos laborales de los hospitales españoles, que han cambiado sobremanera en comparación con cómo eran hace casi veinte años, Medicina del Trabajo, como ya abordamos en este artículo, es una de las especialidades que más abandonos sufre. Por eso, necesitan un nuevo programa que sea atractivo para los jóvenes médicos que terminan la carrera y se presentan al MIR.

En este proceso se encuentra a día de hoy la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), que, informa en una entrevista concedida a ConSalud.es su presidente, Juan Carlos Rueda Garrido, recibió en el mes de octubre la “petición” por parte de la Comisión Nacional de la especialidad (órgano dependiente del Ministerio de Sanidad y encargado de aprobar en última instancia dicho programa) de elaborar un informe con sus propuestas de actualización y modificación. “Ya se lo hemos enviado, y ahora estamos esperando a que lo tramiten. Luego falta que el Ministerio vaya moviendo las fichas para que salga”, apunta.

El primer aspecto que van a buscar modificar -más bien suprimir- lo tienen muy claro: el curso superior de Medicina del Trabajo, que tiene 800 horas de duración y es imprescindible para todos los residentes. Y es que, lamenta Rueda Garrido, esta es una de las principales razones que tiran para atrás a los médicos a la hora de escoger su especialidad -solo la suya, junto con Medicina Preventiva y Salud Pública y Medicina Familiar y Comunitaria, dejó plazas libres en la pasada convocatoria MIR- o incluso que les hacen abandonarla a los que ya la han elegido: “Son varios meses en los que los residentes se tienen que ir a otra unidad docente a formarse”.

"Creemos que no tiene mucho sentido para el residente de Medicina del Trabajo meterse en un quirófano de Traumatología"

Todas las personas que han participado en los tres grupos de trabajo compuestos por miembros de la AEEMT -uno de médicos del trabajo con experiencia en formación especializada; otro de especialistas con más de diez años de ejercicio profesional; y otro “junior”, con menos de tres años de experiencia pero con el periodo de residencia más reciente-, subraya el especialista, coinciden en que este curso debe desaparecer. La formación teórica presente en cualquier especialidad, en todo caso, “debería estar guiada por el servicio de prevención o la unidad docente del residente, sin obligarle a tener que desplazarse”.

Una vez suprimido este curso, el segundo gran punto que buscan modificar del programa es el de las rotaciones. A día de hoy, las de las especialidades médicas están establecidas en cinco meses de duración. “Creemos que deberían ser de tres meses, y estar reducidas a tres especialidades, cinco si tenemos en cuenta Neurología y Medicina Interna: Cardiología, Neumología y Alergología”, indica el médico del trabajo. “Luego, las rotaciones relacionadas con la patología articular tienen una duración de seis meses, y nuestra propuesta es también bajarlas a tres o cuatro. Por ejemplo, creemos que no tiene mucho sentido para el residente de Medicina del Trabajo meterse en un quirófano de Traumatología, sino que lo interesante en nuestra especialidad es potenciar las consultas y las urgencias de Traumatología”, añade.

Junto a la rotación por Traumatología, posiblemente la más importante de su especialidad pero que, resalta Rueda Garrido, acaparaba mucho tiempo de formación, incluyen dos meses por Medicina Física y Rehabilitación y otro más por Reumatología, “donde se aprende muchísimo”: “Sobre todo con trabajadores vulnerables afectados por patologías reumáticas, que cada vez van creciendo más”. “Las especialidades médico quirúrgicas, Dermatología, Otorrinolaringología y Oftalmología, se podrían quedar como hasta ahora, en dos meses, y Salud Mental reducirla de uno a dos. Si a eso le sumamos los cuatro meses de vacaciones, ya tendríamos la especialidad de cuatro años completada”, explica el especialista.

MÁS TIEMPO EN SU PROPIO SERVICIO

Su intención es, de esta manera, que sean 32 y no 24 los meses que el residente está formándose en el servicio de prevención, para que pase más tiempo “en lo que verdaderamente va a ser el futuro de su profesión” y menos por otras especialidades que no se ajustan tanto a la realidad actual. Su sociedad científica también pretende que las rotaciones externas de todas esas especialidades comiencen en tercer curso, “en función de los acuerdos de colaboración que se puedan tener”, y no en primero o segundo, como ahora: “Creemos que con las urgencias y el resto de competencias ya tienen suficiente”.

"Tenemos que intentar hacer un esfuerzo para que el sistema entienda que el médico del trabajo es importante dentro de lo público"

“Sí que es cierto que había algunas opiniones sobre hacer rotaciones en otros servicios que pudiesen tener más medios, como un hospital que dispone de cámara hiperbárica, pero al final no hemos querido incluir nada de dispositivos ni derogaciones especiales porque no queremos que unidades docentes que no tienen estos dispositivos acaben siendo desacreditadas”, matiza Rueda Garrido sobre un informe de actualización de la especialidad que lo que sí que incluye es la posibilidad de que los residentes pasen por dispositivos de rotación externa, como servicios de prevención, que no están acreditados como unidades docentes, pero que tienen la capacidad de formar de manera individual a pequeños grupos de residentes (aunque cada vez son más los servicios que, como los de Quirónprevención, consiguen dicha acreditación).

El grueso de la formación en Medicina del Trabajo, eso sí, seguirá siendo en el ámbito hospitalario público, pese que, como ocurre en otras muchas especialidades, las oportunidades laborales posteriores pasen la mayoría de veces por la sanidad privada. “Al margen de que, lógicamente, las empresas privadas también necesitan a estos especialistas, tenemos que intentar hacer un esfuerzo para que el sistema entienda que el médico del trabajo es importante dentro de lo público. Yo apoyo a los servicios de prevención, porque hacen una labor muy importante a la hora de formar a residentes, pero hay que tener cuidado y garantizar que cumplen con los criterios de calidad”, sentencia.

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