Este año, la especialidad de Medicina Física y Rehabilitación ha tardado 414 números de orden más en ser elegida en primer lugar con respecto al MIR (Médico Interno Residente) de 2023. El encargado de hacerlo ha sido, concretamente, el 637 -el año pasado fue el 223-, quien ha escogido para formarse el Hospital Vall D’Hebron de Barcelona. Se trata del número de orden de Paula Leonet, joven graduada en Medicina por la Universidad del País Vasco y que desde hace ya más de un mes está viviendo una nueva aventura como residente en la ciudad condal.
“Estudiando el MIR yo tenía en la cabeza ser médico de familia, aunque no me terminaba de convencer la especialidad en sí, y un día me encontré con una amiga que en las prácticas de Medicina había rotado por Medicina Física y Rehabilitación y me contó un poco cómo era. Casualmente, poco tiempo después me encontré con otro par de compañeras que estaban haciendo la especialidad, y que me contaron un poco más. Me empezó a gustar, y pensé que cuadraba más con mi personalidad y con lo que me apetecía hacer”, recuerda a ConSalud.es.
"Abordamos prácticamente cualquier patología que se da en el hospital de manera habitual"
Y es que, destaca la nueva residente del hospital barcelonés, la suya es, como Medicina Familiar y Comunitaria, una especialidad muy amplia y que “aborda todas las enfermedades” una vez estas ya han ocurrido. “Hay parte de rehabilitación neurológica, cardiorrespiratoria, linfedema, suelo pélvico, osteomuscular… prácticamente cualquier patología que se da en el hospital de manera habitual”, explica Paula. “También haces diagnóstico de cómo va la recuperación, sigues al paciente… y trabajas con otros profesionales que no son solo médicos y enfermeros: logopedas, terapeutas ocupacionales, psicólogos… me gustaba esa parte del trabajo en equipo”, añade.
Así, apunta Paula, al poco de “conocer” la especialidad de Medicina Física y Rehabilitación se le disiparon todas las dudas. Tampoco cuando supo el buen número de orden que había sacado en el examen, y que le abría el abanico a poder elegir otras especialidades. Al contrario, ella lo vio como una oportunidad para hacer el MIR en prácticamente cualquier hospital de España. “Fue una liberación, porque yo creo que, al final, una buena nota es la que te permite entrar a lo que quieras. Además, saber que es una especialidad que no pide una nota de corte tan alta como otras me permitió afrontar el examen con tranquilidad, confiando en lograrlo”, afirma.
Y se decantó por Barcelona: eso lo tenía claro desde un primer momento “por motivos personales”. Ahora “solo” tocaba buscar hospital. “El Vall D’Hebron es un referente en Cataluña para todo el tema de la Rehabilitación, pero es que además me gustó mucho cómo estaban planteadas las rotaciones durante los cuatro años de MIR, porque no rotas tanto en servicios de fuera. Hay hospitales en los que pasas un mes en Reumatología, un mes en Cardiología, un mes en Neumología… pero aquí todas las rotaciones son en Rehabilitación. De hecho, tienen su propia planta de Rehabilitación, y las guardias se hacen allí también”, comenta Paula, quien comenzó su formación, como todos los MIR, el pasado 7 de mayo.
"El Vall D'Hebron su propia planta de Rehabilitación, y las guardias se hacen allí también"
“Está siendo un mes de adaptación y de entender un poco cómo funciona el servicio de Rehabilitación, porque al final todo es nuevo y yo, personalmente, no lo conocía. Pero estoy muy contenta, tanto con la especialidad en sí como con el ambiente que veo en el hospital. He tomado una buena decisión”, asegura Paula con rotundidad. De esta manera, indica, su primer mes de residencia se está centrando en aspectos como aprender a explorar neurológicamente a los pacientes o en “utilizar correctamente el ecógrafo”. “Sola todavía no, porque ya te digo que son demasiadas cosas nuevas”, matiza entre risas la joven médica.
Durante estos primeros compases de residencia MIR, Paula también ha pasado tiempo en las Urgencias del Vall D’Hebron, donde tendrá que hacer guardias en los próximos meses. Las guardias propias de Medicina Física y Rehabilitación, indica, llegarán a partir de segundo curso. “En primero son cuatro meses en Urgencias generales y el resto en la UCI de Traumatología. Eso también va a ser un misterio”, cuenta Paula, quien insiste en haber tomado, a pesar de su desconocimiento inicial, la “decisión correcta”: “Ha sido un primer mes un poco distinto, con muchos cursos y conocer a gente nueva. Pero estoy muy expectante por lo que viene ahora”.
TENER PRESENCIA EN LAS UNIVERSIDADES, CLAVE PARA EL FUTURO
Medicina Física y Rehabilitación no solo ha tardado más en comenzar a elegirse en esta convocatoria MIR. También se ha agotado más tarde, pasando así de ser escogida en último lugar por el número de orden 6.481 en 2023 al 6.906 en 2024, quien se ha decantado, en su caso, por el Complejo Hospitalario de Pontevedra. Eso sí, la especialidad también ha aumentado en seis sus plazas, que han sido 147 este año. Conscientes de ello, uno de los principales retos de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) es, precisamente, aumentar su peso en la carrera de Medicina para generar “nuevas vocaciones”.
“La formación universitaria en nuestra especialidad en el grado de Medicina es pobre o nula. Nuestra presencia es fundamental para generar nuevas vocaciones, señalaba su nueva presidenta, la doctora Helena Bascuñana, en una reciente entrevista concedida a este medio. “El reto más importante, y también el más difícil, es conseguir que la especialidad esté presente en el grado de Medicina, para que así la conozcan los futuros médicos y sepan de lo que trata”, añadía, haciendo así mención al mismo problema con el que se encontró la propia nueva residente del Vall D’Hebron, Paula Leonet, a la hora de elegir.