Hace no mucho tiempo, eran dos conceptos que costaba imaginar que algún día se podrían estudiar juntos. Sin embargo, desde que se implantó por primera vez en España en el curso 2021/2022, su demanda cada vez es mayor. Hablamos del doble grado en Psicología y en Administración y Dirección de Empresas (ADE), que ya incluyen varias universidades -todas privadas- después de la que la Universidad Pontificia de Comillas, que a su vez ya impartía ambas titulaciones por separado desde hace tiempo -fue también pionera en la ya clásica unión de ADE y Derecho-, pusiese aquella primera piedra hace casi tres años y medio.
Y es que, destaca a ConSalud.es Gisela Delfino, su coordinadora en esta institución, son dos vertientes que de un tiempo a esta parte han ido mostrando con mayor claridad su conexión: esa fue precisamente la razón de su implementación. “Por un lado, desde el punto de vista de los negocios, las empresas se han dado cuenta de la importancia de conocer a la persona. De hecho, hace ya bastante años tuvimos algunos Premios Nobel en Economía que eran psicólogos, y que mostraron que, en realidad, las decisiones a la hora de hacer inversiones y de tomar riesgos no son tan irracionales, sino que se mueven mucho por esos atajos mentales que todos los seres humanos tenemos ligados a, por ejemplo, evitar el riesgo”, explica Delfino.
"La mente humana ayuda mucho al ámbito de las inversiones y de las finanzas, y estar formados en eso es súper importante"
“No nos gusta el riesgo, nos da miedo, y preferimos ganar poco antes que perder todo. La mente humana ayuda mucho al ámbito de las inversiones y de las finanzas, y estar formados en eso es súper importante”, añade la coordinadora, quien destaca también, sin dejar todavía el ámbito empresarial, la importancia que la psicología puede llegar a tener en el marketing, una de las partes más importantes que se estudian en ADE: “En marketing se suele estudiar alguna cosita, pero más de manera intuitiva. Ahora, en cambio, lo pueden hacer con mucho más conocimiento, para realmente entender cómo pensamos y sentimos las personas”.
Después, claro está, está la parte de la psicología, a la que la aportación de la visión empresarial puede ayudar si estos profesionales sanitarios quieren pasar en algún momento a la dirección de centros sanitarios: “Estudiar ADE garantiza que realmente están capacitados para hacerlo”. Pero el doble grado, apunta Gisela Delfino, no se termina ahí desde el punto de vista de la psicología: también está “íntimamente ligado” al emprendimiento. “Si un psicólogo, después de hacerse habilitante y montarse una clínica, quiere tener un despacho un poquito más grande o coordinar a más gente, tiene que saber cómo hacerlo. Todo el tema de facturación, impuestos… es necesario todo ese conocimiento de área”, insiste.
“No es gente que se quiera dedicar al ADE o a la psicología y que quiera complementar un poco con lo otro. Es gente que realmente cree que necesita a la otra parte para su futuro profesional"
Actualmente, el doble grado en Psicología y en Administración de Empresas se puede estudiar en otras tres universidades, todas ellas en la Comunidad de Madrid: la Universidad Villanueva, la Universidad Francisco de Vitoria y la Universidad Nebrija. Los de la Universidad Pontificia de Comillas están en la parte final de su tercer curso académico del total de cinco que componen la doble titulación, y, aunque no tienen egresados, Gisela Delfino destaca que las empresas están “demandando muchísimo” este perfil: “Además, como es una disciplina nueva, pueden surgir muchísimas cosas ligadas a la neurología en el ámbito laboral”.
“No te hablo solo de las prácticas curriculares de ADE y Psicología, que los alumnos tienen que hacer obligatoriamente. También las extracurriculares durante el verano, porque las empresas valoran mucho que los estudiantes tengan las dos cosas: por un lado, la parte de entender cómo piensa, siente y se comporta la persona; y, por otro, los conocimientos empresariales”, afirma la coordinadora de la institución madrileña. “No es gente que se quiera dedicar al ADE o a la psicología y que quiera complementar un poco con lo otro. Es gente que realmente cree que necesita a la otra parte para su futuro profesional, divididos en un 50%”, apunta.
PRÁCTICAS EN LAS DOS VERTIENTES
Hasta ahora, el nexo de unión más común entre la psicología y el mundo de la empresa siempre han sido los recursos humanos, departamento en el que terminan muchos de estos graduados: “El psicólogo tradicional de las empresas no necesita la formación en ADE para resolver las necesidades que tiene el ámbito de los recursos humanos”. No obstante, subraya Gisela Delfino, con la doble titulación nace “algo nuevo” para las otras áreas de las empresas, y los egresados de las universidades obtienen ambas titulaciones como si las hubiesen cursado por separado: “También resuelve muchas preocupaciones de los padres, que se quedan más tranquilos por la empleabilidad de sus hijos en el futuro si tienen dos titulaciones. Aunque tanto psicología como ADE tienen una empleabilidad muy alta actualmente”.
"El alumno aprende muchísimo, porque tiene más horas de prácticas que las que realmente el Ministerio nos solicita"
Por eso, lógicamente, las prácticas se realizan en ámbito tanto sanitario como empresarial. “Los dobles grados en Comillas, por lo general, son bastante pesados. Se pueden hacer, los alumnos los terminan y están súper felices, pero implican toda una cuestión de organización de tiempos”, reconoce la coordinadora. En concreto, comienzan en cuarto, haciendo prácticas clínicas de psicología, y siguen en el verano de cuarto a quinto, donde trabaja en alguna de las múltiples empresas con las que la institución tiene convenio de formación: “Hacen toda la práctica de ADE, y también incluimos la parte de psicología organizacional, en la que pueden rotar si quieren por la parte de recursos humanos”.
“La realidad es que el alumno aprende muchísimo, porque tiene más horas de prácticas que las que realmente el Ministerio nos solicita. Tiene experiencia profesional en los dos ámbitos, y así puede tomar la decisión de hacia dónde quiere orientarse en el futuro, si hacia la parte clínica o hacia la empresarial. Es lo que dedujimos de preguntar a egresados de las dos carreras, y que nos dijeron qué es lo que les hubiese gustado tener a nivel de formación”, sentencia.