Las universidades españolas viven momentos de profundos cambios. La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), aprobada el año pasado, comienza a surtir efectos en las distintas titulaciones, y la de Fisioterapia, una de las que más ha crecido en los últimos tiempos, no es ajena a todo ello. Desde el 2008, año en el que la carrera pasó de diplomatura a grado, los fisioterapeutas colegiados en nuestro país han aumentado en casi 38.000 personas, pero los programas formativos se habían mantenido prácticamente intactos... hasta ahora.
Todo parte de uno de los principales requisitos que ha impuesto la LOSU para las titulaciones: la redacción de competencias que han de obtener los alumnos en base a resultados reales, con el objetivo de garantizar la buena formación dentro del sistema universitario español. Así, los planes de estudio de Fisioterapia han de ser modificados para cumplir con la nueva normativa, y las universidades han aprovechado esta exigencia para actualizar dichas competencias e introducir aspectos novedosos que ya vienen afectando a la profesión desde hace varios años.
La Universidad de Málaga (UMA) es una de ellas. Noelia Moreno, su decana de la Facultad de Ciencias de la Salud -a la que pertenece la carrera de Fisioterapia-, es también la presidenta de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Fisioterapia (CNDFF), que tiene puesta en marcha una comisión de trabajo que trabaja en analizar qué universidades ya han hecho, por un lado, la adecuación de sus competencias en base a resultados; y, por otro, cuáles han realizado “modificaciones sustanciales” de sus planes de estudio del grado en Fisioterapia.
“En Málaga no habíamos hecho ninguna modificación importante desde que Fisioterapia pasó a ser un grado, y ahora hemos aprovechado"
Son, explica la decana en una entrevista concedida a ConSalud.es, competencias que tienen como marco de referencia a instituciones como la Confederación Mundial de Fisioterapia, “que establecen cuáles son las competencias que debe tener el fisioterapeuta de hoy”. Para ello, apunta, han creado grupos focalizados en su público de interés, con egresados, empleadores, profesores o entidades sanitarias. “Cada universidad va a su ritmo, porque tienen su propio plan de estudios, pero en base a eso están viendo qué necesitan realmente”, señala Moreno.
“En Málaga, concretamente, no habíamos hecho ninguna modificación importante desde que Fisioterapia pasó a ser un grado, y ahora hemos aprovechado. Ya que te tienes que meter a hacer una modificación para eso, vamos a reflexionar y a ver qué otros cambios puede haber en muchos apartados del plan de estudios”, afirma la experta, quien matiza, eso sí, que para hacer estos cambios tienen la “limitación” de la Orden del año 2008 que establece los requisitos para la verificación de los títulos universitarios. No obstante, siempre que cumplan con ella, cada universidad puede ampliar las competencias que adquieren sus estudiantes.
En la UMA, las modificaciones de su plan de estudios para el grado en Fisioterapia, que, insiste, ha cambiado “muy sustancialmente”, entrarán en vigor para el curso que viene. “Por ejemplo, hemos creado asignaturas a partir de otras que marcaban nombres muy genéricos, como la de Métodos específicos en Fisioterapia. Toda la industria le está ya poniendo nombre y apellidos a esas intervenciones fisioterapeutas: vasculares, en afecciones cardíacas, en disfunciones del suelo pélvico… El alumno que se matricule ahora ya sabrá qué es lo que va a intervenir y con qué grupo de población va a trabajar”, indica la decana de la universidad de la Costa del Sol.
CONOCER LAS ESPECIALIDADES DESDE LA CARRERA
Con esta acotación de las asignaturas más genéricas buscan también fomentar otra de las grandes reivindicaciones de los sectores profesionales de la Fisioterapia en España: el reconocimiento de las especialidades. ”Casi todos los estudiantes que salen de la carrera hacen luego másteres de enseñanza propia o profesionalizantes. Es ideal que en el grado conozcan todas esas posibilidades y potenciales salidas laborales que tienen las especialidades de Fisioterapia, para que después puedan profundizar en alguna de ellas”, subraya Moreno.
"Es ideal que en el grado conozcan todas esas posibilidades y potenciales salidas laborales que tienen las especialidades de Fisioterapia"
Lo mismo ocurre con el ejercicio terapéutico, una asignatura que con la nomenclatura propia que ha ganado ahora sirve para “dar a conocer a la sociedad que el profesional que tiene las competencias para hacerlo es el fisioterapeuta”. Pero el grado de Fisioterapia tiene cuatro años de duración y un número de horas lectivas y de créditos que es igual para todas las universidades de España, así que, lógicamente, para introducir asignaturas nuevas hay que quitar espacio de otras, un trabajo de “encaje de bolillos” para sus responsables.
“Hay asignaturas de ciencias básicas o más transversales, como Dietética y Nutrición, que antes tenían seis créditos y que con la modificación del plan de estudios van a tener tres, porque entendemos que es suficiente y queremos darle más importancia al área de la Fisioterapias. O inglés, que antes ofertábamos como una asignatura y que ya no, porque en Andalucía todos los estudiantes universitarios ya tienen que certificar un B1 para conseguir el título universitario”, asegura Moreno, quien en 2021 se convirtió, de igual manera, en la primera fisioterapeuta de la historia en ocupar el puesto de decana de una facultad de Ciencias de la Salud en España. Eso sí, lo que no cambia son las prácticas en entornos sociosanitarios, a las que otorgaron, desde el primer momento, el máximo de créditos disponibles.