Gonzalo Martínez, es especialista en Cirugía y Traumatología y Ortopedia en el Hospital Clínico de Valladolid. Vasco de nacimiento, afronta su último año de residencia MIR con "claras intenciones" de volver al norte ante la imposibilidad de encontrar un contrato estable.
“Plazas de trabajo hay pero tienes que encontrarlas en un lugar que te interese. En mi hospital actual no hay ninguna plaza libre y no nos contratan. Me volveré para el norte porque nos valoran, no mucho más, pero sí algo más”, asegura este residente que cree factible hacerse un hueco laboral en su Bilbao natal.
En general, Gonzalo valora la experiencia de su residencia como "bastante buena" y con mucho trabajo, destaca de ella la mejora en la calidad de vida que fue notando a medida que pasaba el tiempo.
"En mi hospital actual no hay ninguna plaza libre y no nos contratan"
La pandemia de Covid-19 ha afectado a su desarrollo formativo como médico: “La Covid-19 ha limitado la actividad de aquellos residentes que nos estábamos formando en especialidades médico-quirúrgicas”.
Lo mismo le ha sucedido a Sofía Piera, que hizo su residencia en la especialidad MIR de Pediatría en varios hospitales catalanes y debido a la crisis sanitaria causada por el coronavirus SARS-CoV-2 se quedó sin la posibilidad de hacer una rotación voluntaria en el extranjero. "Con la Covid-19 no hemos tenido un exceso de carga de trabajo, de hecho, ha habido un déficit asistencial que nos ha repercutido a nivel de formación”, resalta esta médico-adjunto.
Aunque en su caso, no la reubicaron en otras plantas para ver pacientes Covid-19 adultos y pudo seguir viendo a los pacientes pediátricos.
Esta pediatra señala que durante la residencia hay una lucha constante para que la carga formativa sea impartida. "Nuestros tutores y personal del servicio intentan darnos toda la formación posible pero por otra parte hay una carga asistencial que hay que cubrir y muchas veces se prioriza la asistencia sanitaria", afirma.
CONTRATOS TEMPORALES
Sofía cuenta que al finalizar su residencia comenzó a mirar otros hospitales y ambulatorios para ver opciones donde trabajar. "Enseguida me ofrecieron algo. En el hospital donde hice la residencia me ofrecieron un contrato de guardias y la posibilidad de cubrir bajas maternales”, comenta.
No se rindió y buscó en un hospital cercano la posibilidad de conseguir algo mejor. Y así fue, le ofrecieron un contrato temporal a 40 horas. “Soy una afortunada porque mi contrato es de 40 horas, de varios meses de duración y con posibilidad de que cuando se acabe el periodo pueda haber una renovación del mismo", subraya.
Aún así, esta facultativa llama a "erradicar" la temporalidad en los contratos de los sanitarios a la que califica como una "lacra del sistema” que no permite que los médicos puedan tener un plan de vida personal y laboral.