Gandía, nueva en el EIR: “No tenemos residentes mayores, pero es como si nuestros tutores lo fuesen”

Nuria, en representación de los cuatros primeros EIR de la historia de Gandía, nos explica el porqué de su arriesgada decisión y cómo están siendo estos primeros días como residente

Nuria, junto a sus tres compañeros EIR de Gandía (FOTO: Cedida a ConSalud.es)

Es ya una tradición. Cada año, los miles de graduados universitarios que superan la oposición y obtienen plaza de Formación Sanitaria Especializada (FSE) intercambian mensajes con los residentes de cursos superiores para informarse sobre los servicios en los que están interesados y cerciorarse así de que la formación que van a recibir es la ideal. Sin embargo, los EIR (Enfermero Interno Residente) que han comenzado este año en Gandía no tuvieron esa suerte… básicamente porque han sido los primeros de la historia de esta unidad docente.

No obstante, indica a ConSalud.es Nuria, una de las cuatro R1 (residente de primer año) de Enfermería Familiar y Comunitaria que hay actualmente en la Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Valencia Gandía, esto no les ha supuesto ningún problema. De hecho, en su caso, prácticamente ni se lo planteó cuando supo su nota en el examen y comenzó a buscar el lugar en el que realizar la residencia. “Yo entonces todavía seguía en una nube de decir ‘madre mía, lo he conseguido’”, recuerda entre risas.

"Me enamoré totalmente de lo que me transmitieron en Gandía y en ese mismo momento decidí ponerlo como primera opción”

Eso sí, tenía claras dos cosas: Por un lado, que el servicio estuviese en su provincia natal, Valencia; por otro, que los valores tanto del departamento como del personal “concordaran” con lo que ella pensaba que tenía que ser la Atención Primaria. “Miré las jornadas de puertas abiertas de los distintos hospitales de Valencia y vi que las de Gandía coincidían con las de otro sitio. Es algo que ahora pienso constantemente, que fue ahí donde tomé la decisión clave, porque me enamoré totalmente de lo que me transmitieron en Gandía y en ese mismo momento decidí ponerlo como primera opción”, señala la joven enfermera valenciana.

Pero en Gandía, como hemos comentado anteriormente, no había experiencia previa con el EIR. De hecho, allí tan solo se oferta otra especialidad, Enfermería Obstétrico-Ginecológica, que apenas va por su segundo año y ni tan siquiera pertenece a la misma unidad docente que la de Nuria y sus compañeros. “Era una novedad para todo el mundo, pero la ilusión en el proyecto que nos transmitieron, sobre todo nuestras dos tutoras, animaba mucho a decir ‘este es el lugar’. Y, aunque no tenemos residentes mayores como tal, Julia y Elisa hacen de ellos con su cercanía, buen trato y preocupación porque nuestra formación sea excelente”, destaca.

Nuria fue también a otras jornadas de puertas abiertas, “pero ninguna me transmitían lo mismo”. “Lo hablé obviamente con mis padres, porque venir a Gandía suponía no estar tan cerca de ellos, pero es que me había gustado mucho. Yo soy de Valencia capital, y estar aquí me supone un esfuerzo extra, pero está mereciendo la pena”, insiste la enfermera, quien, eso sí, contaba con la ventaja de que sus padres tenían una segunda residencia en la localidad: “Aun de no haber sido así, tengo claro que habría ido y venido todos los días. Fue un flechazo”.

"Aun si no hubiese tenido piso en Gandía, tengo claro que habría ido y venido todos los días desde Valencia"

Tampoco preguntó a otros MIR, que sí que los había de años anteriores en su misma unidad docente. “Sé que es un clásico hacer eso, y en ese sentido sí que sentía algo de incertidumbre. Pero es que todavía seguía algo aturdida por el examen, y, al final, por mucho que puedas confiar en los comentarios de otros compañeros, es una decisión tuya. Me dije ‘vamos a ver, Nuria, has ido a la jornada para algo, ¿no? Pues nada, hemos estado, te ha encantado y ya está. Adelante”, recuerda la joven valenciana, quien ya de por sí no las tenía todas consigo de que iba a conseguir plaza en ningún sitio: “Salí del examen sin saber qué había pasado”.

“Creo que, como todos los que hemos hecho este año el EIR, salí con muy mal sabor de boca. Me había dejado más preguntas en blanco de las que me dejaba en los simulacros, porque eran tan extensas que no me daba tiempo a analizarlas bien. Ya estaba pensando en prepararme para el año que viene cuando vi mi posición, y te lo puedes imaginar, fue una alegría máxima. Vamos, que aún a día de hoy todavía no me lo creo”, apunta mientras ríe.

EN LA ESPECIALIDAD NO HUBO DUDAS

Pero Nuria ya empieza a creérselo. Ha pasado casi un mes desde que la enfermera, que dejó un año entre que terminó la carrera y se decidió a preparar el EIR, comenzó su residencia de Enfermería Familiar y Comunitaria en Gandía, dejando así de lado el resto de especialidades: Enfermería de Salud Mental, Enfermería del Trabajo, Enfermería Geriátrica, Enfermería Pediátrica y la citada Enfermería Obstétrico-Ginecológica. “La verdad es que el tema de la especialidad siempre lo tuve claro. Familiar y Comunitaria sería el motivo por el que me tiraría a la piscina, porque me enamoré de la Atención Primaria durante las prácticas del grado”, dice.

"Enfermería Familiar y Comunitaria sería el motivo por el que me tiraría a la piscina, porque me enamoré de la Atención Primaria durante las prácticas del grado"

“Están siendo días muy intensos. Jornadas, charlas, reuniones, formaciones… más lo que conlleva adaptarse a un nuevo lugar: al espacio, a los materiales, a las dinámicas, a los compañeros… pero, como te decía, el ambiente que se respira te pega un chute de motivación y de energía increíbles”, subraya Nuria, quien pasará por muchas unidades de atención sanitara, incluida la rural, salud pública o urgencias, durante este primer año de residencia.

“Tocamos un montón de palos, y creo que eso es precisamente lo bueno del EIR. Además, nos han trasladado que la Comunidad Valenciana es de las pocas que tiene la bolsa de Enfermería Familiar y Comunitaria activa y funcionando, y que muchas de las plazas de Atención Primaria que ya estaban creadas se están reconvirtiendo de enfermero generalista a especialista. El futuro tiene muy buena pinta”, sentencia con optimismo la joven enfermera de Valencia.

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