Los MIR de Medicina Nuclear siguen formándose con el mismo programa que tenían hace más de veinte años. Puede parecer algo inaudito, pero no lo es: desde 1996, los residentes tanto de esta como de las especialidades de Anestesiología, Cirugía Cardiovascular, Cirugía Torácica y Medicina Intensiva no han visto cambio alguno en la guía que rige los aspectos comunes a todas las unidades docentes, y que deben ser la base sobre la que parta su formación. Sin embargo, esto está cerca -o eso parece- de cambiar: el Ministerio de Sanidad ha empezado a desatascar la situación después de años y años de espera, y las sociedades científicas se han puesto manos a la obra para elaborar unos programas lo más cercanos a posibles a la realidad.
“La especialidad se parecía entonces a lo que es ahora en el nombre y poco más. Los cambios han sido profundos y muy sustanciales”, afirma a ConSalud.es Justo Serrano, vicesecretario de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (SEMNIM) y uno de los miembros de la Comisión Nacional de su especialidad, que es la que se encarga de preparar un programa formativo que, informa, debe estar muy cerca de terminar el periodo de audiencia e información pública: “Ahora falta que el Ministerio, porque nosotros no somos más que un órgano consultivo, nos pase todas las alegaciones que consideran que debe de pasar”.
"Creo que tenemos muy buena relación con todas las especialidades transversales y que no se va a generar ningún conflicto”
Las principales alegaciones que podría recibir el programa de Medicina Nuclear, y que obligarían a la Comisión Nacional a una nueva revisión, provienen de otras sociedades científicas de diversas especialidades, que podrían considerar que se abarcan sus competencias. Sin embargo, Justo Serrano, aunque reconoce que la Medicina Nuclear es “multidisciplinar por definición”, y que, por ello, “evidentemente” hay competencias transversales, confía en no tener muchos problemas y recibir el visto bueno a su propuesta.
“Hay que estar atento a que cada una tenga sus competencias, pero en general yo creo que tenemos muy buena relación con todas las especialidades transversales y que no se va a generar ningún conflicto”, le apoya Virginia Pabul, vicepresidenta de la SEMNIM. “Sí que es cierto que cada vez estamos teniendo un papel más protagonista en el manejo de patologías debido al desarrollo de la especialidad, y que estamos entrando en campos que tradicionalmente eran de otras especialidades, pero siempre vamos a estar limitados”.
"Cada vez estamos teniendo un papel más protagonista en el manejo de patologías"
Y es que, le apoya con estas últimas palabras Justo Serrano, el manejo de radiofármacos sigue siendo “inherente y exclusivo” de la Medicina Nuclear: “Es muy difícil que nosotros pisemos o que alguien nos pise nuestras competencias”. Con todo ello, ambos se muestran optimistas con la posibilidad de que los nuevos residentes que escojan plaza de la especialidad en la convocatoria de 2025 lo hagan ya con el nuevo programa formativo listo: “Está al caer”.
INCONTABLES CAMBIOS
Como se comentaba al comienzo del artículo, resulta realmente sorprendente que una especialidad tan anclada a la tecnología como es la de Medicina Nuclear siguiese con el mismo programa formativo desde 1996. Y es que estamos hablando de una época en la que, recuerda Justo Serrano, la Medicina se ceñía todavía a la imagen diagnóstica, mientras que la tomográfica “empezaba a crecer”: “No había imagen fusionada como tal ni con resonancia”.
Pero es que ni tan siquiera existían todavía los PET (tomografía de emisión de positrones), que es una de las bases del trabajo actual de los médicos nucleares. Para ello, utilizan sustancias marcadas radioactivamente que se distribuyen por todo el organismo: “Se incorporaron alrededor del 2000 o 2002, y supusieron una auténtica revolución en el diagnóstico oncológico”. “Aparecen las imágenes híbridas en el 2003, desaparece la parte de la Medicina Nuclear de laboratorio, aparecen subespecialidades, la cirugía radioguiada, el poder de la farmaindustria, cuya magnitud nunca pudimos llegar a imaginar…”, enumera Justo Serrano.
“Si ahora un residente rota dos o tres meses únicamente por un servicio, ahora podría alternarlo con otro de Medicina Nuclear y acreditar además las exploraciones o interpretaciones que ha hecho"
Ahora, asegura, los radiofármacos ya ocupan cerca de la mitad de la especialidad, y, añade Virginia Pabul, una reciente publicación afirma que, en menos de diez años, más del 60% de su actividad va a ser terapéutica: “El cambio es radical”. “Estaban apareciendo muchas diferencias entre las unidades. Había algunas que tenían todos estos campos cubiertos, y otras que no. Ahora, con el nuevo programa que elaboró la anterior junta directiva, y que nosotros hemos revisado y actualizado, buscamos que la formación sea lo más estandarizada posible en todas ellas”, señala Justo Serrano, médico en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz.
También quieren que cambie el sistema formativo como tal, que hasta ahora estaba basado en las rotaciones. Lo explica Virginia Pabul: “Ahora se va a parecer un poco más a como está instaurado en Europa, más basado en cumplir objetivos y exploraciones y permitiendo mayor movilidad a los residentes”. “Si ahora un residente rota dos o tres meses únicamente por un servicio, ahora podría alternarlo con otro de Medicina Nuclear y acreditar además las exploraciones o interpretaciones que ha hecho. Que sea todo mucho más práctico”, sentencia.