Hacer el MIR italiano para poder especializarse en Genética: "España es el único país que queda"

Esta es la historia de Ismael Ejarque Doménech, especialista en Genética que se tuvo que ir a Italia ante la imposibilidad de formarse en este ámbito en España

Ismael Ejarque Doménech, especialista en Genética a través del MIR de Italia (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)

Imagina estudiar Medicina, enamorarte locamente de una parte de la profesión y, a la hora de querer especializarte en ella, no poder hacerlo porque directamente no se puede en España. Imagina tener que cursar entonces otra especialidad, pero siempre con el run run en la cabeza de no poder dedicarte a lo que realmente te gusta. Imagina llegar al punto de marcharte a otro país, en el que sí existe esa especialidad, y hacer allí “su” MIR. Imagina que ese caso existe.

Porque sí, esto ha ocurrido en España, y el caso tiene nombre y apellidos: Ismael Ejarque Doménech. El médico valenciano quedó prendado por el mundo de la Genética durante su juventud, pero, ante la imposibilidad de especializarse en ello al terminar la carrera -España es el único país de Europa que todavía no contempla la especialidad en su oferta formativa-, decidió tirar por la Medicina Familiar y Comunitaria. “De la Genética me parecía fascinante cómo con cuatro letras se puede constituir un ser humano”, recuerda Ismael a ConSalud.es.

 “De la Genética me parecía fascinante cómo con cuatro letras se puede constituir un ser humano”

Por eso, quiso investigar como estaba implementada la formación en Genética en otros países de Europa, comenzando por Reino Unido. Y lo hizo utilizando los pocos días que tenía libres durante su residencia en la Comunidad Valenciana: “Recuerdo que una vez acabó mi turno y me subí a un avión a Londres esa misma noche para informarme sobre cómo hacer allí el MIR”. Sin embargo, la residencia de Genética en las islas británicas dura siete años, lo que, sumado a “razones culturales y lingüísticas”, le hizo decidirse por Italia, donde son cuatro. Y allá que fue.

“En el 2000 o 2001 visité Roma, donde pude hablar con genetistas locales para mostrarles mi interés. Y ya después de terminar la residencia de Medicina de Familia cogí el coche, hice el examen de acceso y escogí plaza en Génova”, explica Ejarque Doménech, quien reconoce, eso sí, que el proceso hasta que consiguió entrar definitivamente en el servicio no le fue nada sencillo; no tanto por el idioma en sí, que asegura que tiene muchas similitudes con el valenciano de su tierra natal, pero sí por la dificultad del propio examen.

“Encima, en Italia el acceso dependía de las universidades, no había un examen único para todo el país como en España, y yo estaba esperando a saber si me habían cogido en la Università Cattolica del Sacro Cuore de Roma. Pero me dijeron que sí cuando ya había hecho el examen también en Génova y dado mi palabra de que me especializaría allí, así que lo tuve que rechazar”, lamenta el genetista. No obstante, no se arrepiente para nada de su decisión.

"Me sentía muy privilegiado, también era un poco frustrante saber que a la hora de volver no me lo iban a convalidar"

“Me sentía muy privilegiado, porque estaba haciendo lo que realmente me gustaba sabiendo que en España me iba a ser imposible. Pero claro, también era un poco frustrante saber que a la hora de volver no me lo iban a convalidar, como de hecho pasó”, matiza. Y es que en España, como tal, sí que existen servicios de Genética en los hospitales. De hecho, indica el propio Ismael Ejarque Doménech, él mismo pasa consulta en un hospital privado un día a la semana. El problema, obviamente, es que muy pocos son realmente especialistas.

Concretamente, apunta el médico valenciano, solo 18 personas, todos ellos formados en el extranjero según la vía formativa de países como Argentina, Reino Unido, Estados Unidos o, claro está, Italia. El resto de los miembros de estos servicios son especialistas en Inmunología, Análisis Clínicos, Oncología o Pediatría. “Yo quería homologar a toda costa mi título italiano de genetista, pero desde el Ministerio lo único que me decían era que, como no existía la especialidad, y sigue sin existir, les dijera qué otro título quería y ellos me enviarían a los cursos o a la formación puente correspondiente para convalidar la otra especialidad”, cuenta.

PASAN LOS AÑOS, PERO LA ESPECIALIDAD SIGUE SIN LLEGAR

La situación sigue igual desde entonces. El doctor Ejarque Doménech, que terminó de especializarse en el año 2006, llegó a ver su título homologado cuando se publicó en el BOE el Real Decreto de Troncalidad del año 2022, pero duró poco: la troncalidad quedó anulada, y el genetista se quedó “igual que estaba antes”. Por ello pertenece, junto a cientos y cientos de compañeros, a la ‘Plataforma por la Especialidad de Genética’. “El último incorporarse fue Grecia, y no entendemos por qué en España sigue sin estar creada la especialidad”, denuncia sobre una injusticia contra la que también trata de luchar insistentemente la Sociedad Española de Genética Humana (AEGH).

“El último incorporarse fue Grecia, y no entendemos por qué en España sigue sin estar creada la especialidad”

Protestas, manifestaciones, incluso una plantada delante del Ministerio de Sanidad… y la intención es que todo esto siga: “Estamos en contacto permanente para ver qué es lo próximo que podemos hacer”. “La importancia de los genetistas en la sanidad actual es clave para el paciente. Trastornos del neurodesarrollo, de la capacidad intelectual, del aparato locomotor… un estudio genético les puede ayudar a estar asesorados y a saber por dónde tirar, y sin especialistas correctamente formados esto nunca va a ser igual. Y, al final, casos como el mío, de personas que somos muy cabezotas e hicimos ese esfuerzo, son una excepción”, sentencia.

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