La Universidad de León (ULE) formará parte, dentro de un par de años, del cada vez más numeroso grupo de universidades españolas que ofertan el grado en Medicina. Lo hará tras años y años de lucha, que cristalizaron en la reunión que mantuvo hace dos semanas el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, con los rectores de las universidades públicas de la comunidad autónoma, y que tuvo en este su principal punto de discusión. Tras la reunión, la consejera de Educación, Rocío Lucas, confirmó lo que ya todos intuían en los días previos: tanto León como Burgos (UB) tendrán Medicina a partir del curso 2026/2027.
“Por fin se ha atendido a una demanda histórica y justa. En el sistema sanitario se ha puesto de manifiesto que existe escasez de médicos, y, a la vez, cada vez más personas quieren cursar estudios de Medicina. Ofreciendo más plazas parece que, de alguna forma, podemos resolver estos dos problemas”, asegura a ConSalud.es la rectora de la Universidad de León, Nuria González Álvarez, quien indica además que esta situación se va a ir agravando en el tiempo dada la “cada vez mayor esperanza de vida de la población” y su necesidad de cuidados, y que Castilla y León es una de las comunidades autónomas que, por sus características propias más lo va a notar.
“En las provincias que están perdiendo población, el impacto de una facultad de Medicina es muy grande, y la ciudadanía lo está mostrando. Recibimos muchos correos de apoyo y de gente que quiere sumarse al proyecto”, afirma la rectora de una universidad que tiene ahora por delante un año para trabajar en una memoria de verificación que, no obstante, indica, está ya “muy avanzada”: “La tenemos que presentar al Ministerio de Universidades y a la agencia de calidad del sistema universitario de Castilla y León en septiembre del 2025. Durante este curso trabajaremos en perfilarla muy bien, para demostrar que es un proyecto viable”.
“Va a ser una forma de atraer nuevo talento y, después, si hay mecanismos suficientes en el mercado laboral para hacerlo, de retenerlo en nuestra provincia”
Y es que, más allá de todo lo que puede suponer un grado en Medicina para tratar de cubrir en el futuro esa falta de médicos que afecta, en definitiva, al conjunto del territorio nacional (aunque no hay que olvidar que la carrera tiene una duración de seis años, más los cuatro o cinco de especialidad para poder trabajar en el Sistema Nacional de Salud), González Álvarez destaca también el “impacto económico” y de “desarrollo social” para la provincia que supondrá esta nueva titulación que, además de a los estudiantes locales, también prevé atraer a otros muchos de fuera de León.
Según la rectora, quien confirma así las estimaciones que hizo en su momento la citada consejera de Educación de Castilla y León, la ULE ofertará alrededor de 80 plazas de Medicina en cada nuevo curso académico. “Va a ser una forma de atraer nuevo talento y, después, si hay mecanismos suficientes en el mercado laboral para hacerlo, de retenerlo en nuestra provincia”, indica la rectora sobre una región de España que, precisamente, dejó plazas MIR (médico interno residente) de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria sin cubrir en la pasada convocatoria; concretamente, seis en la unidad docente de Ponferrada y una en la de León capital.
POSTURAS EN CONTRA
Sin embargo, no todo son voces a favor de estos nuevos estudios en las universidades de León y Burgos. Tanto la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina como el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), entre otras instituciones, llevan tiempo denunciando la creación de nuevas facultades y el aumento de plazas en las ya existentes, ya que, denuncian, no se está realizando en base a los numerus clausus (número máximo que debería establecerse para tener un equilibrio) ni a criterios demográficos; de hecho, el último incremento promulgado por el Ministerio de Sanidad afecta a todas las universidades de España por igual.
“En Andalucía, con la última de Huelva, tienen ya Medicina en todas sus provincias, y en Cantabria estamos hablando de que hay una facultad para 500.000 habitantes. Incluso en Navarra tienen dos, una pública y una privada, así que la ratio entre número de habitantes y de facultades sigue saliendo peor en otras comunidades que en la nuestra aun habiendo ya cuatro”, argumenta la rectora de la Universidad de León.
A todo ello hay que sumar la dificultad para encontrar profesorado de Medicina que afecta a muchas de estas universidades. Tanto, que antes de oficializarse el grado, el decano de Medicina de la Universidad de Valladolid, José María Fernández, se mostraba “incrédulo” ante la propuesta, puesto que, afirmaba, ya una facultad como la suya, con 620 años de historia, estaba teniendo dificultades para “mantener profesorado de calidad”. “No se entiende de dónde lo van a sacar”, se preguntaba entonces el decano. González Álvarez reconoce el problema, pero también afirma que llevan tiempo trabajando concienzudamente para resolverlo de aquí a dos años.
"La ratio entre número de habitantes y de facultades sigue saliendo peor en otras comunidades que en la nuestra aun habiendo ya cuatro”
“La ULE tiene mucha relación con grupos de investigación y con el Hospital Universitario de León, y, como los dos primeros cursos son de asignaturas básicas, relacionadas con campos como la bioquímica o la fisiología, estas áreas de conocimiento ya están creadas y tienen profesores que se pueden encargar de ellas. Incluso tenemos algunos profesores a tiempo completo que ya son médicos”, argumenta la rectora. “En cuanto a las asignaturas más clínicas, que llegan a partir de tercero, estamos trabajando para que esos profesores, así como alguno de los setenta doctores que hay en la provincia de León, puedan recibir la acreditación de la ANECA”, añade.
De hecho, asegura González Álvarez, ya han recibido varias llamadas y currículos de gente interesada en trabajar como profesor de Medicina en el futuro. “Nos han mostrado su apoyo desde políticos hasta los médicos del hospital, e incluso gente por la calle”, destaca la rectora de la Universidad de León, que, al menos en el corto plazo, hará uso de los recursos materiales ya existentes y no tiene prevista la construcción de ningún nuevo edificio para su futuro grado en Medicina: “Así se lo trasladé durante la reunión al presidente de la Junta”.
“A partir de ese momento, las universidades de León y de Burgos trabajarán de la mano con la Consejería para que los planes de estudio que propongan cuenten con la viabilidad técnica necesaria”, afirmó tras la misma la consejera de Educación, quien también explicó que las facultades de Medicina de Valladolid y Salamanca apoyarán a las dos nuevas en varios aspectos.