España es, a día de hoy, el único país de la Unión Europea que no exige a sus técnicos de rayos tener la carrera universitaria de Radiología. Y no lo hace, básicamente, porque no existe, a pesar de la directiva europea que desde el año 2013 obliga a los estados miembros a tener un marco legislativo adecuado que garantice la “educación, información y formación teórica y práctica adecuadas para las prácticas médicas radiológicas”.
Así lo recuerda el ‘Documento de Evaluación Comparativa de Nivel 6 del Marco Europeo de Cualificaciones (EQF): Radiógrafos’, elaborado por la Plataforma Estatal por el Grado en Imagen Médica y Radioterapia. A ella pertenece David Llopis, quien denuncia que no ha habido avance alguno desde entonces, hasta el punto de que tanto a nivel nacional como desde Cataluña han tramitado dos denuncias “de infracción de normativa a nivel europeo” que ya están en trámite.
"Las personas atendidas están actualmente en manos de profesionales que no están debidamente cualificados"
“Ya nos han contestado que España está obligada a darnos una respuesta por escrito”, comenta Llopis. “No es que lo pidamos por interés corporativo ni por ganar más dinero, es simplemente por la seguridad de la población. Las personas atendidas están actualmente en manos de profesionales que no están debidamente cualificados, y cada vez son mayores nuestras competencias y la complejidad de la tecnología que manejamos”, señala.
Y es que, a raíz de la citada Directiva 2013/59/ Euratom del Consejo, “por la que se establecen normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes”, en 2014 se publicó una guía elaborada por las principales asociaciones profesionales de la materia en Europa, aunadas en el proyecto HENRE (Higher Education Network for Radiography in Europe) de la UE. En ella, se establece que los profesionales que manejan equipos de radioterapia deben pertenecer a, como mínimo, el nivel 6 del Marco Europeo de Cualificaciones, es decir, a una educación superior universitaria de, como mínimo, 3 años.
"Los títulos del extranjero aquí son papel mojado"
En España, sin embargo, la única forma de ser técnico especialista en Radiología es a través de la Formación Profesional, cuya duración es de dos años y pertenece al nivel 5. Y todo ello a pesar de que la mencionada guía también señala que, a través de su actividad profesional, los técnicos deben ir escalando puestos en ese nivel de cualificaciones, llegando a ser necesario, en algunos casos, alcanzar el 9. “Se debe hacer especial énfasis en nuevos sistemas de diagnóstico y terapia y en la adquisición de habilidades en el uso de esos sistemas”, añade la guía.
“Ahora en verano, por ejemplo, hay muchas veces que en las guardias estamos trabajando completamente solos, sin supervisión. Y te llega el residente de Urgencias a preguntarte qué es lo que ves tú en la radiografía”, denuncia Llopis, quien recuerda también que esto supone una barrera para los profesionales españoles que quieren formarse debidamente en el extranjero.
"Hay muchas veces que en las guardias trabajamos solos, sin supervisión"
“Muchos se van a estudiar la carrera a Reino Unido o a Portugal y cuando vuelven aquí les dicen que sí, que muy bien, pero que están sobrecualificados: En España es una FP de dos años de formación y cobras 1.000 euros. Sus títulos son papel mojado. Lo mismo ocurre si quieren ejercer en otro país, no pueden hacerlo porque no tienen la carrera o, si lo consiguen, es a través de artimañas. La pasarela es siempre a costa de nuestro esfuerzo”, critica.
¿Y la razón de este inmovilismo por parte del Gobierno de España cuál puede ser? Para el representante de la Plataforma Estatal por el Grado en Imagen Médica y Radioterapia, “hay algunos lobbys en contra que no quieren perder poder, y luego está sobre todo el tema económico: Que un colectivo de 20.000 profesionales pasen de golpe y porrazo a un nivel universitario supone una partida presupuestaria que les cuesta asumir”.
"Se van pasando la pelotita entre el Ministerio de Sanidad y el de Universidades, cada uno dice que depende del otro"
“Nos hemos reunido con todos los grupos políticos, con representantes de Sanidad de las comunidades autónomas… y todos nos dicen lo mismo: Que sí, que es verdad, que tenemos la razón y que se tiene que cambiar, pero hay como una reticencia a sacarlo adelante porque se van pasando la pelotita entre el Ministerio de Sanidad y el de Universidades, cada uno dice que depende del otro”, se queja Llopis.
Para más inri, el Índice de Desarrollo Humano del año 2020, en el cual España ocupa la posición 25, también muestra cómo el nuestro es el único país de los primeros 50 del ranking (exceptuando a Liechtenstein, Andorra, Brunei y Palaos, en los cuales no hay manera de formarse como técnico especialista en Radiología) sin formación universitaria para esta profesión. El resto de países no europeos como Australia, Arabia Saudí, Argentina o Chile también imponen esa lógica exigencia a sus radiólogos. La única nota disonante junto a la de España es Alemania, que permite formarse tanto a través de la Formación Profesional como de la universidad.
"Ya sabemos que España es especialista en saltarse las normativas europeas"
Y, a pesar de que estos datos son de hace años, Llopis asegura que la situación sigue “exactamente igual” que hace diez años. Más allá de las denuncias que mencionaba el técnico y que están a la espera de ser respondidas, los únicos avances han llegado de la mano de los gobiernos autonómicos de Canarias, Baleares y Cataluña, cuyos parlamentos han emitido propuestas de resolución favorables a esta implementación, “pidiéndole al Consejo Interterritorial de Salud que vote favorablemente al proyecto”.
También, a principios de este año, Coalición Canaria presentó ante el Congreso la petición de instaurar el nuevo grado, pero fue rechazada por la Comisión de Sanidad. Los socios que componían entonces el Gobierno votaron en contra de la propuesta aludiendo a distintas razones, como que la PNL no hubiese incluido otras titulaciones o que “actualmente no existe ningún currículum formativo oficial europeo”. “Al final, ya sabemos que España es especialista en saltarse las normativas europeas”, sentencia Llopis.