La residencia es un periodo de cuatro o cinco años en el que los jóvenes médicos suelen tener entre 25 y 31 años. Una edad en la que muchas mujeres y parejas pueden tener ganas de aumentar la familia. La secretaria técnica de la sección de Médicos Jóvenes y MIR Nacional de CESM, Sheila Justo, comenta para ConSalud.es que a menudo recibe a residentes que se acaban de enterar que están embarazadas y no saben exactamente cuál es el procedimiento a seguir.
Si eres residente y te acabas de enterar que vas a ser mamá, aquí está todo lo que necesitas saber.
“Lo fundamental y más importante”, comienza Justo, es “que lo comuniquen al servicio de prevención de riesgos laborales”. De esta manera, harán una valoración específica del caso, evaluarán el puesto de trabajo que ocupa la embarazada y tendrán en cuenta todos los agentes que puedan afectar a la gestación.
Algunos de los factores que pueden comprometer la salud del feto y de la madre son los agentes biológicos (como el Covid-19), mecánicos (vibración o movimiento en ambulancias), guardias y nocturnidad, radiaciones ionizantes, riesgo de contusiones en el abdomen (si hubiese pacientes agitados, por ejemplo)… En definitiva, es importante que se analice el caso concreto de cada residente, con el objetivo último de garantizar el bienestar de la madre y el bebé.
Para que la gestante no vea disminuido su salario, se cobrará el promedio de las guardias realizadas durante los últimos seis meses, aunque las embarazadas queden exentas de su realización
En el contexto actual, uno de los principales riesgos es la Covid-19, que puede aumentar los problemas durante el embarazo, así como la nocturnidad y turnos prolongados que suponen las guardias. Para las embarazadas, se eliminan las guardias, ya que “está demostrado que tiene un perjuicio directo en el feto”, explica la responsable de CESM.
Con todo esto, Sheila Justo apunta que el embarazo no puede ser un motivo de discriminación ni afectar a la economía de la gestante. Por esta razón y especialmente teniendo en cuenta que las guardias son una parte importante del sueldo de los MIR, para que la gestante no vea disminuido su salario, se cobrará el promedio de las guardias realizadas durante los últimos seis meses, aunque las embarazadas queden exentas de su realización.
Después del embarazo, cuando la madre se reincorpore al trabajo, será la comisión de docencia la que hará una valoración individual de la residente en la que evaluará el posible tiempo o la formación perdida que sea imprescindible para obtener el título de especialista. “En el caso de que haya habido un déficit de más de tres meses y que no se pueda reestructurar mediante rotaciones en otros servicios, se podrá hacer una prórroga de contratación”, apunta la médico.
Este protocolo se puede aplicar tantas veces como sea necesario, por ejemplo, si la MIR tiene más hijos. En cualquier caso, el embarazo no supondrá un perjuicio económico, no se pondrá en riesgo a la madre o al bebé y no se comprometerá el programa formativo.