La reciente aprobación de la especialidad MIR (Médico Interno Residente) de Medicina de Urgencias y Emergencias no solo ha supuesto una buenísima noticia para, lógicamente, los médicos. La “veda” que ha abierto el Ministerio de Sanidad con este hito histórico para los urgenciólogos también supone un nuevo soplo de optimismo para los enfermeros que trabajan actualmente en estos servicios y para los que quieran especializarse en ello en el futuro vía EIR. De hecho, ya se está trabajando en la confección de su programa formativo, y desde la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias (SEEUE) confían en poder tener a sus primeros residentes de la especialidad para la convocatoria del año 2026.
“Una vez que entra a trámite, lo demás es rápido, como hemos visto con los médicos… pero lo difícil es justo eso, llegar a la aprobación de la comisión”, señala a ConSalud.es Carmen Duque, presidenta de la SEEUE, sobre una especialidad que, asegura, llevan pidiendo desde que nació el EIR, es decir, desde principios de este siglo: “Ya en el primer Real Decreto de 2005 se intentó que la de Urgencias y Emergencias fuese una de las primeras especialidades, pero, como había una limitación por parte del Ministerio en cuanto al número que podían sacar, crearon la de Enfermería Médico-Quirúrgica, que aglutinaba a todas las cosas del hospital”.
“Una vez que entra a trámite, lo demás es rápido, como hemos visto con los médicos... pero lo difícil es justo eso, llegar a la aprobación de la comisión"
A partir de ese momento, la especialidad de Enfermería de Urgencias y Emergencias quedó en stand by, mientras que, recuerda Duque, la mayoría de las comunidades autónomas comenzaron a exigir a sus enfermeros la obligatoriedad de contar con un máster para poder ejercer en estos servicios, “lo cual ya infiere una cierta especialización”. Pero llegó el 2022, y, con él, el Real Decreto 589/2022, que establecía los criterios para la propuesta de un nuevo título de especialista en Ciencias de la Salud. A él se agarraron muchas sociedades científicas, incluida la SEEUE, que trató de seguir los mismos pasos que la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) por un objetivo que, en su caso, ha cristalizado este año.
“La trayectoria final de SEMES, desde que salió aquel Real Decreto, ha sido de dos años, que son los mismos que esperamos nosotros. Estamos en ello, pero lo que pasa es que los enfermeros siempre tenemos más problemas porque cuesta que los documentos salgan, encontrar la bibliografía que justifique la necesidad de crear las especialidades…”, confía la presidenta de la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias, cuyo primer paso fue el de comentarle su propuesta al Consejo General de Enfermería (CGE): “Lo vieron bien y nos dieron su autorización, porque, evidentemente, sin su apoyo no hacemos nada”.
"Los enfermeros siempre tenemos más problemas porque cuesta que los documentos salgan"
Después, se pusieron en contacto con la propia SEMES, que, aunque está centrada en la especialidad médica, también cuenta con muchos enfermeros e incluso con técnicos sanitarios entre sus afiliados. Y es que uno de los principales requisitos interpuestos por el Ministerio de Sanidad a través del Real Decreto es el de tener una “representación muy alta” de profesionales de enfermería para que la solicitud pueda llegar a buen puerto. Así, con el apoyo tanto de SEMES como de la Unión Española de Sociedades Científicas de Enfermería (UESCE), crearon un grupo de trabajo que es el que está ahora enfrascado en crear de la especialidad.
“Son cinco criterios los que hay que cumplir, y lo primero que hemos hecho ha sido justificar cada uno de ellos de forma genérica. Ahora ya estamos con los detalles y pormenores, como hablar con otras sociedades científicas para que no haya conflictos de competencias y nos den su visto bueno. Nos reuniremos con ellas en octubre, pero no creo que presenten ningún problema. Una vez superado eso, tenemos que hacer una evaluación económica para que las comunidades autónomas también nos den su autorización. Necesitamos la autorización de al menos siete de las diecisiete comunidades autónomas”, explica Carmen Duque.
UN FUTURO MUY ESPERANZADOR POR DELANTE
Ese es, para la presidenta de la Sociedad Española de Enfermería de Urgencias y Emergencias, el punto más difícil de todos: conseguir que las comunidades autónomas remen a su favor. “Crear unidades docentes y formar a profesionales especialistas supone un coste importante, y al final son las comunidades las que ponen ese dinero. Pero tenemos que hacerles ver que es una inversión a largo plazo, y que los residentes, aunque estén en formación, forman un núcleo muy importante de profesionales que trabajan en activo”, reconoce la experta.
“Ya está demostrado que en los últimos 25 años la presencia de unidades móviles en las calles ha reducido la mortalidad y mejorado la atención de los ciudadanos”
Además, recuerda Carmen Duque, el ámbito de actuación de la especialidad no se limita solo a los hospitales. También atienden urgencias a pie de calle y en centros de salud, “que de fomentarse harían bajar mucho la demanda de los centros hospitalarios, que están todos siempre a tope”. “Prácticamente el 85% de esa demanda podría ser atendida tanto en las unidades móviles como en los centros de urgencias ambulatorios. Por eso es tan importante la formación, para que los enfermeros que desarrollen esa actividad puedan detectar de manera rápida problemas como infartos, ictus… y que la atención sea mucho más eficaz”, afirma.
“Ya está demostrado que en los últimos 25 años la presencia de unidades móviles en las calles ha reducido la mortalidad y mejorado la atención de los ciudadanos”, insiste Carmen Duque, optimista de cara al futuro de la especialidad de Enfermería de Urgencias y Emergencias. “El programa formativo ya lo tenemos prácticamente terminado, y es muy similar al de los médicos, con las diferencias propias de los cuidados y del diagnostico de enfermería. De momento estamos cumpliendo los plazos, y entre enero y marzo de 2025 esperamos poder tener el documento que presentar a la comisión de especialidades. Queremos dejarlo bien cerrado, porque si te lo rechazan tienes que esperar cinco años para volver a presentarlo”, sentencia.