Ya no queda casi nada. Dentro de exactamente un mes, alrededor de 30.000 personas se presentarán el examen de acceso a la convocatoria de formación sanitaria especializada (FSE) con el objetivo de hacerse con una de las 11.943 plazas ofertadas este año por el Ministerio de Sanidad. La mayoría de ellas, 9.007, son para la titulación de Medicina (MIR) -el resto corresponden a Enfermería (EIR), Farmacia (FIR), Psicología (PIR), Biología (BIR), Química (QIR) y Física (RFIR)-, por lo que los aspirantes afrontan ya la recta final de una prueba que va a determinar, en gran medida, cuál va a ser el devenir de su futuro profesional como médicos especialistas.
Son muchos los que, además, deciden volver a presentarse a la prueba por no haber conseguido la plaza deseada en la anterior convocatoria (o incluso en convocatorias anteriores). Ese es precisamente el caso de Mar, una joven médica mallorquina que, como la inmensa mayoría, comenzó a preparar más intensamente el examen en el mes de junio, es decir, poco después de terminar la carrera. Ahora afronta el segundo examen con la confianza que le da el no ser primeriza, aunque los nervios, asegura, nunca desparecen. “Creo que es un sentimiento general. Al final, te juegas tu futuro en un examen de cuatro horas y media tipo test, y según tu nota puedes elegir destino y especialidad. Es un poco como el efecto selectividad”, afirma.
Inés también va a realizar el examen por segunda vez, si bien ella tomó la decisión incluso antes de presentarse al mismo en 2024. Lo hizo porque comenzó a estudiar más tarde de lo habitual, y para las especialidades que quería -quirúrgicas- sabía que necesitaba una nota que difícilmente iba a poder alcanzar con el ritmo de estudio que llevaba. “Después de seis años de carrera, llegados a este punto lo más importante es hacer lo que te gusta, así que no me arrepiento para nada de la decisión que tomé”, recuerda la joven madrileña, que se está preparando el MIR “fuera de casa”.
"Cuesta pasar a la siguiente asignatura cuando sientes que no te ha dado tiempo o que no has estudiado la anterior todo lo que deberías"
“Lo de no llegar es algo que vas viendo a lo largo de la preparación, y a veces el calendario de las academias, cuando se te junta con los nervios, te puede traicionar un poco. Cuesta pasar a la siguiente asignaturacuando sientes que no te ha dado tiempo o que no has estudiado la anterior todo lo que deberías, y el tiempo, como ya pude comprobar el año pasado, se te pasa volando”, añade Inés, quien reconoce, eso sí, que está demostrado que seguir este método de las vueltas de las academias es lo que realmente “funciona”.
Por eso, Mar también está siguiendo el calendario que marca, en su caso, la Academia CTO. Actualmente están en la fase final de la tercera vuelta, que consiste en dedicarle dos o tres días a cada asignatura del MIR y a realizar periódicamente simulacros de examen: “Es el momento más duro, porque repasamos muy rápido conceptos que se dan por aprendidos y que te hacen tener que aprovechar al máximo cada día”. Ella, como Inés, confía en el método de las academias, y siente cómo va “mejorando” según se acerca la fecha del examen. “Te dicen qué es lo que tienes que hacer o estudiar cada día, y así no pierdes tiempo en organizarte”, destaca.
“Yo el año pasado lo enfoqué más a estudiar, a aprender y a hacerme mis esquemas de los seis años de carrera para tener todo el conocimiento junto, mientras que en este estoy dedicando un poquito más de tiempo a lo que es el examen en sí: practicar, hacer simulacros, conocer la técnica y el ritmo, leer bien las preguntas… realmente es la única diferencia que noto”, subraya Inés. “Son las dos partes de las que se compone el MIR, como en cualquier oposición, y lo ideal es controlar ambas cosas”, insiste.
"Cuando estás repitiendo el MIR, sabes que es un trabajo que, aunque te lo hayas preparado mejor o peor, has hecho durante un año, y los conocimientos están ahí"
Eso sí; como ella se presentó el año pasado al examen sabiendo de antemano que volvería a repetirlo, ahora siente la presión de la primera vez. “Por otro lado, cuando estás repitiendo el MIR, sabes que es un trabajo que, aunque te lo hayas preparado mejor o peor, has hecho durante un año, y los conocimientos están ahí. No has perdido el tiempo”, matiza la médica.
VUELTAS Y MÁS VUELTAS
Ambas, después de haberla vivido por segunda vez, coinciden en que la citada tercera vuelta, que abarca los meses de noviembre y diciembre, es la parte más difícil de toda la preparación, por la necesidad de tener que exprimir al máximo cada día que pasa hasta el próximo 25 de enero. Ahora afrontan, además, el periodo navideño, que esperan que afecte “lo menos posible” a su rutina de estudio.
“Pasa un poco como con las vacaciones de verano. Ves a la gente salir, pasárselo bien, y tú ocupas tu tiempo libre en descansar para no desconcentrarte cuando te toque estudiar”, apunta Mar, quien cumplirá con los días de descanso que les han dado desde la academia “y poco más”: “En el momento que sigo estudiando, sea el día que sea, no puedo distraerme”. “Yo lo tengo muy claro. Voy a centrarme en estudiar, y, como el año pasado, condensaré todas las fiestas en los días que nos dan de vacaciones. La Navidad es la Navidad, pero cuando estás con el MIR tienes ese objetivo entre ceja y ceja y hay que darle caña”, opina por su parte Inés.
"Voy a centrarme en estudiar, y, como el año pasado, condensaré todas las fiestas en los días que nos dan de vacaciones"
A partir de enero comenzará la cuarta vuelta, de repaso. En ella, cada alumno cuenta con un calendario personal de estudio, personalizado por parte de las academias en base a los resultados de sus simulacros, que se siguen realizando semanalmente. Consiste, como definía José Curbelo, director académica de la Academia MIR Asturias, en una entrevista concedida a este periódico, en identificar la “rentabilidad” de repasar según qué temas y preguntas para cada uno de sus alumnos.
“Imagina que hay una asignatura de dificultad media y que hemos visto que cada vez tiene más preguntas. Si no la tienes bien dominada, hay que insistir en que la repases. En cambio, si hay otra que igual solo suele tener dos preguntas, y que además son muy difíciles, como puede ser Bioquímica, no merece la pena estudiarla para quince días que quedan. Eso lo hacemos en general con todos, pero si encima cuentas con datos individuales sobre qué se le da mejor y peor a cada alumno, puedes llevarlo al extremo”, destacaba Curbelo, quien también analizó la manera en la que han ido cambiando las preguntas del examen en los últimos años.