“Antes, la sociedad cambiaba en fases de cien años, y ahora cambia semana a semana. Vivimos en una época de inmediatez brutal, donde tenemos muchísima información al alcance y la gente está muy preparada para obtener lo que busca. Por eso, la universidad debe ser un lugar que mantenga un espíritu crítico hacia el entorno y que reflexione sobre qué podemos hacer mejor”. Estas fueron las primeras palabras de Joan Ramon Masclans tras ser nombrado nuevo decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona en marzo del año pasado. Así, haciendo caso a ellas, y a pesar de que su grado en Medicina -la ‘joya de la corona’ de toda universidad- arrancó hace solo tres años, en el curso 2021/2022, ya está viviendo toda una serie de cambios “en una quincena de asignaturas” encaminados a “mejorar las necesidades de la sociedad”, explicó el decano catalán.
Lo hizo hace apenas unos días, durante la presentación de un informe que surgió precisamente cuando empezaron a trabajar en el grado y que preguntaba a varios pacientes cómo querían que fuesen los médicos del futuro. Y, entre sus resultados, que el grado de Medicina de la UPF tratará de reflejar en su guía docente a partir de ahora, los usuarios reclaman que los profesionales de la Medicina del futuro sean más humanos, tengan un trato más personalizado hacia el paciente, dominen las últimas herramientas tecnológicas, trabajen en equipo, atiendan más a la salud mental y sepan “escuchar y gestionar” los errores que cometen.
Reforzar la gestión de errores fue, de hecho, uno de los cambios que el decano aseguró que están introduciendo en varias asignaturas, y que, si todo va bien, llegarán a experimentar en el último trimestre los que están este año en el sexto y último curso de la carrera. En concreto, amplía Joan Ramon Masclans a ConSalud.es, introducirán unas “cápsulas de simulación” con actores reales para que los alumnos aprendan a comunicar los errores médicos. “Es algo que en el grado ya teníamos en quinto y en sexto como parte de las competencias transversales que los alumnos deben adquirir, pero era voluntario. Ahora va a ser obligatorio”, indica.
“No tenemos una asignatura de Atención Primaria a propósito, sino que está integrada en todo el grado"
“También trabajábamos ya con actores al tocar la parte de donación de órganos, la información que deben dar a los familiares para solicitarles que sean donantes. Realmente funciona muy bien, porque es gente muy bien preparada y que te pone en una situación real, como también funciona muy bien la simulación interprofesional en la que se encuentran solos dentro de una habitación, ante un maniquí, un estudiante de Medicina, de Enfermería y de TCAE, con el monitor de simulación hablando desde el otro lado del cristal como si fuera el paciente”, apunta el decano sobre otros de los aspectos que reclamaban los pacientes consultados para el estudio: el trabajo en equipo entre todos los profesionales sanitarios.
Como parte de la búsqueda de una mayor humanización del profesional médico y de su mejora de la comunicación con el paciente, en la UPF, además de ofertar una asignatura optativa sobre Humanismo y Medicina -junto a la obligatoria de Psicología Médica y Relación Médico-Paciente-, también tienden hacia un grado menos “hospitalcentrista”. “No tenemos una asignatura de Atención Primaria a propósito, sino que está integrada en todo el grado. Por ejemplo, cuando les explican el asma, lo hacen tanto desde el enfoque de Primaria como de hospitalaria, en función de cómo vaya evolucionando la enfermedad”, señala el decano.
Y es que, recuerda, la enfermedad no va a dejar de ser la misma porque se aborde desde un servicio u otro. “En primero, tienen una semana de prácticas clínicas en la que están unos días en hospital y otros en ambulatorio, y con quien vayan de Primaria en ese momento seguirán en el resto de cursos. Es algo muy transversal y que conlleva más problemas a la hora de organizar el grado por nuestra parte, pero que potencia una visión mucho más global de la enfermedad desde su inicio en Atención Primaria y su continuidad en la hospitalaria. Los pacientes piden que salgamos de la hiperespecialización”, insiste el médico catalán.
FOMENTO DE LA PARTE PRÁCTICA
Otro cambio que han hecho, y que ahora intentan potenciar al máximo, es ir reduciendo el número de clases magistrales, ante las que el estudiante, reconoce, muchas veces desconecta si no se imparten con “gracia”. “La generación actual es muy audiovisual, y ellos disfrutan más ante un caso de simulación o de un problema real. Trabajar en pequeños grupos y con un tutor que les haga de guía sí que te lo compran”, asegura Joan Ramon Masclans, jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital del Mar al que está adscrita la Universidad Pompeu Fabra. “Lo mismo ocurre con el trabajo de fin de grado, que pensamos que no tiene que estar tan centrado en ciencia básica, sino que también puede versar sobre la parte clínica”, añade.
Gema Revuelta, jefa del Servicio de Atención a la Ciudadanía del hospital barcelonés, profesora de la UPF y coordinadora del estudio sobre las peticiones de los pacientes a los médicos del futuro, citaba por su parte una formación universitaria que debería insistir en una visión integral y holística, y que no estuviese centrada únicamente en “diagnosticar y tratar”. “Después de la pandemia, vimos que era necesario que los estudiantes terminaran la carrera con unas nociones básicas de cómo manejarse en situaciones de estrés, y por eso las únicas dos asignaturas de sexto que no son prácticas son Paciente Frágil y Paciente Crítico”, traslada Masclans.
"Vamos a crear una asignatura nueva que toque todo el tema de las nuevas tecnologías y el manejo de datos"
“Tenemos que pensar en nuevos estudios, realizar más estudios compartidos o reformular estudios que ya están en marcha para adaptarnos a los nuevos perfiles profesionalizadores y necesidades sociales”, comentaba el facultativo tras su llegada al decanato el año pasado, casi coincidiendo con la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario(LOSU) que van a aprovechar para introducir aún más todos estos cambios dentro de su grado en Medicina.
“La salud mental ya la tocamos mucho, pero no tenemos a nada a nivel de Inteligencia Artificial. Por eso, vamos a crear una asignatura nueva que toque todo el tema de las nuevas tecnologías y el manejo de datos. De momento va a ser optativa, pero ya veremos en la reverificación del grado si lo intentamos potenciar en las diversas especialidades”, informa.