“Ánimo” y “ya queda poco”. Estas son las frases que más repiten los médicos que ya consiguieron su ansiada plaza el año pasado a los opositores que se presentan el próximo 21 de enero al MIR 2023. Después de una larga carrera de fondo, los miles de médicos admitidos están a menos de una semana de realizar la esperada prueba.
"El esfuerzo vale la pena. Estos meses horribles tienen su recompensa antes o después. A mí me gustaba pensar que iba a sacar la oposición a la primera, aunque mis percentiles no me decían lo mismo, pero a veces hay que sacrificar la realidad en nombre de la fantasía", confiesa a ConSalud.es el R1 de Endocrinología y Nutrición conocido en redes sociales como @PerritodelMIR. La mentalidad que llevó este joven médico al examen fue de que iba a conseguir la “placita” de la especialidad que él quería. “Y si luego me llevaba la hostia, pues mi yo del futuro se encargaría de gestionar ese varapalo. Ir con seguridad en uno mismo al examen es crucial”, matiza.
“Es normal estar nervioso”, apunta Daniel Hernández, psiquiatra y R1 de Dermatología. “Cualquier lo estaría, y eso no implica que no estés preparado, sino que te has tomado la preparación en serio”. Y es que el examen MIR, a fin de cuentas, es “como un simulacro más”. Además, “probablemente en la carrera hayas hecho exámenes más difíciles”.
“Todo esfuerzo tiene su recompensa, y esta gran carrera de fondo ya ve muy cerca su final”
Paula Berigüete, residente de Hematología, discrepa en este sentido y resalta que el MIR es “otro simulacro igual o más difícil que los previos”. “Es muy típico decir que el MIR es más sencillo que los simulacros y la realidad es que actualmente no lo es”. Con todo, anima a los futuros aspirantes a no cejar en su empeño: “Vas a trabajar de algo con lo que llevas soñando años. Eso sí, ¡eligiendo bien!”.
“Todo esfuerzo tiene su recompensa, y esta gran carrera de fondo ya ve muy cerca su final”, les anima Marta, residente de Digestivo en el Fundación Jiménez Díaz. Su consejo sería dedicar esta última semana a repasar y consolidar los conocimientos que ya tienen, por ello, defiende mantener la misma rutina de estudio que se ha llevado durante toda la preparación a la prueba. “Duerme, descansa la mente y controla los nervios”, concluye la R1.
En la misma dirección se dirigen las palabras de Gonzalo, residente de Cardiología: “Lo importante para hacer bien el MIR es llegar descansado y fresco”. “Hay que confiar en uno mismo, se ha estudiado mucho antes del examen. Tienes que confiar en el trabajo que has hecho, en las horas que has dedicado”, insiste. Y, ante las inevitables preguntas difíciles, explica que “están puestas a propósito”, por lo que el futuro residente no debería preocuparse si no sabe responderla, ya que el objetivo es que no se atasque ante las dificultades. “Sigue a tu instinto. Si dudas entre a y b y algo te dice que es la a, no marques la b porque crees que si no te vas a equivocar”, puntualiza Hernández.
“Estamos deseando teneros por nuestros hospitales, daros consejos para que no os sintáis perdidos y protegeros de los adjuntos gruñones”
Por otro lado, Gonzalo quita hierro al asunto y recuerda que “casi nadie habla del MIR en su día a día” y que, aunque es una época muy dura, “todo pasa y ya nadie se acuerda”.
“Estamos deseando teneros por nuestros hospitales, daros consejos para que no os sintáis perdidos y protegeros de los adjuntos gruñones”, bromea @PerritodelMIR. Al hilo, insiste en que, aunque la residencia “no es un camino de rosas”, es “una auténtica maravilla” si se compara con estudiar doce horas diarias.
A juicio de @DaniMIR_, la residencia es “la mejor época de tu vida: cuatro o cinco años de sueldo fijo donde se hacen amigos y romances y disfrutas de lo mejor de tu profesión”. “Conoces gente similar a ti, aprendes muchísima Medicina práctica y además, te das cuenta de que sabes más cosas de las que pensabas”, recuerda @PerritodelMIR.
“Es clave recordar que el MIR no mide lo buen médico que eres, solo ordena a la gente según qué crucecitas hayas marcado en una plantilla de respuestas. Preguntas muchas veces absurdas o complicadas que ni un especialista sabe responder. Para mí un buen médico es el equilibro entre saber Medicina y ser buena gente. Y el MIR no necesariamente mide bien ninguna de las dos”, concluye el R1 de Endocrinología y Nutrición.