Estar quemados con la profesión, antes incluso de comenzar a ejercer. Lamentablemente, esa es la situación de demasiados opositores que hoy, 29 de enero, se presentan al examen MIR.
“¿Dejar el MIR? Lo he pensado muchas veces”, confiesa a ConSalud.esNatalia, una de las 13.059 personas admitidas al MIR que aspira a conseguir una de las 8.188 plazas ofertadas este año. A través de su cuenta de Twitter (@NataMIRitis), ya ha lamentado que el trato a los médicos y la preparación del examen hace que muchos médicos "se desenamoren de la medicina o pierdan la vocación".
La preparación del MIR es una carrera de fondo complicada, que requiere mucho sacrificio, dedicación y pasar por montañas rusas de estrés y ansiedad. “Preparar el MIR es muy duro, continuamente te están comparando, enseñándote un percentil, unas netas, poniéndote al límite con una carga de estudio estúpidamente alta e inabarcable que genera mucha ansiedad”. Esto no es más que un incentivo para que los futuros médicos sufran 'burnout' o acaben quemados, hasta el punto de querer dejar la profesión.
No solo eso, además el Ministerio no pone las cosas fáciles a los opositores, con un examen cada vez más “absurdo, con preguntas mal hechas y sin sentido donde hasta los especialistas dudan de la respuesta”. “Hemos pasado de preguntas absurdamente fáciles, a preguntas absurdamente difíciles, lo que hace que al final, el día del MIR pese mucho más la suerte y la quiniela, que el trabajo y el estudio”, insiste la opositora.
"Da para reflexionar que el momento más estable sea la residencia, cuando al menos sabes que vas a estar contratado mínimo cuatro años"
Asimismo, los aspirantes critican que el Ministerio de Sanidad haga oídos sordos una y otra vez a sus reivindicaciones. Por ejemplo, con una elección telemática de plaza que no garantiza el tiempo real y dejando sin opciones a los aspirantes que den positivo en Covid-19.
Todo ello, sumado a las pésimas condiciones laborales y salariales que ofrece el Sistema Nacional de Salud a sus médicos, hace que muchos opositores ya estén desencantados con la profesión incluso antes de empezar. Y es que la vocación no justifica, como algunos jueces han sentenciado, que se ponga en riesgo la propia salud mental y física de los profesionales.
“No hemos ni entrado y ya sabemos que, Atención Primaria, la base de toda la pirámide, está en una situación muy mala. Con suerte puedes conseguir un buen contrato (poca gente, la verdad). Si no, vas a tener contratos de un mes, de dos meses, de tres, de semanas, de días de guardias… Dificulta muchísimo la conciliación familiar. Da para reflexionar que el momento más estable sea la residencia, cuando al menos sabes que vas a estar contratado mínimo cuatro años”, apunta Natalia.
"Hemos pasado de ser la mejor sanidad del mundo, a una sanidad que necesita ayuda y que ya no es tan atractiva para los profesionales"
La joven recuerda el lema del Gobierno durante el confinamiento: “En España dijimos que después de la pandemia saldríamos mejores, y creo que Atención Primaria ha debido batir el récord de médicos que lo han dejado porque no pueden más”.
No es más que otro palo en la rueda que hace que muchos médicos prueben suerte en otros países donde les ofrecen mejores condiciones, tanto laborales como salariales. “Hemos pasado de ser la mejor sanidad del mundo, a una sanidad que necesita ayuda y que ya no es tan atractiva para los profesionales”, subraya la joven.
Aunque el escenario no es el ideal, los MIR no pierden la esperanza. "Por muy quemados que estemos, la gran mayoría queremos luchar para que las cosas cambien, sin rendirnos. En el fondo, creo que llegará a merecer la pena, por mucho que ahora lo veamos todo negro", concluye la futura MIR.