Las oposiciones de Formación Sanitaria Especializada han batido todos los récords en 2024. El número de admitidos a examen ha sido de 30.028, un 8% más que en la pasada convocatoria, y, en el caso de Medicina, la especialidad más numerosa con casi la mitad de los aspirantes totales (13.966), el 7% de las plazas ofertadas pertenecen al cupo de extracomunitarios.
Dentro de este cupo se engloban la inmensa mayoría de admitidos procedentes de Latinoamérica, entre los que destacan, por encima de todos, los médicos colombianos, que representan a nada más y nada menos que al 8% de los inscritos al MIR. Sin embargo, cada año se presenta también un número considerable de sanitarios extranjeros comunitarios, casi todos procedentes de la Unión Europea. En su caso, según los datos de Grupo CTO, que asegura tener a varios apuntados en su academia, la mayoría -362- son italianos.
“A los italianos nos cuesta mucho movernos, porque en Italia se vive muy bien. Entonces buscamos algo que como cultura, comida y modo de vida en general se le parezca, y creo que España es el país donde nos encontramos mejor”, afirma a ConSalud.es Silvia, una joven médica italiana de Perugia -ciudad ubicada a dos horas de Roma- que se está preparando en la mencionada Academia CTO para presentarse al MIR en 2025.
“A los italianos nos cuesta mucho movernos, porque en Italia se vive muy bien, así que buscamos algo que se le parezca"
Como Silvia, la inmensa mayoría de los italianos que se presentan cada año al examen hicieron su Erasmus en España, por lo que ya cuentan con experiencia previa residiendo en nuestro país y tienen superada la barrera del idioma. De hecho, hablando con ella, cualquiera diría que lleva casi toda la vida viviendo aquí, y eso que en el instituto nunca dio español y no fue hasta que le confirmaron su Erasmus en Pamplona que se puso con ello.
“El idioma es muy parecido, y yo lo aprendí sola, viendo películas y cosas así”, asegura. Tampoco cree que le vaya a suponer una dificultad añadida a la hora de realizar el examen, puesto que muchos términos médicos y científicos, al proceder del latín, son “casi idénticos” en español y en italiano. “Creo que, en nuestro caso, la profesión médica es más allá de la pronunciación una de las que menos problemas da con el idioma. Tendrán problema los que hablan inglés o alemán, pero nosotros no”, apunta con firmeza.
Alemanes, de hecho, se inscribieron 24 a la convocatoria de 2024. Son cinco más que en 2023, lo que sitúa al país teutón en el noveno puesto del ranking de inscritos precedentes de países no hispanohablantes. Por delante tiene a Italia (362), Portugal (90), Rumanía (46), Rusia (38), Brasil (37), Francia (28), Ucrania (28) y Haití (26), unos números que serán algo inferiores en el caso de los admitidos definitivos a examen.
“Cuando me apunté a la academia no era consciente de que fuésemos tantos italianos interesados en hacer la residencia en España, porque además yo estoy haciendo todo online, pero luego me paré a pensarlo y en mi universidad somos tres”, explica la joven, que también destaca, a la hora de tomar su decisión, la buena calidad asistencial que hay en España.
“Creo que, en nuestro caso, la profesión médica es más allá de la pronunciación, una de las que menos problemas da con el idioma"
“Ya sabía de la calidad de los hospitales españoles, y cuando hice las prácticas en mi Erasmus vi que estaba todo organizado muy bien. Además, en Italia el tema de la residencia está cambiando mucho y es un poco inestable”, subraya. Y es que el modelo como el que tenemos aquí del MIR comenzó en Italia hace solo cinco o seis años: “Antes era muy distinto, y por eso los primeros años son un poco de experimento. Hay ciudades nuevas cada año, y, aunque en calidad sanitaria creo que estamos muy parejos, España tiene el modelo muy asentado y está mejor organizado. Tú entras en la residencia y ya sabes cómo hay que rotar y las cosas que te va a tocar hacer”.
Al igual que el resto de candidatos, españoles o no, la plaza que elija dependerá de su nota en el examen de 2025 y de su expediente académico durante la carrera. Pero Silvia, que está en constante movimiento entre España e Italia, ya tiene en mente sus preferencias cuando llegue el momento de la adjudicación. “Yo soy de una ciudad pequeñita en Italia, así que me gustaría vivir en Madrid, Valencia o Barcelona. Como residente creo que se puede aprovechar muchísimo la experiencia en una ciudad grande”, explica.
¿Y especialidades?: “No tengo pensado una en concreto, pero sí que tengo claro que quiero una clínica. No me gusta nada la cirugía. Oncología, Medicina Interna, Nefrología… algo así”. Tampoco tiene claro Silvia qué hará cuando termine la residencia, aunque en principio, y una vez cumplida su experiencia en una ciudad grande, le gustaría volver a su país natal. “Gracias al Plan Bolonia, homologar el título de Medicina en cualquier país europeo es muy sencillo, y con el de especialista será igual. En cuatro o cinco años cambia todo mucho, y, aunque como residente las condiciones son un mejores en España, como adjunto las cosas cambian, y sí que me gustaría volver a casa”, sentencia.