Ayer, ocho de septiembre, la ministra de Sanidad Carolina Darias informaba en rueda de prensa tras la reunión del Consejo Interterritorial, que ya había firmado la orden por la que se aprueba la oferta y la convocatoria de las pruebas para acceder a plazas de FSE. En total, se ofertarán 10.634 plazas, un 3,8% más que este año. Está previsto que el examen se realice el próximo 29 de enero de 2022 y tendrá algunos cambios. Uno de los más notables, el aumento en el número de preguntas del examen MIR.
Este año la prueba pasará de 175 a 200 preguntas, más 10 de reserva. Es decir, 25 preguntas más que este año y cuatro horas y media para hacer la prueba. El examen volverá al número de cuestiones de "hace unos años", cuando "se redujo el número de preguntas", ya que esta reducción supuso un aumento en el número de empates, explica para ConSalud.es el presidente de Asociación MIR España, Enrique Cuñat.
Este aumento ha dividido la opinión de los MIR y aspirantes. Cuñat asegura que es positivo, ya que hará que el examen sea más justo. Sin embargo, desde el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), Ángel Benegas defiende que el examen debería mantenerse con 175 preguntas más 10 de reserva, pues cree que “la duración óptima del examen son cuatro horas”.
“Tal como está hecho el examen, parece que quien lo ha redactado no le ha puesto interés”
Por su parte, Pablo, MIR en el Hospital Infanta Sofía de Madrid, cree que el aumento del número de preguntas se traduce en un flaco favor para los estudiantes: “Ya es un examen muy largo del cual depende tu futuro y que se hace muy cansado, física y mentalmente”. Con todo, añade que, si realmente “va a ayudar a discriminar las notas y evitar empates, entonces genial”.
Cuñat insiste en que aunque sea una medida en principio positiva, “hay más problemas que desde Sanidad no se han abordado”. El presidente de Asociación MIR España informa que la redacción de las preguntas del examen “deja bastante que desear”. “Tal como está hecho, parece que quien lo ha redactado no le ha puesto interés”. Además, desde el CEEM subrayan que es necesario que “el temario esté cerrado”, como ocurre con las oposiciones, de manera que haya una serie de temas y una bibliografía a consultar a la hora de preparar y corregir el examen.
“Al MIR llegan muchas preguntas desactualizadas, mal redactadas, muy ambiguas o que no se centran en la práctica clínica”
En este sentido, las academias MIR “hacen mejores preguntas y con más sentido” que las que cuentan para nota en el examen oficial. “Al MIR llegan muchas preguntas desactualizadas, mal redactadas, muy ambiguas o que no se centran en la práctica clínica", sino que se enfocan en casos esporádicos o muy difíciles. En consecuencia, cotinúa Cuñat, “se dejan por preguntar aspectos importantes”. En la misma línea, Benegas coincide en que “debería haber más preguntas clínicas que básicas”.
Según la opinión de Pablo, debería contar más la nota de la carrera de lo que pondera ahora. A día de hoy, la nota del examen cuenta un 90%, mientras que el 10% restante corresponde al expediente académico universitario. “Una persona puede tener un mal día al hacer el examen. Te juegas mucho”, añade. Sin embargo, Cuñat cree que es una medida potencialmente injusta, pues podría influir la universidad a la que haya acudido el alumno. Así, algunas facultades podrían "inflar" las notas con el objetivo de facilitar el acceso a una plaza MIR.
En cualquier caso, “en lo que sí hay consenso es en que la gente quiere que se sepa cuanto antes cuándo va a ser el examen”, de forma que los estudiantes puedan planificarse y estar más tranquilos. “El caos que ha habido con el Covid-19 es entendible, pero ahora ya no puede haber tanta incertidumbre”, concluye Cuñat.