El Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Getafe debería tener ahora mismo a un médico interno residente (MIR) terminando su primer año de formación. Sin embargo, la persona que eligió la plaza en 2024 finalmente no se presentó el día de su incorporación, y su hueco quedó desierto (algo que el Ministerio de Sanidad va a tratar de evitar en 2026 con la ‘repesca’ de plazas vacantes y renuncias que está preparando). Por eso, desde la recién creada unidad docente del hospital madrileño confían en que para 2025, esta vez sí, puedan estrenarse con un residente al que enseñar para su futuro como especialista.
La doctora Blanca Fernández-Pacheco González de Echavarri será su tutora de residentes, una misión que le encomendaron desde la dirección del hospital hace tres años cuando se incorporó al Servicio de Medicina Preventiva después de ser ella misma quien pasó por ese periodo de formación de cuatro años en el Hospital Universitario de Toledo. “Era algo que a mí ya me hacía mucha ilusión cuando estaba haciendo el MIR, y que trataba de poner en práctica con mis residentes pequeños. Aunque fuesen cosas tontas, el mero hecho de decirles a donde tenían que enviar un determinado documento para que no tuviesen que pasar por las mismas perrerías que pasé yo. ‘Mira, esto que estás buscando está en este protocolo, deja de revolver papeles. Te lo aprendes y ya está”, recuerda la facultativa en una entrevista a ConSalud.es.
No obstante, más allá de esta ilusión por “transmitir conocimientos” a los jóvenes médicos, Fernández-Pacheco González de Echavarri tuvo que poner en marcha “desde cero” la nueva unidad docente, ya que el Hospital de Getafe había perdido la acreditación después de muchos años sin ofertar plazas MIR de Medicina Preventiva. Fue un trabajo de todo un año, y para el cual tuvo que hablar con muchos actores tanto de dentro del hospital, para las rotaciones internas, como de fuera de él, ya que la formación en Medicina Preventiva incluye varios periodos formativos en otras instituciones públicas de, en este caso, la Comunidad de Madrid, incluido el máster que todos los residentes deben cursar durante su primer año.
"En muchas universidades no se da la especialidad o lo que se da es solo la parte de estadística, que a veces parece que seamos expertos matemáticos"
“Lo bueno que tiene el máster es que lo hacemos juntos todos los residentes de varias partes de España, así que al final creas una red de contactos muy fuerte. Nos conocemos todos con todos, yo sé perfectamente quien está en cada hospital de Madrid”, indica la preventivista, quien reconoce, no obstante, que crear el convenio con el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), a donde acudirá durante su primer año el futuro residente de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario de Getafe, fue una de las tareas más complicadas.
Salud Pública, Atención Primaria, toda la parte de prevención en el propio hospital… los residentes de la especialidad de Medicina Preventiva están en rotación continua, y tocan tantos palos que muchas veces son desconocidos por los estudiantes de la carrera de Medicina y futuros aspirantes al MIR. “Somos muy desconocidos, en muchas universidades no se da la especialidad o lo que se da es solo la parte de estadística, que a veces parece que seamos expertos matemáticos”, lamenta Fernández-Pacheco González de Echavarri. “Pero nada más lejos de la realidad. Ese creo que es nuestro gran caballo de batalla, lo amplia que es la especialidad de Medicina Preventiva. Actualmente hay preventivistas en hospitales, ayuntamientos, centros de investigación, farmacéuticas, en el Ministerio de Sanidad…”, añade.

De hecho, ella misma llegó a opositar para entrar en el cuerpo de médicos titulares del Ministerio, que hasta hace un tiempo pedía como requisito imprescindible ser especialista en Medicina Preventiva. “Tenemos formación en gestión, en calidad, en organismos internacionales, en medicina tropical… sí que es cierto que a veces te cuesta un poco centrarte durante la residencia, pero salimos preparados para todo, y el abanico de posibilidades es enorme. Además, no tenemos guardias localizadas, como en otras especialidades”, insiste.
"A veces te cuesta un poco centrarte durante la residencia, pero salimos preparados para todo"
El periodo de residencia y las rotaciones, si bien generalmente están estandarizados a nivel nacional, tiene matices que dependen del hospital y de la comunidad autónoma en el que se realicen. José Miguel García Abajo, coordinador de la Asociación de Residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública (ARES), indicaba recientemente a este periódico que, por ejemplo, él no había visto a ningún paciente en los tres años que llevaba de residencia. La tutora del Hospital Universitario de Getafe, en cambio, afirma que, “aunque no tanto como un médico de Familia o que pasa consulta a diario”, ella sí que ve a muchos pacientes en su servicio.
“Estamos en un hospital relativamente nuevo, y en el que se ve mucha ilusión en general en todas las especialidades. Además, concretamente en el Servicio de Preventiva tenemos un ambiente buenísimo, y nuestro día a día es muy dinámico, algo importantísimo para la formación de un residente”, explica Blanca Fernández-Pacheco González de Echavarri.
UN GOLPE DURO
A pesar de todo ello, en su unidad se llevaron un chasco muy grande cuando, en mayo del año pasado, la persona que había elegido plaza no se presentó. Lo hizo, además, sin avisar, y después de quedar con la doctora para ir a conocer el servicio. “Además de por la ilusión que habíamos puesto, y que ya habíamos hablado con el resto de servicios para las rotaciones, a los que les tuvimos que decir que al final no, piensas que había más gente pendiente de esa plaza, que te muestran su interés e incluso vienen a las jornadas de puertas abiertas”, lamenta la preventivista. “No quiero criticar a nadie, entiendo que las circunstancias de cada uno van cambiando, pero el problema es ese, toda la gente que se queda fuera de la plaza y que igual tiene que esperar un año entero para volver a presentarse al MIR”, sentencia.