Al contrario de lo que ocurre en el resto de las ‘grandes’ titulaciones sanitarias -Medicina, Enfermería yPsicología-, Farmacia siempre ha mantenido un ritmo de crecimiento mucho más moderado y, sobre todo, constante. Así, según los últimos datos del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), el número de egresados de la carrera entre los cursos 2008/2009 y 2021/2022 “solo” ha crecido en 446 personas: de 2.276 a 2.722 nuevos graduados en Farmacia, procedentes tanto de universidades públicas como privadas. Y, si bien esto permite una mucho mejor interrelación entre facultades para poner en marcha políticas comunes, no libra a su titulación de tener que afrontar toda una serie de cambios para ajustarse a la realidad actual de la asistencia farmacéutica.
Son cambios en los planes de estudios que, señala a ConSalud.es Jordi Camarasa, decano de Farmacia de la Universidad de Barcelona y presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Farmacia, todas las facultades de nuestro país deben hacer en un plazo máximo de dos años para adaptarse a la normativa de la Unión Europea. Y es que cabe recordar que, tras la instauración del conocido como ‘Plan Bolonia’ a finales de la primera década de este siglo XXI, todas las titulaciones que se imparten en universidades de la UE se deben regir por parámetros estandarizados y muy similares.
Para ello se debe modificar la Orden CIN, por la que se establecen los requisitos para la verificación de títulos universitarios, y que en el caso de Farmacia, informa Camarasa, debe estar lista para el año 2026 (la anterior data del 2008, cuando llegó el Plan Bolonia): “Estamos trabajando con otras entidades, como el CGCOF o la Federación Española de Estudiantes de Farmacia, para presentar una propuesta al Ministerio de Universidades”.
“Ya lo hemos hablado muchas veces con los estudiantes: una cosa es lo que se quiere, y otra lo que realmente se puede hacer"
Pero, ¿hacia donde deberían ir encaminados estos cambios? Su propuesta, explica el decano catalán, va encaminada hacia dos aspectos: por un lado, el biotecnológico, puesto que ya el 90% de los nuevos medicamentos aprobados en España son anticuerpos monoclonales: “Por decirlo de una manera un poco llana, los medicamentos de la química tradicional van hacia la biotecnología”; por otro, cuestiones de equipo asistencial, atención farmacéutica personalizada “no solo en Atención Primaria”… que necesitan ser actualizados para, como mencionábamos al comienzo del artículo, ajustarse a la realidad actual.
A día de hoy, indica Camarasa, ya hay algunas facultades que incluyen estos conceptos en diversas asignaturas, pero otras todavía no. “Modificar la Orden CIN tiene otra consecuencia, y es que los resultados de aprendizaje han de responder a esta directiva”, añade el decano sobre una norma que, no obstante, y como valoraba positivamente en una entrevista concedida a este periódico Natalia Bascones, nueva presidenta de la Federación Española de Estudiantes de Farmacia, no contempla una posible integración futura de la Farmacia con otras titulaciones del ámbito sanitario: “Otra cosa es que luego, a nivel hospitalario, cada vez se estén integrando más las distintas profesiones”.
De igual manera, Bascones reclamaba entonces una mayor flexibilidad a la hora de elegir los sectores donde poder hacer las prácticas, incluido el de la industria farmacéutica, y también aumentar su duración. “Ya lo hemos hablado muchas veces con los estudiantes: una cosa es lo que se quiere, y otra lo que realmente se puede hacer. Los decanos estamos de acuerdo, ojalá los seis meses de prácticas se pudiesen hacer en más sitios, pero la nueva directiva sigue empeñada en no modificar las prácticas y en limitarlas al ámbito comunitario y hospitalario. Han pasado más de quince años desde la anterior, y esto no ha cambiado”, responde Camarasa. “Ahora bien, los alumnos también tienen las prácticas externas, más cortas, y que sí que pueden hacer en una empresa”, recuerda.
UN FUTURO CON NUEVAS ESPECIALIDADES
Si bien la tendencia de alumnos egresados de las facultades de Farmacia se ha mantenido más o menos parecida en los últimos años (aunque hay nuevas facultades que todavía no han lanzado al mercado a su primera promoción de estudiantes graduados), las cifras de colegiados sí que han ido aumentando ligeramente: de 75.260 en 2019 pasamos a 80.293 en 2023, aunque su tasa de variación, informa el Instituto Nacional de Estadística (INE), es la más baja de entre todas las profesiones sanitarias.
"Es un proceso largo, todavía queda camino por recorrer, pero ojalá lo lleguemos a ver"
Y es que las salidas profesionales de los farmacéuticos cada vez son más amplias, un aspecto en el que la Conferencia Nacional también tiene algo que decir. Una de ellas es la de seguir formándose como especialista una vez terminada la carrera a través del FIR (farmacéutico interno residente), y el propio Jordi Camarasa pertenece a su Comisión Nacional, que se encarga de convocar las plazas de cada convocatoria anual.
“Las plazas se mantienen más o menos igual, se cubren todas, y la Conferencia Nacional de Decanos aportó al Ministerio la incorporación de tres nuevas especialidades: Genética Clínica, Salud Pública y Farmacología Clínica, que actualmente solo es MIR. Es un proceso largo, todavía queda camino por recorrer, pero ojalá lo lleguemos a ver”, manifiesta el decano de la institución barcelonesa, que acaba de ser elegida como la 27 mejor facultad de Farmacia del mundo según el prestigioso Ranking de Shanghai.