Baleares se estrenó, en la pasada convocatoria de Formación Sanitaria Especializada (FSE), como una de las comunidades autónomas que dejó plazas de médico interno residente (MIR) sin cubrir, todas ellas de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y en las unidades docentes de Menorca (6) y de Ibiza y Formentera (4). Esto tras la convocatoria extraordinaria que el Ministerio se vio obligado a sacar, pero es que ya antes, en la ordinaria, también Palma había dejado vacantes libres. Por eso, todos en Baleares esperan que cambie el cuento para 2025, y que las últimas medidas implementadas por el Gobierno Central surtan efecto.
En concreto, Sanidad ha decidido, para la convocatoria de FSE de 2025, eliminar la nota de corte por primera vez desde el año 2013 y ampliar el cupo de extracomunitarios -que fueron quienes cubrieron en su mayoría las plazas de la convocatoria extraordinaria- hasta el máximo permitido del 10%. Además, Mónica García también ha anunciado que el proceso volverá a ser presencial -es decir, de elección- y no telemático -de adjudicación-, como había quedado instaurado raíz de la pandemia, con el objetivo de reducir las renuncias de plaza posteriores.
Pero también dentro de las propias comunidades autónomas están trabajando a destajo para tratar de revertir la situación, algo de lo que “dan fe” desde el Colegio Oficial de Médicos de las Islas Baleares (COMIB). “Hemos hablado tanto con el Govern como con las gerencias de ambas islas, y son plenamente conscientes del problema que tienen y están trabajando todos los días para ponerle freno. Facilitar el tema de la vivienda, convencer al especialista o, en este caso, al residente, para que vea como algo atractivo ir a Ibiza o a Menorca…”, señala a ConSalud.es el presidente del COMIB, el doctor y psiquiatra Carles Recasens Laguardua.
“Hemos hablado tanto con el Govern como con las gerencias de ambas islas, y son plenamente conscientes del problema que tienen y están trabajando todos los días para ponerle freno"
Y es que una gran parte de Baleares adolece, recuerda Recasens Laguardia, de la “lacra” que supone la doble insularidad: es decir, depender de otra isla, en este caso Mallorca, que ya está de por sí afectada por la insularidad. También, claro está, en el ámbito sanitario. “Es un hándicap clarísimo, que en Ibiza es flagrante por el tema del coste de la vivienda”, afirma el presidente de los médicos baleares, quien, no obstante, aunque reconoce que es algo que “puede echar para atrás a ciertas personas”, también destaca los aspectos positivos que tiene elegir las islas de Ibiza o Formentera para especializarse, especialmente en Atención Primaria.
“Tienen las grandes ventajas de las islas pequeñitas. Son entornos mucho más reducidos, y no se produce esa vorágine de residentes o de alumnos de Medicina en los hospitales, que son más familiares, como los comarcales que hay en Mallorca. Pero no por ello están menos dotados, y, de hecho, tanto en Menorca como en Ibiza salen residentes muy contentos, lo sé de primera mano. Los tutores les tratan con mucho cariño, con mucha cercanía”, destaca.
Precisamente, en ConSalud.es tuvimos la oportunidad de hablar, a principios de verano, con uno de esos residentes de segundo año de Medicina Familiar y Comunitaria en la Unidad Docente Multiprofesional de Ibiza y Formentera. “Es verdad que vas con un poco de miedo, porque no conoces a nadie y porque lo que escuchas en los medios de comunicación y en redes sociales no ayudan a dar una imagen de Ibiza como un lugar atractivo para los residentes. Pero una vez que estás aquí y te vas acomodando, poco a poco te das cuenta de que no es para tanto, y de que no pudiste elegir un mejor lugar para formarte”, aseguraba.
"Las islas pequeñitas no tienen esa vorágine de residentes o de alumnos de Medicina en los hospitales, que son mucho más familiares"
Pero Lasri El Heit Sid Ahmed también pone en valor otra característica “que estoy seguro de que en muy pocos lugares de España ocurre” que tiene el Área de Salud de Ibiza y Formentera: no existe un perfil de paciente concreto. “Vemos desde turistas de países de Europa y del mundo: alemanes, ingleses, belgas, italianos, americanos, australianos… hasta trabajadores de temporada de cualquier parte de España, pasando, claro está, por la población autóctona”, indicaba entonces a este periódico el joven residente, quien hizo el examen MIR en Alicante.
También, la estacionalidad de muchos de los pacientes que ven, lo que hace que no tengan una historia clínica previa “porque es su primera vez en Baleares”. “Prácticamente no sabemos nada del paciente al que nos enfrentamos”, asegura el futuro especialista en Medicina de Familia. Para Carles Recasens, la calidad de vida en estas islas pequeñas es “incuestionable”, e, insiste, las gerencias están luchando para que el médico que las elija para especializarse pueda tener muy buenas condiciones “no solo de residencia, sino también de descanso y disfrute”.
BALEARES, UNA CAPACIDAD DE CRECIMIENTO LIMITADA
Baleares oferta, en 2025, 256 plazas MIR, 68 de ellas de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, las mismas que en 2024. Lo que sí que han aumentado, como en todas las universidades de España, son las plazas para alumnos de la carrera de Medicina. “La respuesta que siempre hemos dado es que en Baleares tenemos una capacidad formativa limitada. Desearíamos formar a muchísimos más, pero no podemos, porque para tener un sistema de calidad también necesitamos personas que dediquen parte de su tiempo a la docencia y a la tutorización. Por eso estamos también trabajando tanto en la estabilización del personal médico”, destaca el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Baleares. “No solo queremos tener médicos, sino que los que tenemos estén bien formados”, sentencia Recasens.