Comienza la penúltima fase del MIR 2025: “No tienen que estudiar más, pero emocionalmente cuesta”

José Curbelo, coordinador académico de la Academia MIR Asturias, nos explica cómo afrontan con sus alumnos esta recta final de la preparación del examen

José Curbelo, director académico de la Academia MIR Asturias (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
José Curbelo, director académico de la Academia MIR Asturias (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
Manuel Gamarra
9 septiembre 2024 | 19:30 h

La cuenta atrás ya ha comenzado. En cosa de cuatro meses, decenas de miles de personas se presentarán en toda España al examen de acceso a la Formación Sanitaria Especializada (FSE), la mayoría de ellos graduados en Medicina que aspiran a hacerse con una de las 9.007 plazas de médico interno residente (MIR) ofertadas en 2025. De aquí al 25 de enero, fecha en la que está fijada la prueba, se van a suceder los días más intensos y de más nervios de toda la preparación, y es por ello que en ConSalud.es hemos llamado a la Academia MIR Asturias, una de las más prestigiosas, para conocer en qué consiste esta parte final del proceso y qué consejos les suelen dar a sus alumnos.

Primero de todo, matiza José Curbelo, coordinador académico de MIR Asturias, la penúltima vuelta -así es como llaman a las distintas partes del proceso de preparación del examen- que comienza en el mes de octubre no quiere decir que sea ni la más dura ni la más difícil. “No tienen que estudiar más, no tienen que hacer más cosas. Lo que pasa es que emocionalmente sí que cuesta un poco más por la cercanía de la fecha”, reconoce el experto de una academia que, en la de 2024, volvió a tener a muchos de sus alumnos entre los mejores números de orden de toda la convocatoria.

“No tienen que estudiar más, no tienen que hacer más cosas. Lo que pasa es que emocionalmente sí que cuesta un poco más por la cercanía de la fecha”

Así, apunta, si las vueltas anteriores estaban más basadas en leer, comprender y asimilar información, a partir del ahora el objetivo principal es fijar o memorizar conceptos de cara al examen.  Pero, insiste, el número de horas de estudio diarias y los calendarios semanales siguen siendo los mismos; esto es, “simplificando, porque hay varias opciones de trabajo”, unas siete horas de estudio al día, dos horas de repaso de la clase y hora y media de hacer test de lunes a sábado, con el domingo como día de descanso.

“Es muy importante respetar los descansos y las horas de sueño, no hacer más de la cuenta, porque eso puede dificultar mucho la memorización”, recuerda Curbelo. “También les aconsejamos que busquen otras formas de motivación para el estudio, y que piensen que lo que están haciendo no es solo para obtener un buen número de orden, sino que luego, cuando trabajen como médicos, va a ser difícil que tengan tanto tiempo para estudiar como el que tienen ahora, así que lo deben aprovechar. Están aprendiendo conceptos que les van a ser súper útiles en su carrera profesional”, añade.

Y es que recordemos que uno de los grandes hándicaps del examen MIR es precisamente la amplitud de su temario: no hay ninguno establecido en concreto, sino que puede entrar cualquier cosa que esté relacionada con la Medicina. De ahí la importancia de apuntarse a academias que sirvan como guía para el estudio y que ofrezcan la posibilidad de practicar con simulacros que, trabajando con Inteligencia Artificial, intentan ser lo más parecidos posibles a lo que se van a encontrar luego los aspirantes en la prueba final.

“Nosotros les intentamos transmitir que hay que poner la mirada lejana, como las largas de un coche"

Claro que, reconoce Curbelo, sacar mala nota en los simulacros, o incluso no obtener la esperada -en el MIR, lógicamente, no basta solo con aprobar el examen-, puede generar mucha angustia, agobio e inquietud por no sentirse lo suficientemente preparados. Para esto también tienen respuesta: “Nosotros les intentamos transmitir que hay que poner la mirada lejana, como las largas de un coche. Mirar al siguiente simulacro, no a cuentas netas voy a sacar en este. Siempre hacia el largo plazo, ya llegarán los resultados”.  

“Al final este es un juego de resistencia, de resiliencia, de haber sido capaz de sobreponerte a los días malos de fracaso y de haber sabido gestionar bien los días buenos. El éxito está en los que resisten hasta el último momento y en los que se adaptan”, afirma el experto, quien reitera la importancia del “cuidado emocional” en estos meses previos a la celebración del examen: “Hace que el día a día sea más llevadero y ayuda a eliminar los círculos viciosos tóxicos en los que se pueden meter”. “Por eso, en las academias les damos herramientas para que se adapten a la situación y no entren un pánico. Si estás muy agobiado, no sirve de nada ponerte delante de los apuntes, por muchas horas que estés. Y eso es muy frustrante”, recuerda Curbelo.

SABER OPTIMIZAR EL TIEMPO, LA CLAVE

El coordinador académico de la Academia MIR Asturias denomina al citado penúltimo vuelco de la preparación que arranca en octubre como la fase de “personalización máxima” del estudio. Gracias a la Inteligencia Artificial, los simulacros recogen toda la información anterior y saben en qué temas flojea más el alumno, para insistir en ellos; además de, claro está, reconocer qué ha caído más o menos en los exámenes de convocatorias anteriores. Es lo que, en definitiva, Curbelo llama identificar la “rentabilidad” de repasar según qué temas y preguntas para cada uno de los alumnos.

"Si hay una asignatura que solo suele tener dos preguntas, y que además son muy difíciles, no merece la pena estudiarla para quince días que quedan"

“Imagina que hay una asignatura de dificultad media y que hemos visto que cada vez tiene más preguntas. Si no la tienes bien dominada, hay que insistir en que la repases. En cambio, si hay otra que igual solo suele tener dos preguntas, y que además son muy difíciles, como puede ser Bioquímica, no merece la pena estudiarla para quince días que quedan. Eso lo hacemos en general con todos, pero si encima cuentas con datos individuales sobre qué se le da mejor y peor a cada alumno, puedes llevarlo al extremo”, explica el profesor sobre una prueba que, indicaba a este mismo periódico en el pasado mes de agosto, en 2024 ha visto reducidas “de manera bastante llamativa” las preguntas dedicadas a las materias básicas, las que se dan entre primero y tercero de carrera.

Anatomía Patológica, Farmacología, Fisiología, la citada Bioquímica Clínica… son algunas de ellas.  “Históricamente solían tener como 20 o 25 preguntas, y de repente, en este último examen, igual han tenido 17. Muchas de estas asignaturas han perdido una o incluso dos preguntas”, señalaba entonces Curbelo. En cambio, fueron apareciendo cada vez más preguntas de especialidades con poca presencia en el MIR, que habitualmente suelen tener dos o tres en toda la prueba: “Alergología, Cirugía Maxilofacial, Medicina Legal y Bioética, Geriatría, Genética, Cirugía Vascular, Cuidados Paliativos, que esta vez ha tenido más preguntas de lo esperado… esto hace que la preparación del examen esté un poquito más atomizada”.

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