El Premio Excelencia MIR, que otorga cada año la Asociación Madrileña deHematología y Hemoterapia(AMHH) al mejor residente de dicha especialidad, ha ido a parar por tercer año consecutivo al Hospital Universitario Ramón y Cajal. En concreto, la ganadora en este 2023 ha sido la Dra. Magdalena Corona, quien considera a laespecialidadde Hematología y Hemoterapia “poco conocida, incluso en el ámbito médico”, pero que “ofrece un gran abanico de posibilidades y salidas laborables para perfiles muy diversos”.
Corona, tras finalizar su residencia en el mencionado Ramón y Cajal junto a 116 compañeros, ejerce actualmente como hematóloga en el también madrileño Hospital 12 de Octubre, y con este galardón sigue los pasos del Dr. Fernando Martín Moro y de la Dra. Claudia Nuñez-Torrón Stock, ganadores en 2020 y en 2021, respectivamente. ConSalud.es se ha puesto en contacto con la doctora, quien también ha recibido el Premio Fin de Residencia como “Mejor Residente del Área Médica de 2022” otorgado por la Comisión de Docencia del Hospital Ramón y Cajal, para abordar lo que suponen estos reconocimientos y cómo ve el presente y futuro de la especialidad de Hematología y Hemoterapia en España.
¿Por qué elegiste esta especialidad? ¿Siempre tuviste claro que es la que querías hacer?
Uno de los mayores atractivos de la profesión ha sido siempre para mí la relación con el paciente y con la familia, y por eso supe pronto que quería dedicarme al paciente crónico, que, si bien pueden ser especialidades más difíciles a nivel emocional, también me parecían más bonitas y gratificantes. Fue ya más adelante, durante las prácticas, cuando empezó a fascinarme el mundo oncológico, su complejidad, el reto que supone dedicarse a él y el cambio que ha sufrido en las últimas décadas gracias a la investigación.
Me pareció la especialidad más completa, compleja y con unas posibilidades enormes para investigar
En concreto, la elección de hematología la tuve clara en el cuarto año de carrera, cuando hice las prácticas: Me encantó encontrar una especialidad que combinara el aspecto clínico con el diagnóstico. Ahora que he terminado la residencia me he dedicado más al clínico, pero el aspecto de diagnóstico de la especialidad es interesantísimo y te permite tener una visión más completa de lo que es la enfermedad. Me pareció la especialidad más completa, compleja y con unas posibilidades enormes para investigar.
¿Qué supone a nivel personal ejercer como hematóloga?
He tenido la suerte de formarme en un gran hospital durante mi residencia, el Ramón y Cajal, y trabajar en mi corta carrera de adjunta en otro excelente hospital público de Madrid, el 12 de Octubre. En ambos sitios ejercer esta especialidad ha supuesto un privilegio personal, un trabajo que me sigue enseñando día a día y que exige de todo mi esfuerzo, porque siempre es necesario seguir estudiando y actualizándose. Afortunadamente he tenido y sigo teniendo excelentes maestros de los que poder aprender.
Hematología siempre es una de las especialidades más solicitadas y que se agotan antes (de hecho, en 2015 se eligió la 2ª y en 2016 la 1ª), ¿qué crees que tiene de atractiva para que esto ocurra año tras año?
Creo que la Hematología ofrece un gran abanico de posibilidades. La parte clínica es amplísima, pero a los que les interesa más el laboratorio encuentran también un lugar en el que este se está desarrollando exponencialmente año tras año. Esto permite tener una visión más integral de la enfermedad, pero además ofrece salidas laborables para perfiles muy diversos. Por otro lado, creo que es una de las especialidades más complejas, en parte por lo mucho que está creciendo y cambiando, pero también porque incluye estos aspectos tan diferentes (Banco de Sangre, Coagulación, Citología…) y eso supone un reto para los nuevos residentes.
Es también una de las que más ha crecido en cuanto a número de plazas ofertadas, 41 desde 2014. Tú que llevas ya tiempo como residente, ¿notas que cada vez hay más interés entre los estudiantes de medicina por la hematología?
Es una especialidad poco conocida, incluso en el ámbito médico. Sí me parece que en los últimos años ha ganado más “fama”, en parte por la introducción de nuevas terapias, como la terapia celular (por ejemplo, las CAR T-cells), y es posible que esto haya llamado la atención tanto de la sociedad como de los nuevos estudiantes. Además, la capacidad de investigar, y en esta especialidad las posibilidades son muchas, siempre es un incentivo.
Es una especialidad poco conocida, incluso en el ámbito médico
¿Elegiste hacer la residencia en el Ramón y Cajal porque ya la precedía esa fama a su servicio de hematología antes de recibir por tercer año consecutivo este premio?
Tenía bastante claro que quería hacer Hematología al terminar el MIR y, como hacemos todos, al acabar el examen hice la “ronda de hospitales”. Me hablaron muy bien del Ramón y me pareció un servicio con una cartera muy completa. Conocí a los residentes de allí, que me dieron muy buena impresión y tomé la decisión. Una vez allí confirmé que el servicio tiene profesionales estupendos, de los que he aprendido y con los que he disfrutado estos años. Fue un privilegio poder hacer allí la residencia.
Este premio, además de tu “excelente labor asistencial desarrollada durante los cuatro años de formación como residente”, reconoce tu “interés en investigación”. Además, veo que a la par estás cursando un doctorado. ¿Cómo haces para congeniar estas dos actividades que consumen tanto tiempo? ¿En base a qué ha ido tu investigación?
En mi opinión, la prioridad en la residencia tiene que ser la formación en la especialidad. Sin embargo, creo que se olvida que también hay una parte (que debería ser importante) de nuestra carrera que es la investigación, y también deberíamos aprender a investigar. Creo que es un aspecto que queda un poco olvidado en la residencia… Al final la asistencia supone una carga de trabajo muy importante y deja poco tiempo para lo demás.
Siempre me había gustado la investigación, pero nunca entró dentro de mis planes hacer el doctorado en la residencia. Sencillamente empecé a trabajar con el Doctor Valentín García Gutiérrez en diversos proyectos suyos sobre Leucemia Mieloide Crónica, de la que es especialista… Y estalló la pandemia. Como podrás imaginar, nos pasó como a todos: la actividad particular de todo tipo, asistencial pero también investigadora, se paralizó por completo y de forma natural nos enfocamos en intentar responder preguntas que todos nos hacíamos con los pacientes con COVID: ¿Por qué este paciente desarrolla una infección grave y este otro no?, ¿podemos identificar algo para predecirlo?
Al final la investigación surge así, de preguntas que nos hacemos en la práctica diaria. Afortunadamente, el Dr. García Gutiérrez llevaba colaborando varios años con la Dra. Mayte Coiras y su equipo en la Unidad de Inmunopatología del sida del Instituto de Salud Carlos III, y empezamos a colaborar con ellos para intentar responder estas cuestiones. De forma natural, continuamos investigando con nuestros pacientes, los hematológicos. Finalmente llegaron las vacunas y observamos que los pacientes inmunodeprimidos habían sido excluidos de los ensayos clínicos de las vacunas, por lo que proseguimos y decidimos estudiar la respuesta tanto humoral como celular de estos pacientes cuando recibían la vacuna frente a la COVID-19. Y así fue como esta inquietud acabó convirtiéndose en un gran estudio en el que llevamos ya tres años. Parte de ese estudio constituye mi tesis doctoral, que acabo de depositar.