En apenas un par de meses, las 13.692 personas que realizaron el examen de acceso a la convocatoria MIR (Médico Interno Residente) de 2025, y que superaron la prueba -solo hubo 19 que no lo hicieron, ya que bastaba con sacar más de un cero-, estarán eligiendo la plaza que, dentro de cuatro o cinco años, les convertirá en especialistas sanitarios. Sin embargo, no todos podrán hacerlo, ya que la oferta del Ministerio de Sanidad para este año es de 9.007 vacantes, de las cuales 129 pertenecen a Medicina Preventiva y Salud Pública, una especialidad que, salvo sorpresa mayúscula, volverá a ser, junto a Medicina del Trabajo, de las últimas tanto en comenzar a elegirse como en agotarse.
Y es que hablamos de una de las especialidades más particulares, si no la que más, de toda la convocatoria MIR. “Depende mucho del perfil de cada uno. Si te gusta la parte un poco más ‘friki’ de la Medicina, como la ciencia de los datos, los determinantes sociales de la salud o el ámbito hospitalario y te apetece ser gerente, te va a encantar. Es lo bueno que tiene la Salud Pública, que entran muchísimos perfiles distintos de personas”, señala a ConSalud.es José Miguel García Abajo, coordinador de la Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES MPSP) y R3 -residente de tercer año- en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
Esta disparidad de perfiles, comenta García Abajo, la comprueba él mismo en el día a día, observando a sus compañeros del hospital. Los hay que van más a aprender a programar o a hacer análisis estadísticos, que prefieren el ámbito de las enfermedades infecciosas y de las vacunas y que incluso pueden llegar a ver pacientes en consulta… o a los que les gusta la salud pública “y se ven a sí mismos como Fernando Simón”, comenta entre risas el joven médico.
"Si no tienes muy claro a qué te quieres dedicar todavía, y te apetece un mundo bastante amplio, no vas a estar circunscrito a un órgano ni a un sistema, como la mayoría de las especialidades"
“Lo bueno de esta especialidad es que, si no tienes muy claro a qué te quieres dedicar todavía, y te apetece un mundo bastante amplio, no vas a estar circunscrito a un órgano ni a un sistema, como la mayoría de las especialidades”, subraya García Abajo, quien reconoce, eso sí, que es una especialidad que depende un poco de cómo la enfoque cada hospital: “Yo, por ejemplo, aún no he visto a ningún paciente en los tres años que llevo de residencia”. “Tenemos la suerte de que, siempre dentro de unos parámetros, nos podemos organizar un poco la residencia, eligiendo lo que nos gusta más o menos hacer”, insiste.
Su especialidad es, a fin de cuentas, “otro tipo de Medicina”, que no ve a individuos, “sino a poblaciones”. “Hay muchas maneras de ejercer la profesión, no hace falta hablar siempre con el paciente, y esto es Medicina a gran escala: analizamos a la población en sí misma, y yo puedo hacer, por ejemplo, un plan de vacunas que cambie la mortalidad por sarampión”, explica el presidente de ARES.
NO HACER GUARDIAS, UN PRIVILEGIO AL ALCANCE DE MUY POCOS
Las 122 plazas de Medicina Preventiva y Salud Pública pusieron su punto y final el año pasado en el número de orden 10.099, después de ser escogida en primer lugar por el 179. En su momento pudimos hablar con esta última persona, quien, como José Miguel García Abajo, destacó la “diferente” perspectiva que descubrió que aborda esta especialidad durante la carrera, “más allá de la individual y puramente biomédica”. “Entendí que no era posible cambiar las condiciones de salud de una comunidad si no se tienen en cuenta todos los factores que determinan la salud de las personas”, aseguró entonces el número 179 del MIR de 2024.
No obstante, a pesar de su experiencia en la etapa universitaria, el coordinador de ARES lo tiene claro: la asignatura no está bien enfocada en la carrera, y es una de las razones que hacen que la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública sea una de las “grandes desconocidas” del MIR: “Le dan mucho énfasis a la Preventiva más hospitalaria y a la Epidemiología, mientras que la Salud Pública no se ve apenas, cuando es la parte más gruesa y más chula de nuestra especialidad”.
"Si no sabes lo que se hace, y te piensas que solo nos dedicamos al lavado de manos y a aislar pacientes, no la vas a escoger porque crees que es aburrida”
“Tampoco las prácticas van muy acorde con lo que es la realidad de la especialidad. Si no sabes lo que se hace, y te piensas que solo nos dedicamos al lavado de manos y a aislar pacientes, no la vas a escoger porque crees que es aburrida”, reconoce García Abajo. Por eso, reivindica el joven médico, además de fomentar que se vea más la especialidad en la carrera, resulta importantísimo destacar la “calidad de vida” de la que gozan sus residentes. Por ejemplo, no hacen guardias nocturnas, “porque no hay nada tan urgente en nuestra especialidad como para que haya verlo de noche”.
Sí que es cierto que esto se puede volver en su contra, ya que no reciben ningún dinero extra por las guardias, que, como analizamos recientemente en este periódico, supone una parte muy importante de los ingresos de los MIR, casi a la par que su salario base. Aún así, afirma el residente, cuando queda con sus compañeros de la carrera, cada uno en una especialidad distinta, él es quien tiene las mejores condiciones, “y me atrevería a decir que con diferencia”: “Quieras o no, esto te permite una conciliación para hacer cosas y tener más vida fuera de la profesión”.
“Quieras o no, el no tener guardias te permite una conciliación para hacer cosas y tener más vida fuera de la profesión”
Otro perjuicio que tienen es el del máster, única especialidad que lo exige de manera obligatoria durante el primer año de residencia, obligando, en muchos casos, a los futuros especialistas a desplazarse a otra ciudad para cursarlo durante solo un año. Desde ARES luchan porque se dé algún tipo de ayuda económica para el alquiler a los R1 de Medicina Preventiva y Salud Pública, o que se facilite la realización del máster de manera telemática. “Vamos a intentar hablar con diferentes actores políticos y sociedades científicas para tratar de lograr un cambio en cuanto a nuestras condiciones”, sentencia su presidente.