Al igual que ocurrió el año pasado, la convocatoria MIR (Médico Interno Residente) de 2024 no solo ha dejado vacantes sin elegir -en concreto 246- tras el proceso de adjudicación extraordinario. Al término de la primera semana de formación para las 8.552 personas que sí escogieron alguna de las plazas ofertadas este año por el Ministerio de Sanidad, las unidades docentes comienzan a dar cuenta de las renuncias que se han producido antes incluso de tomar posesión de las mismas. Solo en Aragón, por ejemplo, cinco médicos han decidido rechazar el puesto, perdiendo así la plaza que obtuvieron en el pasado mes de abril.
En concreto, informa el Heraldo de Aragón, las renuncias -de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria- se han producido en el sector Zaragoza I (2) y en el sector Zaragoza III (1). Además, el consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, ha confirmado otras dos renuncias MIR de Microbiología, y en el EIR (Enfermero Interno Residente) ha habido dos más de la especialidad de Enfermería de Salud Mental. Todas ellas se suman a las 17 plazas que quedaron sin elegir en Barbastro, Alcañiz y Calatayud tras la convocatoria extraordinaria.
“El personal ya no quiere Medicina de Familia, se la están cargando entre todos"
“El personal ya no quiere Medicina de Familia, se la están cargando entre todos, sobre todo con la pésima gestión que se ha hecho de ella en los últimos años”, denunciaba recientemente a ConSalud.es el presidente del Colegio de Médicos de Huesca sobre la situación de Barbastro. Bancalero, por su parte, reconoció en el acto de acogida de nuevos residentes que han comenzado su formación esta semana en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza que este es un problema que lleva ya varios años produciéndose, y reivindicó, al igual que hizo recientemente su homóloga de Extremadura, la necesidad de eliminar la nota de corte en el examen.
“El examen MIR no debe servir para excluir”, promulga Bancalero. “Es un lujo que no nos podemos permitir”, le apoya Sara Gª Espada, consejera de Salud y Servicios Sociales de Extremadura, la comunidad autónoma que más plazas MIR ha dejado sin cubrir este año. El vocal de Médicos de Atención Primaria Urbana del Colegio de Médicos de Badajoz también valoró recientemente a este medio aquel paupérrimo resultado: “Es un problema muy serio para nuestro sistema sanitario. Si la Atención Primaria no es fuerte y no está bien protegida ni estructurada, el sistema se cae”. Allí todavía no han salido a la luz datos sobre las renuncias, aunque el año pasado se produjeron 36.
"Si la Atención Primaria no es fuerte y no está bien protegida ni estructurada, el sistema se cae”
Castilla y León fue la segunda comunidad autónoma que más plazas dejó sin cubrir en la convocatoria de este año, 47, 7 más que en 2023. Y allí también se han producido renuncias, como una de Medicina de Familia en Zamora -que finalmente acaba con 6 plazas desiertas de las 14 que ofertaba- o dos más de esta misma especialidad en Aranda de Duero, que en total ha dejado desiertas 8 de las 9 ofertadas. Pero es que su localidad vecina, Miranda de Ebro, es una de las tres localidades de España -junto a Coria (Cáceres) y la mencionada Barbastro- que no ha logrado cubrir ni una sola plaza MIR. Allí han quedado libres sus 11 vacantes.
LA SANIDAD EN LA ESPAÑA VACIADA, BAJO MÍNIMOS
Son datos que no hacen sino confirmar el grave problema que afronta la sanidad rural. Los médicos de los pueblos se jubilan, mientras que las plazas de formación para sustituirles no se cubren. Celia Gómez, directora de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, reconoció en los VIII Premios SaluDigital que la situación merecía un análisis por parte de la Comisión de Recursos Humanos y del Consejo Interterritorial, “para ver también cuáles son las demandas y las preferencias de los aspirantes a residentes”.
Mónica García, por su parte, aseguró que las plazas libres, independientemente de la zona de España en la que estuviesen, ya eran consideradas “de difícil cobertura”. “Los residentes no quieren alejarse de esos núcleos en los que pueden mejorar su carrera profesional. Tenemos que ponerle un poquito más de esfuerzo, porque si no se nos van a escapar algunas generaciones que no deberían, porque las necesitamos”, afirma Celia Gómez sobre una situación que se suma a la de la mala situación en la que se encuentra actualmente la propia especialidad de Medicina de Familia.