A principios de este siglo, el número de enfermeras colegiadas en España no alcanzaba las 200.000. En 2023, en cambio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) registró un total de 345.969, 54.606 hombres y 291.363 mujeres, y 10.268 de ellas con el título de matrona. La profesión, una de las que cuenta con mayor número trabajadores en nuestro país -y la más numerosa dentro del sector sanitario por delante de la de Medicina-, ha evolucionado enormemente desde entonces, y desde el ámbito universitario, aprovechando la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), buscan incluir nuevas competencias en 2025.
En concreto, explica a ConSalud.es Inmaculada García García, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Granada (UGR) y presidenta de la Conferencia Nacional de Decanos de Enfermería (CNDE), lo que le han pedido al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades es hacer “adecuaciones” a la Orden CIN/2134/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de enfermero.
“Propusimos ir trabajando sobre un borrador para ajustar la Orden a los momentos actuales, y nos dijeron que podíamos iniciar la andadura"
Esta Orden es la que regula las competencias que deben adquirirse en la carrera de Enfermería (un total de 18, entre ellas los cuidados paliativos, fomentar estilos de vida saludables o conocer el código ético y deontológico de la enfermería española), y desde el 2008, cuando la carrera pasó de diplomatura a grado y de tres a cuatro años de duración, se ha mantenido prácticamente intacta. “Propusimos ir trabajando sobre un borrador para ajustar la Orden a los momentos actuales, y nos dijeron que podíamos iniciar la andadura, así que eso vamos a hacer. Contaremos para ello con todas las sociedades científicas, empresarios y personas que ofrecen trabajo a las enfermeras, más los propios miembros de la Conferencia”, señala García.
El mencionado trabajo conjunto, informa la decana, comenzará en este mismo mes de octubre, y con él esperan que se puedan introducir “cambios sustanciales” en materia de nuevas competencias en todos los grados de Enfermería que se ofertan actualmente a lo largo y ancho de España, y no solo las pequeñas modificaciones que se llevan a cabo cada año en las guías docentes de cada universidad. “Ahora mismo podemos incluir una competencia dentro de otra porque creemos que se puede asimilar, o introducir nuevas metodologías docentes y métodos de evaluación, pero siempre a partir de una competencia que ya existe. Nunca introducir una nueva, porque habría que modificar la Orden”, apunta la enfermera.
“Ahora mismo podemos incluir una competencia dentro de otra, pero nunca introducir una nueva"
Por lo demás, y gracias a dicha Orden de hace ya 16 años, la formación en Enfermería es bastante similar en todas las universidades españolas. También las prácticas, que, en este caso, se rigen por una normativa europea que exige un mínimo de horas y que estas sean en entornos clínicos reales, no en simuladores, puesto que es algo que ya se ve dentro de la propia carrera de Enfermería: “Desde la Conferencia insistimos mucho en que esto se cumpla”. Incluso, subraya Inmaculada García, varias universidades públicas han bajado el número de asignaturas optativas para que todos sus estudiantes tengan las mismas competencias.
“Algunas has puesto más énfasis en la bacteriología, otras en la atención al paciente adulto desarrollando más sus competencias, otras han introducido el tema de la prescripción enfermera para hacerlo más visible… todo eso está contemplado en la Orden CIN, pero cada universidad decide qué competencias desarrolla más o menos y si las incluye en los descriptores de los títulos o no”, insiste la decana de la Universidad de Granada.
ADAPTARSE A LOS CAMBIOS DE LA CARRERA
Y es que, como se mencionaba al comienzo del artículo, los cuidados enfermeros que se realizan actualmente han cambiado mucho desde el 2008. De hecho, cuando se redactó la citada Orden CIN, todavía no se habían puesto en marcha la inmensa mayoría de las especialidades enfermeras que existen actualmente. “En la docencia universitaria, tenemos que estar adaptándonos todos los años a los últimos hallazgos e innovaciones que se van produciendo en los cuidados, pero para eso no hace falta cambiar el título ni la asignatura. Basta con basarnos en la evidencia científica e incluirla en las guías docentes”, indica García.
"Me han pedido recientemente como decana que saque las sillas de las aulas teórico prácticas para poder meter en ellas maniquíes de simulación"
De igual manera, citaba también anteriormente la presidenta de la Conferencia Nacional de Decanos de Enfermería, cambian los métodos de enseñanza y los recursos con los que cuentan las universidades: “Cuando yo empecé, las clases se daban con pizarra. Ahora ya lo hacemos a través de un powerpoint o incluso metiéndonos directamente en internet”. “Vamos incorporando cosas nuevas, e incluso adaptamos las aulas a las necesidades de los docentes. A mí me han pedido recientemente como decana que saque las sillas de las aulas teórico prácticas para poder meter en ellas maniquíes de simulación, y en una asignaturas los estudiantes ya están de pie, no sentados”, comenta la decana andaluza.
“También me han pedido que la piscina que usábamos para Fisioterapia se pueda utilizar en Enfermería, algo que a mí me sorprendió en un primer momento. Al final, en las reuniones que mantenemos periódicamente en la Conferencia notamos cómo se está continuamente innovando, y nosotros mismos, para fomentarlo, premiamos con apoyo económico los proyectos de investigación e innovación docente”, sentencia Inmaculada García García.