Días antes de la elección de plazas, algunos futuros residentes aún tienen dudas sobre cómo es este periodo formativo en un centro privado. "Mucha gente desconoce cómo funciona", explica Paula Escaneo, residente de cuarto año de la especialidad de Anestesiología en el hospital Ribera Povisa de Vigo, que incide en que la gente suele tener muchas dudas: "Me preguntan: ¿Entraste por cupo MIR? ¿Tuviste que hacer alguna entrevista?".
Tal y como comparte la R4, ella entró tras aprobar el MIR y sin ninguna gestión extra tras seleccionar su plaza con su número de orden correspondiente. "Yo tenía muy claro que quería hacer anestesia y para mí era muy, muy importante quedarme en Vigo"; por ello, cuando vio que se quedaba sin vacante en el hospital Álvaro Cunqueiro, optó por formarse en el centro privado.
"Está claro que si hubiera tenido malas referencias de mi hospital, pese a todo, lo habría descartado", afirma Escaneo, que, sin embargo, insiste en que, a pocos meses de terminar la residencia, "echando la vista atrás, me alegro de haber escogido este hospital".
"Mucha gente desconoce cómo funciona la residencia en un hospital privado. Me preguntan: ¿Entraste por cupo MIR? ¿Tuviste que hacer alguna entrevista?"
La propia sanitaria reconoce que, siendo una gran defensora de la sanidad pública, albergaba algunos prejuicios contra la sanidad privada que durante estos cuatro años de residencia, ha ido "tirando por tierra".
Asimismo, insiste en que no ha visto grandes diferencias formativas entre su hospital y otros por los que ha rotado, como uno en Barcelona y por el propio Cunqueiro, y que, al final, esa calidad educativa es lo que más interesa a los MIR. "Sí es verdad que en Povisa, al ser un centro pequeño, no tiene algunas cirugías, como cardiaca y pediátrica", relata Escaneo, pero puntualiza: "Eso nos obliga a rotar fuera y, dependiendo de la especialidad que hagas, te puede limitar más o menos".
Sin embargo, en su especialidad, que considera "bastante transversal", eso no le ha supuesto ningún contratiempo ya que, con esto periodos en otros centros, se suplen las intervenciones que no podían hacer: "Al final quedan cumplidos esos ítems, con lo cual en ese aspecto formativo no veo un problema".
Aunque sigue siendo una gran defensora de la sanidad pública, reconoce que estos años le han ayudado a "tirar por tierra" alguno de sus prejuicios sobre la privada
Esto también se refleja en el nivel asistencial, que, simplemente por tamaño, explica, tienen menos pacientes. Pese a que ellos también sufren las guardias de 24 horas, "que en anestesia siempre se libran", detalla; hay diferencias con los hospitales públicos en el hecho de que no tienen guardias ni sábados ni festivos. Otra disparidad es que los residentes tampoco cuentan, al menos en su servicio, con días de libre disposición, como sus homólogos de la pública, aunque sí que tienen algunos otros días libres propios solo de su hospital.
Finalmente, Escaneo quiere destacar que realizar su residencia en un hospital privado le ha ayudado "a ser consciente de lo que gastamos de recursos, que todo tiene un precio y el valor que tienen las cosas". "Nosotros lo vemos. Nos pone, cuando vamos a utilizar algún fármaco, algún aparato o utensilio especial, el precio que tiene", argumenta. Aunque, tal y como detalla, esto no hace que no se use lo que es necesario, pero sí que ayuda a "tomar conciencia".