Para optar a una plaza para médico interno residente, más conocida como MIR, es necesario realizar un examen que dará a cada uno de los 13.509 admitidos a la prueba este año, un número de orden. Número que le dará prioridad a la hora de la adjudicación. El primero en elegir, podrá escoger la especialidad que quiera en el destino que quiera. Después el dos, el tres y así sucesivamente, establecerán dónde quieren realizar la residencia y formarse como médicos especialistas.
De Cardiología, Dermatología o Cirugía Plástica, a Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Preventiva o Medicina del Trabajo, hay una larga lista de opciones. Las que antes se agotan, son las más demandadas, más difíciles de escoger y por tanto más “prestigiosas” para algunos.
De aquí surge la “numeritis”. Cualquiera podría pensar que un número más alto, significa más formación y por tanto ser un mejor médico, pero ¿es realmente así? ¿Abandonan algunos MIR su especialidad soñada simplemente porque el examen les ha ido mejor de lo que pensaban?
“Está mejor visto”, se traduce en una mayor ambición y en “no desaprovechar a un buen médico” el hecho de elegir Cirugía Plástica o Cardiología antes que Preventiva o Familiar
Para Luis Utor, opositor a una plaza MIR, la numeritis consiste en “asignar una especie de jerarquía, un plus de importancia o privilegio a algunas especialidades, denostando a otras”. Este joven ceutí cuenta a ConSalud.es que su sueño es dedicarse a la Medicina de Familia. Una especialidad que no pasa por su mejor momento, teniendo en cuenta la situación límite que vive la Atención Primaria.
A diferencia de Cardiología, Cirugía Plástica o Dermatología, Medicina Familiar y Comunitaria no es la “preferida” de los MIR. Es de las últimas en agotarse, en parte porque se ofertan un número de plazas considerablemente mayor que en otras especialidades. En la última convocatoria MIR, Medicina Familiar convocó un total de 2.338 plazas y la última vacante se agotó en el número 9.845. En la otra cara de la moneda está Cirugía Plástica, que adjudicó la última de sus 51 plazas en el MIR número 836.
Esta es una de las razones por las que “está mejor visto”, se traduce en una mayor ambición y en “no desaprovechar a un buen médico” el hecho de elegir Cirugía Plástica o Cardiología antes que Preventiva o Familiar. Esta numeritis acaba provocando que muchos jóvenes médicos cambien su especialidad en el último momento para no “desperdiciar” un buen número. “Cuando la gente tiene suerte, la duda aparece”, comenta Utor para este medio.
Al decir abiertamente que quiere dedicarse a la Medicina de Familia, Utor ha tenido que escuchar “de todo”. Desde que “el médico de Familia en España no es más que el secretario del especialista”, hasta “tú eres un tío listo, seguro que te da para escoger otra cosa”, pasando por “no vas a sentirte realizado siendo médico de Familia”. Un médico “superespecialista” con el que coincidió llegó a decirle que “él salvaba vidas”, mientras que un médico de Familia no. “No lo comparto en absoluto. Hay muchas formas de cambiar y salvar vidas” insiste el aspirante a MIR.
“No hacer caso al instinto o a la vocación es un error”
Y no es que no vaya a llegarle el número de orden para escoger Cardiología, una especialidad que también gusta al joven, sino porque para él, "el ideal de médico" es el de Familia. Conocer a sus pacientes y "no centrarse" solo en un área, sino saber mucho de todas, son algunas de las principales motivaciones para decantarse por la especialidad.
Además, de la formación y la adquisición de conocimientos, imprescindibles para una buena práctica médica, para Luis “lo que caracteriza a un buen médico, es la capacidad para lidiar con los problemas de las personas". Y es que “valores tan importantes como la empatía, la escucha activa, el trato o la apreciación de las vidas ajenas” son difíciles de evaluar en un examen de 200 preguntas más 10 de reserva.
“No hacer caso al instinto o a la vocación es un error”. Dejarse llevar por esta “numeritis” y elegir una especialidad que no es con la que sueñas “desde chiquitito” es otro error. “Yo animaría a todo el mundo a que hiciera lo que el cuerpo le pide y lo que le apasiona desde las mismas prácticas, desde que empezó la carrera de Medicina”, concluye Luis Utor.