Comienza la cuenta atrás. El próximo 25 de enero se celebrará el examen MIR correspondiente con la convocatoria 2019-2020. Ese día, 16.176 aspirantes lucharán por conseguir una de las 7.512 plazas ofertadas por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Con la proximidad a la fecha los nervios comienzan a aflorar entre los estudiantes que se enfrentan a un nuevo reto. No obstante, existen quienes no es la primera vez que lo hacen. La diferencia entre la oferta y el número de candidatos lleva a que muchos de ellos se vean obligados a repetir el examen MIR para poder continuar con su formación como médicos. En otros casos, la decisión de volver a presentarse parte del propio opositor para obtener un mejor número de orden y elegir una especialidad concreta.
Presentarse al examen MIR por segunda vez trae consigo ventajas y desventajas
En cualquiera de los casos, presentarse al examen por segunda vez trae consigo ventajas y desventajas. “El estudiante ya tiene la experiencia previa, sabe cuáles han sido los momentos críticos de la preparación o de la realización de la prueba y puede prepararse mental y emocionalmente para ellos. También, ha tenido la oportunidad de realizar muchas más preguntas MIR, por lo que podemos pensar que tiene más integrada la “naturaleza” de la prueba”, así lo indica el presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), Antonio Pujol, a ConSalud.es.
Sin embargo, el tiempo pasa y los conocimientos adquiridos durante la carrera van quedando atrás, “cada año que pasa olvidamos parte de la enorme cantidad de contenidos que se nos imparte en la carrera. Todos estos datos son susceptibles de ser preguntados. En un MIR en el que las preguntas se alejan de los datos que hay en el manual, basados en lo que se suele preguntar, es una gran ventaja tener fresca la carrera”, asegura Pujol.
Bien lo sabe Carlos Perales, R1 de Familia en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Este residente tuvo que repetir la prueba en 2019 para conseguir su actual plaza. Ahora, desde su experiencia, aconseja tener muy presente los errores cometidos la primera vez, “es necesario identificar que fue lo que salió mal e intentar corregirlo. Pueden haber sido nervios, un mal enfoque del estudio o simplemente un mal día”, cuenta en declaraciones a este medio.