En España hay, a día de hoy, más de cincuenta universidades que ofrecen la posibilidad de estudiar Medicina, uno de los grados que requieren de mayor cantidad y variedad de profesores para cubrir las asignaturas que componen los seis años de carrera. Por eso, el premio de Docencia y Educación Médica, que otorga cada año la Real Academia de Medicina de España (RANME) y que en 2024 ha recaído en la doctora Maria Rosa Fenoll, de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona, no es moco de pavo.
Profesional docente desde el año 1993, Fenoll ha ganado un premio que es, asegura en una entrevista concedida a ConSalud.es, un “recordatorio” constante de su compromiso con la formación médica y con la “excelencia académica”. Y es que, desde sus inicios como estudiante de Medicina y cirugía en la propia universidad catalana, cuando descubrió las ventajas del aprendizaje “activo y en equipo”, la doctora nunca ha dejado de formarse para, precisamente, aprender a formar a los demás.
De hecho, preguntada por lo mejor que se lleva de todos estos años, la profesora titular de Histología desde hace casi tres décadas lo tiene claro: el “gran aprendizaje” que ha recibido de todos sus profesores “y ahora compañeros docentes”, además de la confianza total que tiene puesta en las nuevas generaciones médicas. Ella, con todo este bagaje a sus espaldas, ha sido testigo directo de la evolución que ha vivido la formación dentro de la carrera de Medicina, especialmente a principios de este siglo.
"Este premio es un recordatorio constante de mi compromiso con la formación médica y con la excelencia académica"
Un punto clave, recuerda, fue el Congreso Mundial de Educación Médica del año 2002, celebrado en la ciudad de Lisboa y en el cual tuvo la oportunidad de participar por primera vez. Como fruto de aquella reunión, y respuesta al “proceso de globalización” que imperaba entonces en todos los ámbitos y al periodo de “escaso control” de la calidad de la educación médica a nivel global, la World Federation of Medical Education (WFME) diseñó, en 2003, un conjunto de estándares para mejorar dichacalidad.
“Desde entonces se han ido revisando periódicamente, e incluso se adaptaron a las características del Espacio Europeo de Educación Superior”, destaca Maria Rosa Fenoll, una de las personas encargadas de adaptar estos estándares de la WFME a la EEES. También, como miembro de la WFME, ha colaborado en los procesos de revisión de estándares posteriores, así como en la acreditación internacional de facultades de Medicina. A nivel europeo, ha sido miembro de la Asociación de Facultades de Medicina Europeas (AMSE) durante diez años, y ha trabajado en multitud de proyectos educativos.
Lo que más ha salido a relucir, y ha resultado clave para la obtención de este galardón, ha sido, no obstante, su desempeño a nivel regional y nacional. Así, además de poner en marcha “desde cero” la oficina de relaciones internacionales y los convenios académicos para estudiantes de Medicina, Fisioterapia y Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad Rovira i Virgili -durante su etapa como coordinadora de movilidades académicas entre 1995 y 2007-, dentro de su comunidad autónoma trabajó en equipo para establecer las competencias profesionales de los médicos formados en las universidades de Cataluña, así como el catálogo de metodologías evaluativas.
"La salud es uno de los desafíos mundiales, y la formación de profesorado en este ámbito debería considerarse una prioridad para cualquier país”
También, a petición del presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, diseñó un programa de movilidad para estudiantes de Medicina entre universidades españolas (PLAN CAJAL), inspirado y siguiendo las directrices del programa europeo Sócrates-Erasmus. Al final, después de presentarlo en Moncloa, se acabó convirtiendo en un programa nacional de movilidad para todos los universitarios españoles, independientemente de la carrera: el programa SICUE-SENECA.
“En el ámbito de las Ciencias de la Salud, el avance de la educación médica y la capacitación de la próxima generación de profesionales sanitarios requiere no solo de profesores, sino también líderes educativos, innovadores y eruditos en educación médica. La salud es uno de los desafíos mundiales, y la formación de profesorado en este ámbito debería considerarse por tanto una prioridad para cualquier país”, subraya Fenoll.
SEGUIR LUCHANDO POR MEJORAR LA PROFESIÓN
En sus primeros tiempos, el porcentaje de mujeres que se dedicaban a la Medicina era mucho más bajo que ahora, y ni que decir tiene las que, como ella, combinaban ambas facetas. A día de hoy, ya predomina cada vez más la participación de las mujeres en la formación médica, aunque todavía hay aspectos a mejorar. “Sigue siendo un reto que requiere un gran esfuerzo personal, y no debería ser así. Sobre todo, cuando se alcanza una trayectoria académica, y aún más en el contexto educativo de ámbito sanitario”, reivindica Maria Rosa Fenoll. Este es, para ella, el gran objetivo a cumplir que hay por delante.
"Compaginar las facetas educativa y de asistencia clínica sigue siendo un reto que requiere un gran esfuerzo personal, y no debería ser así"
“Los hallazgos brindan evidencia integral de que el entorno académico de las Ciencias de la Salud tiene dificultades para equilibrar las tareas docentes y clínicas con la realización de investigaciones”, asegura la docente catalana, quien pide de esta manera “ofrecer el merecido reconocimiento curricular a la investigación y a la trayectoria profesional en el área de la educación médica y de las profesiones sanitarias”.
También, poder mejorar “integralmente” la transición entre las etapas de formación médica básica y especializada, esto es, el MIR. “Hay lecciones importantes que aprender y queda mucho camino por recorrer…”, insiste Fenoll, que no para: ahora, por ejemplo, es la coordinadora del comité organizador del próximo Congreso Mundial de Educación Médica, que tendrá lugar en agosto en Barcelona.